Los robots en las redacciones ya son una realidad. No se trata de sujetos de metal con apariencia humanoide y trato amable como C-3PO, sino más bien de softwares como Narrative Science con la capacidad de convertir un montón de datos en una noticia.
Aunque muchos todavía temen que los robots reemplacen a los periodistas de carne y hueso, lo cierto es que ya están llevando a cabo labores de una forma más eficiente que los humanos como reportar automáticamente sobre terremotos, predecir qué historias serán más compartidas a través de las redes sociales, recopilar noticias falsas sobre los refugiados en Europa, o responder preguntas de los lectores del New York Times sobre las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Cualquier medio de comunicación que plantee la idea de automatizar su producción de noticias utilizando bots, debe tener en cuenta estas 10 recomendaciones propuestas por Tom Kent, editor de lineamientos de la agencia AP. Destacamos también las conclusiones a las que llegó un grupo de expertos en la robotización del periodismo reunidos recientemente por el Data & Science Institute, quienes publicaron un “botifesto” con sus reflexiones en la sección de tecnología Motherboard de Vice.
Lo bueno
– Automatización: Los bots pueden utilizarse para encontrar historias que los medios de comunicación están dejando pasar desapercibidas. Tomemos el caso de cuentas de Twitter como @congressedits, @scotus_servo, y @stopandfrisk, las cuales encuentran datos a través de internet para darle mayor contexto a las noticias.
– Follow up: Un robot puede hacerle seguimiento indefinidamente a una noticia, o exponer las conexiones y patrones que a un periodista le tomaría muchas horas descubrir. De esta forma, los robots pueden convertirse en herramientas poderosas para que los ciudadanos le exijan a los poderosos rendir cuentas. De todas formas, la verificación de la información será una tarea en la que los humados deberemos seguir acompañando a los robots.
– Personalización: Si se utilizan bien, los robots pueden ayudar a darle a los medios de comunicación un elemento diferenciador que marcará el futuro de la distribución de noticias: la personalización. Empleando técnicas del mercadeo a través de internet para conocer los gustos e intereses de los lectores, los bots están siendo ya utilizados para hacerle llegar a los usuarios solamente aquellas noticias que realmente les interesan.
Lo malo
– Errores: Los robots se pueden equivocar. A pesar de que sean programados milimétricamente, los robots dependerán de la fiabilidad de la información que se les suministre en bruto. Si esta información está errada desde su fuente, resultará realmente difícil que el robot lo detecte y tome correctivos. El resultado será inevitablemente una noticia falsa o imprecisa.
– Tono humano: Por más buena que sea la programación de un bot, jamás podrá escribir tan bien como Shakespeare, Cervantes o García Márquez. Que los robots escriban con un tono humano, cercano o incluso sarcástico es uno de los más grandes retos de los desarrolladores. O tal vez debamos aceptar que las noticias escritas por programas de software tendrán siempre un tono robótico.
Lo feo
– Vacío legal: Todavía no se han establecido los parámetros legales para determinar quién es el responsable cuando un robot ha cometido un error. Hace poco un robot fue programado para hacer compras aleatoriamente a través de internet por un valor de 100 bitcoins en un mercado llamado Agora. En un momento del experimento, el robot terminó comprando drogas ilegales. ¿Quién debe responder en ese caso? ¿Qué sucederá cuando un bot publique una amenaza de muerte a través de Twitter?
– Manipulación: Los robots pueden terminar siendo utilizados para propósitos oscuros, como el de hacer propaganda política. En las campañas electorales de la última década se ha hecho habitual el uso cuentas de Twitter automatizadas para responder a usuarios que utilizan ciertas palabras clave, y dar así la impresión de que el apoyo a un candidato específico es masivo, así esto no corresponda a la realidad.