Cinco razones por las que el futuro estará lleno de desinformación
26 de Julio de 2021

Cinco razones por las que el futuro estará lleno de desinformación

Fragmento del primer capítulo del libro 'Periodismo ante la desinformación', publicado por la Fundación Gabo como una recopilación de las reflexiones de expertos presentes en seis actividades del Festival Gabo Nº8.
Fotografía: Freekpik.es. Usada bajo licencia Creative Commons.
Agustina Heb

El siguiente es un fragmento del libro digital 'Periodismo contra la desinformación', que puede descargarse de forma totalmente gratuita aquí

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En los años 60, cuando los computadores empezaban a conectarse y existía una circulación electrónica -no digital- de los contenidos, Marshall McLuhan hizo la profecía de que la población iba a ir hacia la ‘retribalización’. “Es decir, vamos a vivir en un mundo de tribus”, aclaró. 

Jean-François Fogel trazó un paralelismo con la actualidad y, al mismo tiempo, hizo una relación con la desinformación: “Las tribus es lo que vemos aparecer en las redes sociales y es algo que funciona de manera muy potente. El digital nos permite vivir o pasar un cierto tiempo en una tribu de personas que tienen un gusto compartido para la misma música, para el cine, para una misma creencia religiosa. Así es cómo funciona la desinformación: es un grupo cerrado que se agrupa alrededor de algo”. 

La desinformación no pasa meramente por el contenido o por el dispositivo tecnológico, sino que obedece a un proceso mucho más sofisticado: funciona con la retroalimentación de propaganda permanente. El modelo de feedback loop o ‘Bucle de retroalimentación de propaganda’ presentado en el libro Propaganda en red (traducción en español), de Yochai Benkler, Robert Faris y Hal Roberts, académicos de la Universidad de Harvard, es para Fogel el que mejor describe lo que pasa en un proceso de desinformación.

“La profecía de McLuhan era muy acertada y la vemos en este modelo de desinformación”, dijo Fogel. Y ahondó: “En mi opinión, es el modelo que demuestra que la desinformación no es simplemente entregar un contenido falso y botar este contenido en las redes sociales, sino que se trata de agrupar algo donde se produce un sistema encerrado de desinformación”. 

En este modelo de desinformación, deben combinarse las relaciones entre tres actores: medios, que compiten entre ellos; líderes, que pueden ser políticos, líderes de opinión, personas que tienen una influencia pública, e incluso un medio de comunicación; y el público. 

Cada integrante del grupo, que es cerrado, está atrapado en su papel y no puede sentirse amenazado por la entrada de otra visión o de una información distinta. 

• Funcionamiento.

  • Bucle. Un primer recorrido en este proceso de desinformación está relacionado con las demandas. En ese sentido, Fogel detalló que el público en este modelo de la desinformación busca confirmar sus creencias con noticias y opiniones. De modo que va hacia el medio para confirmar que tiene una “visión acertada” de la realidad. El medio, por su parte, va a utilizar a líderes, va a entregar una cobertura favorable y va a atacar a los oponentes de los líderes. Mientras que los líderes van a entregar una narrativa que confirma la visión del público. “Aquí tenemos un primer círculo donde el bucle funciona en una dirección”. 

  • Doble bucle. El bucle también funciona en el sentido contrario. El público busca un líder que le dice que lo que cree es acertado. El líder, al mismo tiempo, busca visibilidad y una cobertura favorable. Por último, el medio entrega las noticias y la opinión de los líderes en un paquete, que es único y funciona de cara al público. “Tenemos, entonces, un doble movimiento, que está muy cerrado. Por lo tanto, es un doble bucle de retroalimentación de propaganda”, concluyó Fogel. 

• Cuándo falla el modelo. Este modelo de desinformación del doble bucle no funciona para los medios que hacen el chequeo de los hechos como meta periodística. Es decir, para aquellos que buscan combatir la desinformación. 

  • Básicamente, esto sucede porque el medio pone el foco en comprobar los hechos y en apartar las noticias y opiniones. De ese modo, el público no recibe el paquete coherente y cerrado que corresponde a su visión. Por el lado de los líderes, los medios entregan una cobertura neutral y pueden criticarlos. Su narrativa, además, queda amenazada por el fact-checking de los medios. 

“Los medios tienen que cuidar la manera en que actúan porque pueden ser la plataforma de la desinformación y puede haber una posibilidad de resonancia muy fuerte en las redes sociales”, enfatizó Fogel. 

Cinco razones que explican por qué el futuro estará lleno de desinformación

“La desinformación tiene un gran futuro. Pasamos de un mundo de masa a una masa de medios. Esto claramente favorece a la desinformación. Creo que tiene una mesa fuerte tecnológica y social para apoyarse”, pronosticó Fogel. Según él, hay por lo menos cinco razones que hacen que este fenómeno pueda crecer aún más: 

1. Más aparatos móviles y conexión 5G. El uso de redes de quinta generación, aún en desarrollo, está proyectado para toda Latinoamérica en 2024, según GSMA Intelligence, fuente de referencia para datos, análisis y previsiones de los operadores móviles de todo el mundo. A mayor rapidez de navegación, más posibilidades de navegación de la desinformación.

2. El aumento del volumen de los datos móviles será lo suficientemente alto para atraer más información contaminada. América Latina pasará de 3.9 gigabytes mensuales a 25 en 2025, según predicciones de consumo publicadas en junio pasado por la multinacional sueca Ericsson.

3. El número de usuarios activos en las plataformas sociales seguirá creciendo. Lo que comenzó entre 2005 y 2006 como espacios de nicho, en poco tiempo se convirtió en una población enorme y fragmentada. Facebook, YouTube, Instagram y WhatsApp son las plataformas con mayor número de usuarios activos (se cuentan en millones). Con el consumo aumentando en las plataformas cerradas, el desafío para el periodismo será mayúsculo. En Latinoamérica, por ejemplo, reina Whatsapp.

“Hemos pasado de un mundo de medios de masa a una masa de medios, que además son cerrados. Muchas personas no hacen la diferencia entre la web, que sería el mundo open, abierto a todos, y todos los mundos cerrados que hay en internet con las aplicaciones que existen por medio de varios dispositivos que circulan. Esto es una gran preocupación, porque combatir la desinformación que existe en un mundo cerrado desde afuera es imposible”, puntualizó Fogel. 

4. El crecimiento del deepfake es imparable. Esta es una técnica de inteligencia artificial que permite editar videos falsos, a partir de imágenes existentes,  con personas que aparentemente son reales. El resultado es tan verosímil que al público le es difícil diferenciar un contenido auténtico de uno manipulado.

5. El uso masivo de la inteligencia artificial. El hecho de que las máquinas imiten, cada vez más, funciones cognitivas de los humanos aumentará la cantidad de publicaciones automatizadas, incluidos contenidos manipulados (texto, audio, imagen y video). 

La verdad, las verdades: siete definiciones de Jean-François Fogel para problematizar sobre la neutralidad 

  1. El peligro de prometer la verdad. En la vida pública es muy difícil establecer una verdad factual. El periodismo, al meterse de manera frontal y buscando una acción decisiva frente a la verdad y la desinformación, corre un peligro. 

  2. Las limitaciones del chequeo informativo. Cuando los periodistas hacen fact-checking, tienen grandes dificultades para utilizar la verdad como categoría de la información, porque existen distintas interpretaciones y contextos. La verdad es un ingrediente difícil de garantizar. Una noticia normal es una noticia mezclada: nunca es ciento por ciento garantizada como acertada.

  3. No hay un único discurso. Hoy en día, no hay una metanarración que describa el mundo. No hay un discurso que se imponga a todos. Es muy difícil tener una verdad que le convenga a todos en un mundo que es totalmente fragmentado.

  4. La dificultad de la objetividad. En el mundo actual el criterio clave del periodismo, que era la objetividad, tiene muchas dificultades para imponerse.

  5. La verdad en la vida pública. Es muy difícil hacer funcionar una sociedad, la justicia, el consenso político donde no hay una certeza compartida sobre los hechos, sobre la verdad factual. La verdad en la vida pública es quizás una meta inalcanzable como tal.

  6. Transparencia al construir una narración. La idea de un relato neutral es muy difícil de defender. Un relato supone la presencia de una persona que lo hace. Tiene que ser muy transparente en el momento de expresarse y no buscar una imposible objetividad, sino una honestidad en la manera de construir una narración. No hay otro sector que se exprese públicamente que nos traiga esta voz independiente.

  7. La verdad ante la velocidad del mundo digital. La idea de que vamos a entregar la verdad es más compleja, porque en el mundo digital, que es tan rápido, no se acomoda la verdad, que es un animal lento, como la describe el escritor y ensayista italiano Alessandro Baricco en su libro The Game. 

El mismo Baricco aportó una reflexión relacionada durante su intervención en la charla ‘Periodismo en busca de ¿la verdad?’: la realidad existe, pero no necesariamente coincide con los hechos. “Sin los hechos no puede existir la realidad, por lo cual es importante recordar que la realidad es distinta a los hechos y que lo uno contribuye a lo otro. Lo importante es que sin una narración, no puede existir la realidad. Una serie de hechos sin una narración no pueden ser la realidad”, interpretó el italiano.

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Este fragmento hace parte del libro digital de descarga gratuita 'Periodismo ante la desinformación', editado y publicado por la Fundación Gabo en el marco de su programa ‘Ética periodística’, posible gracias a la alianza con con los grupos SURA y Bancolombia, con sus filiales en América Latina. El texto profundiza en los aprendizajes que dejaron los expertos invitados a seis actividades que se desarrollaron durante el Festival Gabo 2020

Sobre el programa de Ética periodística 

La Fundación Gabo ha considerado la ética como una dimensión fundamental del oficio periodístico. Para Gabriel García Márquez, la ética y la técnica van de la mano, y desde 1995, año en que la Fundación empezó su actividad, invitó a Javier Darío Restrepo, periodista colombiano, para que diera una serie de talleres sobre el tema. Cuando en mayo de ese año se hizo el primero de ellos, con el apoyo de la Unesco, Gabo pronunció una frase que hoy es famosa y se ha convertido en un lema: «En periodismo, la ética es a la técnica como el zumbido al moscardón».

Desde 2012 la Fundación Gabo, en alianza con el Grupo SURA y sus filiales, desarrolla este programa, que ha permitido potenciar el trabajo acumulado a lo largo de los años –en particular del Consultorio Ético–, y crear la Red Ética. En 2016, el grupo Bancolombia se unió como socio del proyecto.

En este espacio se reflexiona y se habla abiertamente sobre los desafíos éticos que enfrentan los periodistas en un contexto de profundas transformaciones de la práctica, la sostenibilidad y la función social del periodismo.

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