Gran revuelo han causado las declaraciones dadas por Meghan Markle y su esposo el príncipe Harry de Inglaterra al programa de televisión de Oprah Winfrey en la cadena CBS. En la entrevista, admiten haber sido víctimas de racismo al interior de la casa real, cuando miembros de la familia especularon respecto al color de piel que tendría su hijo.
Pero mayor revuelo aún está causando el video producido por los youtubers británicos Josh Pieters y Archie Manners, quienes realizaron para su canal un interesante experimento periodístico: se hicieron pasar por una productora de televisión y contactaron a cuatro reconocidos comentaristas de la realeza dos días antes de que la entrevista fuera emitida por CBS, para conocer sus opiniones respecto a ella.
Sin pensarlo dos veces, los cuatro analistas aceptaron comentar la entrevista, a pesar de haber admitido ante la cámara no haberla visto previamente. Los comentaristas que cayeron en la trampa fueron Dickie Arbiter, exsecretario de prensa de la reina; Victoria Arbiter, comentarista de la realeza para CNN; Ingrid Seward, editora principal de Majesty Magazine; y el comentarista de la realeza Richard Fitzwilliams.
“Lo que vi fue a una actriz haciendo una de sus mejores actuaciones”, dijo Seward sobre la duquesa de Sussex, a pesar de no haber visto la entrevista. Mientras tanto, Fitzwilliams calificó a Markle de haber utilizado “un lenguaje demasiado fuerte para referirse a otros miembros de la casa real”, al mismo tiempo que calificó a Oprah Winfrey de haber sido "demasiado condescendiente y amigable" con sus entrevistados.
Aunque Pieters y Manners son conocidos por sus bromas pesadas a celebridades en su canal de YouTube, aquí lograron llamar la atención respecto a un problema ético real. “Estos comentaristas suelen cobrar por las opiniones que dan a los canales de televisión, y lo que dicen tiene un impacto real en lo que el público piensa”, dijeron a The Guardian.
Varios de los comentaristas fueron contactados por The Guardian para conocer su punto de vista sobre lo sucedido. Arbiter y Fitzwilliams coincidieron en señalar que fueron engañados y que lo que dijeron fue editado para presentarse fuera de contexto. “Esto fue deliberadamente engañoso y una 'estafa'. Solo comenté sobre los fragmentos de la entrevista que ya estaban en circulación global, pero mi entrevista fue editada para dar a entender que estaba especulando sobre la entrevista del programa completo. No estaba especulando. Yo no especulo”, aseguró Arbiter.
Aunque este tipo de comentaristas no son necesariamente periodistas sino opinadores, para ellos también aplican preceptos éticos por la responsabilidad que tienen ante la audiencia. “Para opinar se requiere recabar información, análisis y algo de reflexión. De lo contrario sería un resumen de sensaciones, sentimientos, predicciones. Casi un horóscopo”, estima Mónica González en una de sus respuestas para nuestro Consultorio Ético respecto al género de la opinión en la prensa.
Trampa o no, lo hecho por Pieters y Manners expuso los dilemas éticos que implica una práctica común en los medios de comunicación, al entrevistar a analistas de manera previa a que ocurran hechos noticiosos previsibles. Tal vez lo más grave sucedió cuando les preguntaron a los comentaristas respecto a temas que jamás se abordaron en la entrevista, como la supuesta negativa de Meghan Markle a ponerse la vacuna contra el coronavirus, que fue obviamente condenada por los expertos.
“Este tipo de grabaciones previas, conocidas como 'rellenos avanzados', se realizan con frecuencia para varias noticias, obituarios, etc., de modo que los periodistas tengan comentarios instantáneos en caso de noticias de última hora. No hay nada deshonroso en ello”, se defendió Fitzwilliam al conversar con The Independent.