Corrupción y tabaco: los empresarios ante el periodismo de investigación
30 de Mayo de 2023

Corrupción y tabaco: los empresarios ante el periodismo de investigación

El venezolano César Batiz y el uruguayo Emiliano Zecca fueron los protagonistas del segundo día del taller. Y el denominador común tuvo que ver con cómo procesar información compleja, sensible y de carácter jurídico y convertirla en material narrativo de interés.
Foto: Isabel Infantes/ Feria del Libro de Madrid
Laureano Debat

Investigar y desgranar casos de corrupción vinculados con empresarios y políticos que, a su vez, implican muertes de muchos seres humanos. Ese ha sido el gran tema de esta segunda jornada del Taller de libros periodísticos dirigido por Martín Caparrós, a partir de los proyectos del venezolano César Batiz y del uruguayo Emiliano Zecca. La corrupción política y empresarial, la especulación económica y la salud de miles de personas, a través de los ojos de dos periodistas de investigación que pretenden ir a fondo en sus proyectos y que vinieron a este taller a buscar herramientas para darle su forma definitiva.

El discreto espanto de una nueva burguesía

“Estoy aquí porque siempre pensé que tenía que ir al taller de Martín Caparrós”, comenzó César Batiz a la hora de su presentación, un rostro conocido para la Fundación Gabo ya que su trabajo fue premiado en dos ocasiones con el Premio Gabo: en 2014 en la categoría Cobertura –en un equipo del que hizo parte su compatriota Lisseth Boon, otra de las participantes de este taller– y en 2019 en la categoría Innovación.

César Batiz reside con su familia en Miami, pero su trabajo como periodista de investigación sigue teniendo vinculación con el territorio venezolano. Mientras continúa como director de El Pitazo, un medio de comunicación dedicado a la investigación periodística del cual es el cofundador, trabaja en el libro que trajo para discutir en el taller y que tiene que ver con una trama de corrupción en Venezuela que involucra a la llamada 'nueva burguesía', nacida de las entrañas del chavismo. 

Batiz comenzó a acercarse a esta historia hace 12 años y se encontró con muchas dificultades para acceder a la información y trabas para avanzar. La más grande fue cuando le ofrecieron un millonario soborno para que no siguiera escribiendo sobre el tema. Contar esto, para Batiz, es la forma de establecerse como el narrador de esta historia y otorgar sentido a su perspectiva en primera persona: si hubiera aceptado el soborno, este proyecto no habría llegado a existir. En ese sentido, Caparrós le recomendó a Batiz resistirse a la tentación de ‘heroizarse’, una tarea difícil pero crucial. Para lograrlo, es necesario dedicar un minucioso trabajo al texto, revisándolo a lo largo de varias versiones.

Tanto Batiz como su colega Lisseth Boon recordaron la época en la que fueron compañeros en una redacción en Venezuela y que su jefa les tenía prohibido el “quesillo, quesillo, quesillo”, homófono de “que si yo, que si yo, que si yo”: el exceso en el uso de la primera persona. Batiz tiene claro que quiere alejarse de esto y se propone contar desde su perspectiva una historia cuyo objetivo principal es demostrar que la corrupción mata gente, que la muerte de muchas personas también tiene sus causas en la ineficiencia y en la corrupción de la administración pública. Y también reivindicar la importancia del periodismo de investigación y que los libros de este género sean cada vez más leídos. 

Emiliano Zecca destacó del proyecto de Batiz la densidad de su investigación, pero advirtió un posible desafío para extraer y contar lo más importante dentro de un magma de información, datos y aristas. Bárbara Celis, otra de las participantes, le aconsejó: “Tienes que pulir, hay que ordenar, como una novela policiaca, una narrativa que me meta en la historia poco a poco”. Otros señalaron la necesidad de universalizar la historia y de incluir elementos para que algo concreto que sucede en un momento puntual y en un sitio geográfico muy específico pueda ser leído o interese a cualquier lector de otro país.

En este sentido, Caparrós mencionó que “el objetivo y el desafío narrativo de esta historia es contar cómo una clase social determinada se aprovecha del poder político para acumular una cantidad ingente de dinero, lo cual no hace que la historia tenga que ser menos precisa o menos clara; más bien todo lo contrario”. Y se refirió también al proceso de descarte de información, que suele ser un gran problema para aquellos profesionales que se dedican a investigar: “Los periodistas de investigación consiguen muchas cosas y es lógico que quieran mostrar lo que han conseguido”. Y le planteó a Batiz un esquema reordenando las partes del proyecto, con personajes concretos que hagan cosas y que se les otorgue la entidad de tales en el libro: “Los personajes se arman con tres o cuatro rasgos. Y si se los das, ya pasa a ser alguien que el lector, cuando se lo vuelve a encontrar, parece que ya lo conoce. Si no, es pura sombra que pasa por delante del cuadro”. 

La forma y la estructura son importantes a la hora de pensar en un libro periodístico, sobre todo cuando se va acumulando información, y esta abre nuevas aristas que nos llevan a nuevos materiales y nos abren nuevas puertas, en un proceso que pareciera no tener fin. Caparrós propuso algo al respecto: “Cuando trabajo me interesa armarme la columna vertebral, las cosas que creo necesarias contar. Después quedan cosas que hubieras querido contar. Pero si tienes la columna vertebral, puedes encontrar resquicios para contar otras cosas”.

De la forma, al estilo. Y los principios, ese gancho inevitable donde nos jugamos todo frente al  lector: “El principio es decisivo en una crónica. Un cronista es un cazador de principios. Cuando estoy trabajando, me obsesiono con buscar el inicio de esa crónica. Para mí, el trabajo de conseguir principios es decisivo. Y me gustan los finales que te hagan repensar en lo que habías leído”, dice Caparrós contra los finales épicos a los que denomina “finales chan-chan”, como en los tangos. 

Humo sobre el agua

El uruguayo Emiliano Zecca es conductor del programa de radio No toquen nada de Radio del Sol, uno de los más escuchados de Montevideo. Su proyecto de libro es una investigación sobre un juicio poco común que surgió a raíz de un vuelco en la política antitabaco uruguaya, que se volvió sumamente restrictiva, y la reacción de una multinacional tabacalera en un enfrentamiento que acabó en un juicio en una corte internacional y con el cual la empresa buscó dar un mensaje ejemplarizante al resto de países. 

La idea de Zecca es centrarse en la narración del juicio en sí, a partir de las historias de los principales protagonistas: “Cómo armaron los argumentos para sus declaraciones, contar la preparación de los personajes, su viaje previo de una semana antes a Estados Unidos para prepararse para las audiencias en entrenamientos en los que los hacen declarar, los presionan, ensayan todo”. Caparrós insistió en que el proyecto necesita de un cierto hilo conductor. El maestro y varios participantes mencionaron el guion cinematográfico como modelo posible; por ejemplo, películas cuyo clímax es un juicio, como 1985 o Erin Brockovich. 

Después de algunos aportes de varios integrantes del taller sobre posibles caminos a seguir en cuanto al índice y la estructura del libro de Zecca, la discusión derivó en torno a identificar cómo ha cambiado el consumo del tabaco en el mundo, si es que cambió, las prohibiciones de fumar en lugares públicos, los impuestos al tabaco. Es decir, toda la escala mundial que tiene el proyecto y que trasciende el contexto netamente uruguayo. Para Caparrós, se trata de un tema paradigmático de cómo un Estado se encuentra prácticamente indefenso a la hora de enfrentarse a una multinacional en un contexto de la libre circulación de mercancías que impone el neoliberalismo y que deja a los países con muy poca protección en este sentido. “Las cifras mundiales de consumo de tabaco no disminuyeron sino que se ha trasladado el consumo: en los países ricos se consume menos tabaco y en los países pobres se consume más”, reflexionó. 

Y, para acabar la jornada, Caparrós leyó un fragmento de una de las crónicas de su próximo libro que se publicará en octubre, en el cual escribe desde el punto de vista de una historiadora de 2100 que habla sobre nuestro presente. La base es una serie de artículos publicados en El País bajo el nombre de "El mundo entonces. Una historia del presente", en los cuales desarrollaba reflexiones e ideas sobre temas diversos del mundo contemporáneo. El párrafo que leyó es un resumen sobre el consumo de tabaco hasta la actualidad y forma parte de una crónica sobre la muerte

Lo que se propone Caparrós en su nuevo libro es un ejercicio de desnaturalización de nuestro mundo a partir de ese dispositivo de una narradora del futuro. Su objetivo es ver qué puede narrar de manera diferente de todo lo que tenemos normalizado de nuestra sociedad. Y recupera un deseo recurrente, al que dice que aún no ha llegado: escribir la crónica más difícil de todas, la de la manzana de su casa, la de ese lugar tan naturalizado y que todavía sigue siendo imposible de desnaturalizar.

Sobre Martín Caparrós

Maestro y miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Periodista, novelista y ensayista (Buenos Aires, 1957). Utiliza herramientas de la historia, de la literatura y de la reportería para escribir sus textos. Ha practicado periodismo cultural, político, policial, deportivo, gastronómico y taurino en prensa, radio y televisión. Comenzó en 1973 en el diario Noticias de Argentina. Vivió en París, donde se licenció en Historia, y más tarde en Madrid donde colaboró con el diario El País y distintos medios franceses. De regreso a su país dirigió los mensuarios El Porteño, Babel, Página/30 y Cuisine & Vins. Ha publicado más de treinta libros traducidos a más de treinta idiomas. Sus tomos de crónicas se estudian en las universidades del continente. Como novelista ganó el premio Planeta Latinoamérica 2004 por Valfierno, el premio Herralde 2011 por Los Living. Su libro El Hambre ha tenido repercusión mundial y le ha valido diversos premios; últimamente recibió el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes (España) y el Premio María Moors Cabot, de la Universidad de Columbia (Estados Unidos).

Ahora vive en Madrid y publica sus trabajos en El País. Es maestro de la Fundación Gabo desde 2001 y miembro de su Consejo Rector desde 2013.

Sobre el taller

El taller de libros periodísticos busca reunir a ocho periodistas y escritores iberoamericanos que estén trabajando en la escritura de un libro para discutir sus proyectos durante una semana bajo la guía de Martín Caparrós.

El libro es el refugio del mejor periodismo narrativo de nuestros países. Ante la reticencia de muchos medios a publicar artículos largos o su desinterés por determinados temas, los periodistas más comprometidos eligen esa forma de trabajo paciente, esforzada e intensa que consiste en sacarle tiempo al tiempo para escribir su libro: el espacio donde pueden hacer lo que quieren sin restricciones, sin órdenes, sin más límites que su capacidad.

 

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