Al año de 1981 se pueden remontar los orígenes del Día Mundial por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, decretado por la ONU para observarse cada 25 de noviembre.
En ese entonces, activistas por los derechos de las mujeres llamaron la atención sobre la necesidad de honrar la memoria de las hermanas Mirabal, tres activistas políticas de la República Dominicana que fueron brutalmente asesinadas en 1960 por orden del gobernante dominicano, Rafael Trujillo (1930-1961).
Pero no fue sino hasta el año 2000, que la Asamblea General adoptó la resolución que designó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, a fin de motivar a los gobiernos, organizaciones internacionales y a ONG a tomar preocuparse por el tema, y coordinar actividades que llamaran la atención del público al respecto.
El problema es grave. En todo el mundo, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, principalmente por parte de un compañero sentimental. Cada día, 137 mujeres son asesinadas por miembros de su propia familia. Y las cosas han empeorado con el confinamiento al que millones de mujeres se han visto obligadas, debido a la pandemia por COVID-19. De acuerdo a la ONU, en algunos países, las llamadas a las líneas de ayuda se han multiplicado por cinco.
Las mujeres periodistas no son ajenas a este flagelo. Seis de cada diez mujeres periodistas han sufrido violencia de género, de acuerdo a un estudio realizado por el Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes, con el apoyo de ONU Mujeres Colombia.
A esto, se suman otros obstáculos que las mujeres periodistas suelen encontrar al ejercer su profesión, como lo son el denominado techo de cristal, o el acoso en línea al que se ven sometidas por contradictores, muchas veces anónimos, en las redes sociales.
“Yo he sido víctima de discriminaciones en ese caso a lo largo de mi carrera. A veces es muy sutil, a veces es muy abierto y frontal”, dijo María Elena Salinas durante su participación en el conversatorio Ellas, transformadoras del periodismo, durante el Festival Gabo 2019. “Recuerdo hace muchos años un desastre natural en Centroamérica. Quería ir a cubrirlo y un jefe me dijo: ‘¡allá no vas a poder andar en tacones y con secadora de pelo!’ En otra ocasión me dijeron: ‘no puedes ir al Medio Oriente porque su cultura no permite la cobertura, a pesar de que mandaron a un hombre reportero y a una mujer como productora”, relató Salinas.
¿Cómo proteger a las mujeres periodistas de la violencia en su contra? ¿Qué pueden hacer las mujeres periodistas para combatir el acoso en internet contra ellas? ¿Cuáles son los principales prejuicios que enfrentan las mujeres en la redacción? ¿De qué manera romper ese techo de cristal con el que se encuentran muchas mujeres periodistas en sus carreras profesionales? ¿Qué mecanismos establecer para que las mujeres periodistas puedan denunciar efectivamente a quienes las maltratan?
Para responder a estas y otras preguntas, los seguidores de nuestra cuenta @Etica participaron en uno más de nuestros tuitdebates usando la etiqueta #ÉticaEnRed. Los mejores trinos producidos durante la hora del debate fueron recopilados en el siguiente Momento de Twitter.
La Red Ética es posible gracias a la alianza entre la Fundación Gabo, Grupo Bancolombia y Grupo SURA, la cual propone un espacio de reflexión y debate acerca de los cambiantes desafíos éticos del oficio periodístico.