Jason King es uno de los maestros invitados a la Beca Gabo de periodismo cultural 2019. El canadiense hace parte del grupo de miembros fundadores del Instituto Clave Davis de la Universidad de New York, en el que músicos, productores y artistas crean, consolidan y desarrollan propuestas musicales.
King dirige el área de periodismo musical, que prepara a los nuevos reporteros, managers, productores, en la construcción de mejores textos que agreguen sentido crítico y argumentos sólidos, para comunicar de la mejor manera las ideas y conceptos sobre la música que graban y promocionan. “Muchos de esos estudiantes optan por dedicarse al periodismo cultural”, asegura Jason King.
Es productor, músico y colaborador habitual de medios como la National Public Radio (NPR), Buzzfeed, Billboard y presentador del podcast CNN Soundtracks. Desarrolla labores como perito legal en conflictos sobre derechos de autor y propiedad intelectual. En ese campo, ha trabajado con artistas como Jay-Z, 50 Cent, Drake, Madonna, Lady Gaga, entre otros.
Jason King se apartó un momento de sus labores como editor de los textos presentados por los asistentes a la Beca Gabo para responder algunas preguntas de su trabajo y sobre el periodismo musical que practica.
¿Cómo ve la producción de músicas hoy y su relación con el periodismo cultural que las aborda?
Es muy difícil ahora porque todo está cambiando, tanto la música como el periodismo. Estamos ante una especie de caos. El periodista debe conocer cómo es el medio y el negocio en todas sus fases. Eso le permitirá agregar contextos, porque hay que trabajar en perspectiva histórica, preguntarse de dónde vienen esos ritmos sobre los que estoy escribiendo, cuál es el origen del artista, cuáles son sus influencias. Es importante no solo tener claro las wh- questions (Qué, quién, cuándo, dónde, por qué y cómo) sino who-cares questions (a quién, a quiénes le importa). Debes pensar que eso que escribes debe interesarle a alguien, preguntar: ¿por qué esto que voy a investigar interesa, a quién le importa? Son claves para lograr abordajes más creativos, interesantes, hallar el ángulo más complejo de la historia. Ahora, el periodista también tiene sus prejuicios, sus preconceptos, entonces, ¿cómo nos apartamos de eso? Hallando argumentos, hechos, realidades concretas, porque cuando hacemos crítica no solo se trata de establecer si me gusta a mí o no me gusta. Se trata de argumentar, de explicar, contextualizar. Eso es lo que debe buscar hoy el periodismo cultural.
¿Crees que es mucho más exigente el trabajo del periodista hoy?
Sin duda. Plataformas como Apple, Spotify, iTunes publican música a cada instante como en ningún otro momento de la historia. Ritmos que provienen de todos los lados del mundo. Los escritores y periodistas nos deben ayudar a entender qué está sucediendo, entregar ideas y valores que permitan hacerle entender al público por qué determinada canción es exitosa y por qué vale la pena escucharla. Eso exige dedicación y compromiso.
¿Qué herramientas debe tener entonces ese periodista cultural?
Creo que han de ser las mismas para un buen periodista de cualquier especialidad. Debe entender y manejar los aspectos históricos sobre aquello que escribe. Eso es muy importante. Ahora, hay aspectos técnicos de cada especialidad. En el caso de un periodista que escribe sobre música, debe poseer las palabras adecuadas para precisar, para poder llevar aquello que escucha al papel y que el lector pueda sentirlo, pueda vivirlo también. Saber cuál es la relación de la música con asuntos como la identidad, porque la música es creada por gente con características específicas, lugares, tradiciones, su origen, sus transformaciones, y cómo esa identidad se ha construido en torno a la música. Otro aspecto, es que su voz ha de ser fuerte en términos de lenguaje, construir su estilo, y al momento de plantear su opinión, usar los mejores argumentos. Debe estar convencido de ellos y dejarlos bien escritos en el papel.
¿Cómo analizas el tema de la subjetividad? Un periodista musical constantemente entrega su opinión sobre lo que escucha.
Escuchar música es un acto altamente subjetivo. Seleccionar cierto tipo de música obedece a nuestra subjetividad. A alguien puede no gustarle una banda, pero a otra puede encantarle. Mi trabajo como periodista cultural es explicar por qué me gusta esa banda y por qué esos músicos podrían ser de enorme importancia en el futuro. Es dejar claro que mis emociones, mis sensaciones sobre esa agrupación valen la pena.
¿Cómo es tu trabajo como perito legal en las demandas que involucran artistas con temas de propiedad intelectual y derechos de autor?
Mi trabajo esencialmente consiste en escribir un reporte sobre la situación legal en que los artistas se ven involucrados. Entonces lo que hago es representarlos y en la corte presento los argumentos en favor de los artistas. Busco convencer al juez y a los jurados, estableciendo por qué el artista actúo de forma correcta. Lo importante son los argumentos. En muchos de los casos uso fuentes, textos, reportes, perfiles que han escrito periodistas culturales. Allí hay información valiosa, histórica. Ese es el valor de hacer un trabajo profundo. Podrán estar en tu contra, pero los argumentos y las evidencias son contundentes, porque el trabajo periodístico fue hecho con seriedad.
Sobre la Beca Gabo de periodismo cultural 2019
La Fundación Gabo y el Ministerio de Cultura de Colombia organizan, con el apoyo de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y Critical Minded, la séptima edición de la Beca Gabo de periodismo cultural, que se realiza en Cartagena, Colombia, del miércoles 27 de noviembre al domingo 1 de diciembre de 2019. La Beca Gabo reúne durante la 11ª. edición del Mercado Cultural del Caribe a 15 reporteros de 11 países, bajo la dirección de los maestros Héctor Feliciano y Jonathan Levi, y los maestros invitados Alejandra De Vengoechea y Jason King. El objetivo es profundizar en la carpintería de los géneros con los que se construye cotidianamente el periodismo cultural, principalmente el reportaje y el comentario de opinión.