La agregaduría de contenidos no es una mala práctica si se hace con responsabilidad, ética y respeto a la audiencia.
Aunque se mezclen lo ajeno y lo propio, tal práctica no deja de ser un plagio porque es una apropiación del trabajo ajeno. Como se ha explicado otras veces, quien plagia se adueña de lo que no es suyo y obtiene lucro por ello.
Guillermo Franco entra en un debate ético sobre el uso de material de otro medios y ofrece una explicación desde el caso particular del portal web donde es director: Pulzo.