El sitio español especializado en fact-checking ha desarrollado estrategias y formatos para desmentir las noticias falsas desde las mismas plataformas en las que se generan.
Con la tecnología avanzando a pasos agigantados y las plataformas digitales sumando masivamente usuarios cada año, el fenómeno de la desinformación se seguirá multiplicando en los próximos años y el periodismo no podrá evitarlo.
Así lo consideró el periodista Jean François Fogel en la charla virtual ‘¿Puede el periodismo combatir la desinformación?’, llevada a cabo en el marco del Festival Gabo 2020. Fogel, miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo, dijo que el periodismo debe idear nuevas formas de frenar la desinformación en el mundo digital, así como apostar por el uso de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial.
El sitio español Maldita.es es un ejemplo de los medios que ya están llevando a cabo esas acciones para combatir las noticias falsas. Fundado por los periodistas Clara Jiménez y Julio Montes, Maldita.es se ha colocado como un medio de confianza en España, ha ampliado su audiencia significativamente y sobre todo ha logrado destacar entre los medios de fact-checking gracias a sus formatos innovadores, su lenguaje disruptivo y la forma orgánica en la que conecta con su público.
Con toda la desinformación que se ha desencadenado, la pandemia por COVID-19 representó un antes y un después para Maldita.es.
Una vez el Gobierno de España decretó el confinamiento en marzo de 2020, los miembros del sitio se fueron a casa y desde ahí atendieron la avalancha de información engañosa que no tardó en viralizarse en redes sociales. El servicio de verificación de información a través de WhatsApp que Maldita.es operaba de forma manual antes de la pandemia no tardó en verse rebasado ante la enorme demanda.
“Pasamos de tener una media de 250 consultas al día a tener 2.000 al día”, contó Jiménez a la Fundación Gabo. “Nunca en España -y diría que en el mundo- se había visto una ola de desinformación del tamaño de la pandemia y eso ha requerido rehacer procesos y crear nuevas metodologías”.
En alianza con la organización tecnológica COVIDWarriors, Maldita.es desarrolló una herramienta de inteligencia artificial a la que anunciaron como el primer chatbot de fact-checking de WhatsApp en español en el mundo.
Con esta herramienta, lanzada en junio de 2020, los usuarios pueden enviar una imagen, un enlace o la palabra clave de algún contenido engañoso y el chatbot les responde con información verificada tras hacer un contraste con la base de datos del sitio.
O bien, con un simple saludo, el chatbot despliega un menú que da las opciones de verificar un contenido, recibir un resumen de los desmentidos del día en texto o en audio, o hablar con un miembro humano del equipo de Maldita.es
“Nuestra vida cambió. Ahora es un trabajo más sencillo y tiene menos fallas”, compartió Jiménez. “Cuando desarrollas (herramientas) in-house tú sabes cuáles son tus necesidades y cuáles son los objetivos que tienes que cumplir y eso te permite hacer herramientas que en la mayoría de los casos son más eficaces”.
Maldita.es extendió al resto de sus plataformas esta lucha contra los bulos (como se le conoce en España a la información falsa o engañosa) referentes al coronavirus y concentró todos sus contenidos en un micrositio de forma que sus lectores tuvieran acceso a información confiable sobre la pandemia de forma gratuita y sencilla.
“Nuestra idea de Maldita como servicio público, contestando las preguntas de la gente, se ha probado eficaz en los momentos de mayor crisis y mayor riesgo y eso es por lo que vamos a apostar”, dijo Jiménez.
Atacando a la desinformación desde todos los flancos
Cuando la desinformación sobre la pandemia se hizo presente, el equipo de Maldita.es sabía que WhatsApp era una de las plataformas que más tenían que vigilar, dada su alta penetración en los países hispanohablantes.
Los periodistas del sitio consideran que a las fake news hay que combatirlas en las propias plataformas donde se distribuyen, porque saben que es poca la gente que se da a la tarea de averiguar si la información con la que se topan es real o no. Esto los ha motivado a crear formatos innovadores adaptados a cada red social.
“Hay que atacar a la desinformación por todos los flancos y también en los formatos en los que se genera”, dijo Jiménez. “Cuando los desinformadores utilizan determinados formatos, no lo hacen por vía difusa, lo hacen porque saben que funciona. No tiene mucho sentido intentar contraatacarles con artículos de dos mil palabras porque a lo mejor la gente que consume uno no consume lo otro. Es más fácil intentar equiparar esos formatos con fact-checking”.
Para reforzar esta estrategia con tecnología, además de su chatbot de WhatsApp, el equipo de Maldita.es ha desarrollado también una aplicación para móviles y una extensión de Chrome y Firefox que le avisan al usuario cuando una información es potencialmente engañosa mientras navega por la web. Además, ofrece una caja de herramientas de código abierto para fomentar en sus lectores la cultura de la verificación.
“Tomamos una decisión desde el inicio de Maldita que era no obligar a la gente a venir a nuestro sitio para entender que algo era mentira o era verdad y empezamos a atacar en cada red social con un formato diferente adaptado a esa red social”, dijo Jiménez.
Una de las características que más han llamado la atención de Maldita.es es su estilo de lenguaje y la forma en cómo se comunican con su audiencia. Desde que lanzaron la iniciativa en redes, en 2014, Jiménez y Montes estaban conscientes de que tenían que usar un lenguaje coloquial y aterrizado en sus verificaciones para conectar mejor con el público.
En ese sentido, el sitio tiene como eslogan “Periodismo para que no te la cuelen” (para que no te engañen). Se dirige a sus lectores como “malditas y malditos”, a los profesionales que donan su conocimiento para desmentir información falsa los conocen como “superpoderes” y a los usuarios que colaboran económicamente les llaman “embajadores”.
“Somos conscientes de que no nos podemos dirigir a la gente que trabaja 12 horas al día y que tiene 10 minutos para dedicarle a la desinformación como si estuviéramos tres escalones más arriba, pretendiendo pontificar sobre la información del día”, dijo Jiménez. “Desde el inicio tomamos una decisión de hablarle a la gente como le contaríamos a un compañero o a un amigo una cosa. Había que simplificar los mensajes, pero no en el sentido de hacerlos más sencillos, sino de hacerlos más hablados”.
El nombre de Maldita.es tiene su origen en su primer proyecto de verificación de noticias: Maldita Hemeroteca, una iniciativa dedicada a detectar y desmentir mensajes de políticos e instituciones, bautizada desde la idea de ser una plataforma que los poderosos llegaran a “maldecir” por exhibirlos.
Desde entonces, Jiménez y Montes se dieron cuenta que había muchas preguntas de los ciudadanos que los medios tradicionales no estaban respondiendo. Por ello se propusieron como misión combatir la desinformación desde la propia comunidad sin pretender ser una plataforma que tiene toda la verdad sobre las cosas.
“Creo que esa es una de las cosas básicas que caracterizan a Maldita: la creación de comunidad a base de contestar lo que la gente necesita y no necesariamente lo que tú como periodista crees que es lo más importante”, dijo Jiménez. “Hemos crecido exponencialmente cada año porque tenemos una estrategia de crear una red para limpiar un poco el ecosistema de la desinformación”.
Peleando contra las fake-news sin fines de lucro
El trabajo de Maldita.es durante la pandemia representó un crecimiento considerable en sus niveles de audiencia. Solo en marzo, al inicio de la crisis sanitaria, el sitio pasó de tener alrededor de tres millones de usuarios únicos mensuales a registrar casi 10 millones, de acuerdo con Jiménez.
Muchos medios de comunicación y creadores de contenido hubieran intentado monetizar esa enorme audiencia de inmediato ofreciéndola a las marcas. Pero Maldita.es se ha mantenido firme en su decisión fundacional de no considerar a la publicidad como fuente de ingresos.
Cuando el medio se estableció legalmente en 2018, sus fundadores tenían claro que su lucha contra la desinformación no podía ir de la mano de una intención de generar dividendos. Por ello decidieron constituirse como una organización sin fines de lucro sostenida por la gente, no solo para que su proyecto perteneciera a la sociedad civil, sino para proteger su misión más allá de los intereses de sus dirigentes.
En Estados Unidos y el norte de Europa, el modelo de organización sin fines de lucro para medios de comunicación es cada vez más común, con ejemplos destacados como ProPublica, The Texas Tribune o Watchdog.org. Sin embargo, en el periodismo de habla hispana todavía no es un modelo muy popular. Algunos medios establecidos como nonprofit en América Latina incluyen a Abraji, en Brasil; Consejo de Redacción, en Colombia; e IDL-Reporteros, en Perú.
Luego de una campaña de crowdfunding en la que se recaudaron 77.000 euros, Maldita.es se convirtió en noviembre de este año en una fundación, lo que además permite a sus lectores deducir de impuestos sus aportaciones.
El sitio tiene además ingresos por becas de instituciones como el IFCN, Google News Initiative y Open Society Foundations, por colaboración con otros medios como la radiodifusora Onda Cero, la cadena televisiva TVE y el medio digital elDiario.es, así como por la prestación de servicios tecnológicos a varias empresas.
Maldita.es es además verificador externo del programa Facebook Third Party Fact-Checking Program y colabora en el proyecto Google Jigsaw en el desarrollo de herramientas basadas en inteligencia artificial para identificar desinformación.
Vamoooo que ya somos fundación
Y para celebrarlo y por el #GivingTuesday queremos compartir contigo herramientas y recursos para que no te la cuelen: https://t.co/XTPYtOaQ3w pic.twitter.com/KtGcTPpSvW
— Maldita.es (@maldita_es) December 1, 2020
Si bien la redacción del medio no pasa de 20 miembros, sus colaboradores externos, o “superpoderes” suman ya más de 2.500. Gracias a este apoyo de gente que dona su trabajo a la organización, el sitio puede no solo darle más diversidad a sus fuentes, sino también desarrollar productos especiales como cómics, infografías o videos.
“Hay 2.500 personas entre médicos, virólogos, profesores, matemáticos, abogados que donan sus ‘superpoderes’ a Maldita y nosotros cuando tenemos una duda para resolver un fact-check podemos construir los desmentidos de una manera bastante más rápida”, dijo Jiménez.
La comunidad que han creado, tanto entre sus lectores como en el medio de la verificación de datos, se ha convertido en el principal activo de Maldita.es en su combate a la desinformación.
“Cuando la gente entra en Maldita y ve que tenemos las cuentas (de ingresos y gastos) publicadas y ve de dónde sale todo nuestro dinero, siente mayor credibilidad”, dijo Jiménez. “Maldita solamente vale algo por la credibilidad que tiene, si pierde es la credibilidad, deja de valer”.
Un formato innovador por cada plataforma
En su misión de atacar a las noticias falsas desde todos los ángulos, Maldita.es ha desarrollado elementos adaptados al lenguaje y dinámica de cada plataforma digital.
- Web: Maldita.es divide su contenido en distintas secciones: Maldita Hemeroteca, Maldito Bulo, Maldita Ciencia, Maldito Dato, Maldita Tecnología, Maldita Migración, Maldito Feminismo y Maldita Educa.
- Twitter: Además de su cuenta por cada sección, Maldita.es opera @labuloteca, una iniciativa con la que convocan a los usuarios a darles pistas para derribar información engañosa.
- Instagram: Comparten “Los 3 Bulos de la Semana”, un video de menos de dos minutos con un resumen de las tres noticias falsas más destacadas de los últimos días con sus respectivos desmentidos.
- TikTok: Usan las tendencias virales de la plataforma y el lenguaje que lo caracteriza para desmentir información engañosa.
- iVox: El podcast “Maldita la Hora” se publica cada viernes para alertar sobre las fake news más relevantes de la semana.
- WhatsApp: En verano lanzaron el chatbot que a través de inteligencia artificial permite a los usuarios verificar un contenido o solicitar un resumen de desmentidos en texto o en audio.
- YouTube: Se aliaron con El Faro (El Salvador), Ojo Público (Perú) y Dromómanos (México) para realizar transmisiones en vivo comentadas de las elecciones de Estados Unidos, así como de los debates previos entre Joe Biden y Donald Trump.
Sobre este proyecto
La Fundación Gabo en alianza con Google News Initiative buscan descubrir, analizar y presentar las más valiosas iniciativas de innovación periodística que se están produciendo en Iberoamérica.
Puedes conocer más sobre esta iniciativa y compartir tus casos de innovación a través de este formulario.
La selección de casos que se publican en este espacio está a cargo de Ismael Nafría (España), director de la revista National Geographic España, y Olga Lucía Lozano (Colombia), directora de En Modo P. La coordinación del proyecto desde la Fundación Gabo está a cargo de Karen De la Hoz, directora de comunicaciones.