Bradley Manning, el soldado de 24 años de edad acusado de haberle entregado al sitio web WikiLeaks 260.000 cables diplomáticos relacionados con las guerras de Irak y Afganistán, comparece esta semana ante la justicia norteamericana.
Manning podría ser condenado a cadena perpetua si es declarado culpable de los múltiples cargos en su contra, principalmente el de ayudar al enemigo.
La defensa del soldado ha tratado de reducir el número de cargos que pesan sobre su cliente, argumentando entre otras cosas, que Manning al ser enviado a Irak sufrió discriminación sexual debido a su orientación homosexual.
El acusado confesó su condición sexual en un correo electrónico a un superior, el sargento Paul Atkins, acompañando el mensaje con una foto suya vestido de mujer.
En la audiencia, uno de los testigos, el conocido hacker Adrian Lamo, confirmó que fue contactado por Manning en 2010. Según él, a través de chat le dijo que había sustraído un buen número de documentos secretos y que se los estaba dando a “un australiano loco de pelo blanco”, descripción que la fiscalía asocia con Julian Assange, fundador de WikiLeaks.
Durante los últimos cinco días la defensa ha tratado de demostrar que los problemas emocionales de Manning no lo hacían apto para las funciones que se le delegaron, y que por lo tanto, la culpa es de sus superiores.
El juicio puede tomar todavía varias semanas más, antes de que se de termine si el soldado será llevado ante una corte marcial.
Para debatir:
En las audiencias de esta semana, se han enfrentado los asistentes que consideran a Manning un héroe contra quienes lo tildan de traidor a la patria. ¿Héroe o villano?