Con frecuencia se ha hablado en la Red Ética y el Consultorio Ético de la responsabilidad social del periodista debido a su influencia social. De hecho, el último taller dictado por el maestro Javier Darío Restrepo abordó como tema central el de la influencia social de quienes informan.
Tras participar en este taller, el gestor de contenidos de la Red Ética manifestó su preocupación por la manera en que los periodistas se comportan cada vez más en redes sociales como si fueran ‘influencers’ y no servidores de la ciudadanía.
“Prostituir las cuentas donde se espera que publiquemos información valiosa para nuestros seguidores, para llenarlas de mensajes comerciales nos despoja automáticamente del título de periodistas para acercarnos más a lo que hacen los ‘influencers’ que tanto criticamos. Si eres periodista de tecnología, gastronomía, viajes o lo que sea, debes tener una saludable distancia de tus fuentes, no aceptar regalos o invitaciones de viajes. Y si las aceptas, dejarle claro a tus lectores que la pieza de contenido que escribiste después, es producto de esa ofrenda”, asegura el autor en su entrada titulada ‘La prostitución de la influencia digital del periodista’.
Sin embargo, es innegable que los denominados influenciadores o ‘influencers’ de las redes sociales tienen un enorme poder en sus manos para afectar, para bien o para mal, los comportamientos de sus millones de seguidores. Ejemplo de esto es el sonado caso de Rawvanna, una celebridad de Instagram y YouTube que construyó su fama gracias a la promoción de una dieta crudo-vegana, muy saludable según ella afirmaba. Pero toda su carrera se vino al piso cuando se le vio en un video de otra influenciadora comiendo pescado blanco.
Responsabilidad de los ‘influencers’
Desde la Fundación Gabo, que ha trabajado desde su creación en la formación de los periodistas, también ha venido creciendo la preocupación por la manera en que los nuevos actores digitales, como los ‘influencers’, pueden impactar en el comportamiento de la ciudadanía.
Iniciativas como Convivencias en Red, del Centro Gabo, han demostrado que hace falta formar a los ‘influencers’, ‘community managers’, estrategas digitales y otros profesionales de las redes sociales en temas relacionados con la ética de su diaria labor.
La pandemia que golpeó al mundo en 2020 puso de relieve los peligros de una influencia mal manejada: supuestos expertos médicos, ‘influencers’ y celebridades han sido culpables de difundir bulos en redes sociales que pusieron primero en duda la existencia del COVID-19, y luego sembraron escepticismo respecto a la seguridad y efectividad de la vacunación. Aunque también es de resaltar la labor de ‘influencers’ científicos que se han dedicado a combatir con éxito la desinformación.
Así como el periodismo es un oficio que ha requerido profesionalización, el trabajo de los ‘influencers’ demanda de recursos que les permitan a los integrantes de este nuevo gremio digital hacer ejercer su tarea con más altos estándares éticos y de calidad.
Es por esto que destacamos aquí el Decálogo de influencia responsable, que acaba de ser publicado como parte del Libro Blanco de la Influencia Responsable. Este documento es parte del Influence Trust Project, fruto del trabajo de iCmedia en alianza con ISEM Fashion School, ConEse Consulting y NewLink Spain. Es producto de 40 entrevistas con representantes del ecosistema de la influencia digital en Europa.
Decálogo del 'Influencer' Responsable
El decálogo se divide en las cuatro áreas a las que un influencer ético y responsable debe prestar atención, si quiere hacer su trabajo con profesionalidad, a saber:
• Ética, compromiso y transparencia en las relaciones
1. Ser transparente respecto a las relaciones comerciales asociadas a los productos o servicios que se promueven.
2. Respetar los valores de marcas, anunciantes, audiencias, plataformas y creadores de contenido.
3. Diferenciar entre opinión e información, aportando fuentes y evitando la desinformación.
• Profesionalización y autenticidad
4. Establecer y cumplir los acuerdos entre marcas, anunciantes, plataformas y creadores de contenido.
5. Ser auténtico y creíble.
6. Conseguir seguidores de manera profesional y ética.
• Cumplimiento de la regulación y autorregulación
7. Cumplir con los requisitos legales y la autorregulación en materia de publicidad e información.
8. Cumplir con los requisitos legales y la autorregulación en materia de protección de colectivos vulnerables y en especial de menores.
• Alfabetización mediática
9. Promover y divulgar buenas prácticas de influencia responsable en el entorno de influencia.
10. Participar en iniciativas encaminadas a la toma de decisiones informadas de las audiencias.
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Lea aquí completo el Libro Blanco de la Influencia Responsable.