El País y El Faro dan lección de cómo cubrir fronteras con recursos innovadores

El País y El Faro dan lección de cómo cubrir fronteras con recursos innovadores

‘Frontera Sur’, proyecto ganador del Premio Gabo en la categoría Cobertura, representó innovaciones en formas de narrar historias, metodologías de trabajo y coordinación de equipos.

'Frontera Sur' es una serie de seis reportajes multimedia sobre la frontera sur de México.
César López Linares

El 1 de mayo de 2020, el diario El País estrenó su sistema de suscripción digital, tras más de 15 años de ofrecer sus contenidos gratuitamente en internet. Al igual que otros grandes periódicos del mundo que han cambiado a un modelo de pago en la web, el medio español ha ido adaptando sus procesos y fortaleciendo la calidad de sus contenidos para hacer que sus lectores sientan que sus membresías son dinero bien invertido.

“Frontera Sur. La frontera desconocida de América”, el proyecto ganador del Premio Gabo 2020 en la categoría Cobertura, es un trabajo que ejemplifica la experimentación que El País está llevando a cabo para entregar a sus suscriptores contenido de alta factura y trabajo minucioso.

El proyecto –una serie de seis reportajes multimedia sobre la frontera sur de México, producidos en colaboración con el medio digital El Faro, de El Salvador–, implicó innovaciones para El País, no sólo en la forma de narrar historias, sino en sus metodologías y en la organización de los equipos involucrados.

“Hemos pasado a un modelo de suscripción y es verdad que los lectores valoran muchísimo este tipo de contenido elaborado, de calidad, muy trabajado”, dijo a la Fundación Gabo Guiomar del Ser, líder de Innovación de El País y responsable de la coordinación del proyecto. “Ya no es una opción, estamos abocados a que nuestro trabajo luzca de la mejor manera posible en términos de narración, que la narración te golpee en la cara, que te acompañe, que te conmueva”.

En palabras de sus autores, “Frontera Sur” es justamente el tipo de contenido que logra emocionar, gracias a la armoniosa combinación de distintos lenguajes, la aplicación inteligente de recursos gráficos y un trabajo de reportería intenso y arriesgado, que en conjunto logran proponer una manera innovadora de cubrir periodísticamente los territorios fronterizos.

Un trabajo coral y a fuego lento

La idea de realizar un trabajo de cobertura sobre la frontera sur mexicana surgió durante un encuentro amistoso en 2018 entre los periodistas Javier Lafuente y Jacobo García, de El País América; con Óscar Martínez y José Luis Sanz, de El Faro. El grupo tenía un interés común por entrar a esa región, de la que casi no se habla en medios internacionales.

Era una época en la que esa línea divisoria comenzaba a militarizarse tras la llegada a la presidencia de México de Andrés Manuel López Obrador, quien se comprometió con su entonces homólogo en Estados Unidos, Donald Trump, a reducir la cantidad de migrantes centroamericanos que llegaban a la frontera entre ambos países.

“Era un momento políticamente muy interesante con Trump moviendo la frontera abajo. Todo parecía indicar que había que mirar a la frontera norte, pero nosotros pensamos que donde estaba todo era en la frontera sur de México, y precisamente creo que con el tiempo se ha confirmado todo eso”, dijo la Fundación Gabo Jacobo García, quien además de fungir como uno de los reporteros del proyecto, también fue el editor de todas las historias.

El País y El Faro decidieron unir fuerzas con la idea de realizar un trabajo a profundidad que se destacara visual y narrativamente, y que satisficiera las exigencias de sus audiencias. 

Desde el inicio, “Frontera Sur” representó una diferencia respecto a cómo El País acostumbra a realizar sus coberturas. El equipo que se formó, que incluyó a 20 profesionales de distintas disciplinas de ambos medios, realizó un trabajo meticulosamente coordinado desde la planeación hasta la publicación del proyecto. Este trabajo coordinado fue fundamental para mantener a todo el equipo en la misma frecuencia en todo momento.

“Para mí, que vengo del periódico (impreso), no estaba acostumbrado a trabajar con infógrafos, con fotógrafos, con desarrolladores multimedia tan mano a mano desde el minuto uno”, dijo García. “Lanzarte al reporteo trayendo unas líneas maestras en la cabeza lo hizo innovador para mí y para todos”.

La coordinación representó un reto por la cantidad de miembros involucrados, sus diferentes disciplinas y por trabajar en ubicaciones geográficas distintas (México, Centroamérica y España), pero fue crucial para lograr que el proyecto funcionara en todos sus componentes.

“Es un trabajo coral. Si trabajamos alineados desde el principio todo, es quizá más costoso porque requiere de más esfuerzo, de más tiempo, de seguimiento, pero es verdad que la puesta en página es más fluida, más armónica”, contó Del Ser.

Cada una de las seis entregas de “Frontera Sur” tomó un promedio de mes y medio en su realización. En total, el proyecto requirió cerca de un año de trabajo. Para los medios como El País, que trabajan sobre el día a día, resulta muy complicado dedicar tiempo y recursos a proyectos tan largos.

Sin embargo, el diario comprendió que para llevar este proyecto al nivel deseado, se requería ajustar sus formas de trabajo y proveer al equipo de las condiciones necesarias, sobre todo de tiempo suficiente. En este aspecto, la participación de El Faro fue fundamental, dada su experiencia en proyectos colaborativos transfronterizos y su calidad para crear reportajes de largo aliento.

“Creo que El País no tiene una gran tradición de este tipo de trabajos a los que dedicas seis u ocho meses”, dijo García. “Pero de repente, durante un año pude dedicar la mitad de mi tiempo a las notas diarias y la otra mitad a estar con esto, editando los textos de los compañeros. Creo que esa es parte de la clave, vas cociendo todo a fuego lento y te sale como un buen guiso”.

El éxito de “Frontera Sur” confirmó a ambos medios que esta metodología de trabajo tiene buenos resultados y, sobre todo, que contribuye a crear reportajes más ricos y profundos.

“Este proyecto nos sirvió para descubrir que las historias que se abordan de esta manera son las que mejor salen”, dijo Del Ser. “Cuando hay varias personas con distintas formaciones que ponen sus talentos de forma generosa a trabajar por algo superior, creo que eso es lo bonito de este tipo de proyectos, que ojalá sigamos haciendo. Pero sí que poco a poco estamos introduciendo estas dinámicas de trabajo”.

Múltiples lenguajes para contar las diversas caras de una frontera

Cubrir una frontera entre dos o más países es un importante reto periodístico y más cuando se trata de una línea divisoria considerada una de las más violentas y transitadas del planeta, y al mismo tiempo de las más olvidadas por los medios de comunicación.

Los periodistas de El País y El Faro eran conscientes de la complejidad de esta zona, donde convergen culturas e idiomas distintos, orografías diversas, conflictos sociales y una densa porción de selva. Por eso sabían que para contar a plenitud las historias que ahí acontecen debían echar mano de múltiples recursos narrativos.

Los recursos gráficos en forma de mapas e infografías jugaron un rol importante como hilo conductor de las historias. Los autores se plantearon el reto de que cada pieza tuviera vida propia y funcionara individualmente, pero que al juntarlas ofrecieran un retrato fiel de esa zona geográfica.

“A veces para que la narración sea completa y sea plena necesitas también tener una explicación física de dónde está ocurriendo esto”, dijo Del Ser. “Íbamos incorporando el mapa como ubicación geográfica de aterrizaje para el lector”.

Los mapas presentes en “Frontera Sur” son de varios tipos: desde los que marcan la ubicación de comunidades escondidas en medio de la selva, los que trazan las rutas que siguen los migrantes, hasta los que ilustran la dirección de los vientos que arrastran la droga a costas mexicanas y los que muestran el recorrido que deben seguir las sustancias para llegar a Estados Unidos.

El equipo quiso también incorporar una variedad de recursos gráficos que acompañaran a la narración y ayudaran a introducir a los personajes y sus entornos eficazmente, y que a la vez hicieran más dinámica la lectura de los textos de largo aliento.

Cada capítulo viene acompañado de un video documental y de un audio en el que el autor narra su texto de propia voz. Al ir avanzando en cada pieza, el lector se topa además con gráficos interactivos, animaciones en HTML y videos en bucle que se activan al desplazarse en el texto. 

“La clave en este tipo de proyectos es que la forma y el fondo, y sobre todo el foco periodístico que quieras poner, se entrelacen y vayan acompañando el desarrollo de la narración”, dijo Del Ser. “El acierto en este caso es justamente eso: encontrar qué es lo más eficaz para que este reportaje lleve al lector y transmita toda la potencia de esa experiencia”.

Para los escritores y los responsables de la puesta en página era importante siempre resaltar la perspectiva humana desde la que se cuentan las historias de “Frontera Sur”. Para ello, el equipo experimentó con formas innovadoras de enfatizar gráficamente las voces de los protagonistas.

Acompañando al texto, aparecen en varias ocasiones guiños gráficos que explican palabras de los sujetos en sus jergas locales, de modo que el lector pueda comprender mejor sus ideas. Asimismo, algunas declaraciones de personajes clave se presentan como piezas de texto que van avanzando sobre una fotografía fija del entrevistado, lo cual logra un impacto similar al que se hubiera logrado con un audio o incluso un video.

“Lo hicimos para el puro realce de acompañar al personaje en sus frases más llamativas, que sin perder de vista el rostro del protagonista, pudiéramos también navegar por sus palabras”, dijo Del Ser. “Era una necesidad de detenernos en un retrato de un personaje y encontrar la forma de que visualmente tuviera más énfasis”.

“Frontera Sur” representó múltiples aprendizajes sobre discernir cuáles, de todos los recursos narrativos que es posible emplear en una plataforma multimedia, realmente elevan la potencia de las historias.

“Fueron seis capítulos y cada uno tenía su propio reto. Lo que te funcionaba para la primera entrega, no te funcionaba para la segunda, o alguna parte sí”, dijo Del Ser. “Era tan abrumadora la cantidad de materiales que es difícil decidir a qué renunciamos. A veces el esfuerzo es no sobrecargar. Tienes que tener un equilibrio para que la narración no esté desequilibrada y mantener siempre  viva esa intensidad”.

Tres claves para gestionar un proyecto como “Frontera Sur” 

Guiomar del Ser compartió los que considera que fueron tres elementos básicos para gestionar un proyecto multimedia de las dimensiones de “Frontera Sur”, en el que se involucraron más de una redacción, con profesionales de distintas disciplinas trabajando a distancia y en diferentes circunstancias.

1. La ambición desata la creatividad

“Una de las claves es la amplitud de miras, no ceñirse a los patrones clásicos. Abordar el asunto no poniéndote límites a ti mismo a la hora de preguntarte ‘¿qué querría encontrar yo si fuera el lector?, ¿qué me impresionaría?’. Al ser ambicioso pones a funcionar tu creatividad”.

2. Ser generoso con el trabajo propio y el de los demás

“Eres generoso si te tomas tan en serio el trabajo de los demás como el tuyo. Con la generosidad llega la empatía. Gestionar el ego de distintos perfiles también va acompañado por la generosidad. Y generosidad también en el sentido de dedicar muchas horas al proyecto”.

3. Ser flexible y adaptable

“Hay que ser flexibles y encontrar también por la vía de la negociación con las otras partes del equipo la mejor salida o el mejor uso de los recursos”.

Sobre este proyecto

La Fundación Gabo en alianza con Google News Initiative buscan descubrir, analizar y presentar las más valiosas iniciativas de innovación periodística que se están produciendo en Iberoamérica.

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La selección de casos que se publican en este espacio está a cargo de Ismael Nafría (España), director de la revista National Geographic España, y Olga Lucía Lozano (Colombia), directora de En Modo P. La coordinación del proyecto desde la Fundación Gabo está a cargo de Karen De la Hoz, directora de comunicaciones.

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