Periodistas, a informar mejor sobre el cáncer

Periodistas, a informar mejor sobre el cáncer

A propósito de la décimoquinta conmemoración de esta fecha, la organización mexicana Cáncer en Positivo ha dado a conocer un manual de estilo con consejos para periodistas que deben redactar una nota de salud, que reproducimos a continuación.
Es posible seguir a Cáncer en Positivo en Twitter como @Cancer_Positivo
Red Ética FNPI

El Día Mundial de la Lucha Contra el Cáncer se celebra cada 4 de febrero desde el año 2000, por iniciativa del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC).

A propósito de la décimoquinta conmemoración de esta fecha, la organización mexicana Cáncer en Positivo ha dado a conocer un manual de estilo con consejos para periodistas que deben redactar una nota de salud, que reproducimos a continuación.

¿Cómo redactar una nota de salud?

Dentro del periodismo de salud es común encontrar notas relacionadas con determinadas enfermedades, especialmente aquellas que generan mayor preocupación a las personas debido a su magnitud, sus riesgos o por su reciente aparición. Abordar estos temas preventivos resulta de vital importancia para mantener informada a la población.

Asimismo, es indispensable hablar sobre temas que abordan las investigaciones y el desarrollo de nuevas moléculas, así como descubrimientos farmacéuticos que ofrecen mayor esperanza de vida.

Por lo anterior, los periodistas de salud son pieza fundamental en la formación de la sociedad respecto a cuestiones relacionadas con la prevención, el control y los nuevos tratamientos. Así que, al redactar una nota de salud, no puede dejarse de lado una comunicación clara, coherente con lo que se desea expresar, bien fundamentada y utilizando el lenguaje correcto que facilite a las personas entender la información.

Por supuesto, nadie está exento de cometer errores al redactar una nota especializada, por lo que las siguientes recomendaciones pueden ser útiles en la labor periodística.

  • Investigar el hecho y su relevancia social
  • Evitar caer en el sensacionalismo abundando en aspectos morbosos
  • No crear alarma social al tratar los temas de forma superficial
  • Verificar las fuentes para evitar engaños, fraudes científicos o generar falsas expectativas sobre tratamientos sin sustento científico
  • No utilizar títulos inadecuados que preocupen o confundan a la población sobre los medicamentos
  • Utilizar un lenguaje apropiado y comprensible para los lectores
  • Informarse sobre la manera adecuada en que se escriben las palabras para reforzar el vocabulario y hacerlo más vasto
  • Revisar que la nota transmita lo que se desea
  • Releer el escrito varias veces para evitar errores
  • En caso de dudas sobre el lenguaje, recurrir a fuentes confiables como diccionarios, libros de sinónimos y antónimos. Con ello es más sencillo ampliar y mejorar el vocabulario, eliminar palabras repetidas o pleonasmos y evitar los errores ortográficos. Se recomienda revisar el Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia de la Lengua Española.

La responsabilidad del periodismo de salud

Durante años, el campo del Periodismo de Salud se ha asociado a la idea de generar mensajes relacionados con determinadas enfermedades, sobre todo cuando éstas preocupan a la población por su magnitud, riesgo epidemiológico o reciente aparición. Este enfoque sigue vigente y es muy importante desde el punto de vista preventivo; sin embargo, no es el único, ya que cada día presta más atención a todo aquello que contribuya a mejorar la calidad de vida de la población.

Tal es el caso de la investigación y desarrollo de nuevas moléculas que den esperanza a pacientes con enfermedades de difícil control o con pocas posibilidades de cura, fármacos a los que se haya descubierto otras indicaciones terapéuticas; o bien, medicamentos que por su innovador mecanismo de acción proporcionan años-vida con una mejor calidad de vida. En general, todo apunta a que el futuro se centrará en la medicina persona- lizada, permitiendo a las hoy enfermedades con alto índice de mortalidad convertirse en males crónicos.

En ese sentido, el periodista de la fuente de salud tiene que desarrollar, aparte de su labor informativa, una tarea pedagógica y didáctica que contribuya a la formación de la sociedad en temas de prevención, control y tratamiento de padecimientos.

Para posibilitar la comunicación entre los profesionales de la salud y los ciudadanos, el periodista debe estar bien informado (investigar el hecho, evaluar su relevancia social, verificar sus fuentes para evitar engaños o fraudes científicos, utilizar géneros periodísticos apropiados), conocer la línea editorial de su medio y usar un lenguaje comprensible y adecuado según las diferentes audiencias.

También es importante no caer en prácticas que desmerezcan el trabajo profesional y que puedan poner en riesgo a la población directa o indirectamente:

  • El sensacionalismo: abundar sin necesidad en aspectos morbosos de la información.
  • Propiciar o crear alarma social: se tratan los problemas de forma superficial, lo que puede originar, por ejemplo, un temor injustificado respecto a ciertas enfermedades.
  • Generar falsas expectativas: al informar de posibles remedios no contrastados suficientemente o presentados sin sustento científico.
  • Evitar el uso de títulos inadecuados: que generen preocupación, confusión o que inciten al rechazo o consumo de medicamentos o alimentos sin prescripción médica.

El Periodismo de Salud tiende a incurrir en estos errores, pero para que el periodista pueda superarlos, además de una preparación adecuada y una mayor atención de los medios hacia estos temas debe, ante todo, pensar en su público con ética y profundo sentido de responsabilidad social.

La página web de Cáncer en Positivo cuenta también con un completo glosario con definiciones de términos especializados acerca del cáncer, que puede resultar de gran utilidad para periodistas de salud.

 

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