El periodismo implica demostración rigurosa de los hechos: Mónica Baró
24 de Abril de 2017

El periodismo implica demostración rigurosa de los hechos: Mónica Baró

Entrevista con la finalista del Premio Gabo 2016 en la categoría Texto.
Mónica Baró | Fotografía: FNPI
Red Ética

A propósito de la convocatoria a participar en el Premio Gabriel García Márquez de Periodismo 2018, que está abierta hasta el próximo 24 de mayo, la Red Ética contactó a Mónica Baró, finalista de la edición 2016 en la categoría Texto, para entender cómo logra hacer periodismo independiente a pesar de las restricciones que existen en su país.

Mónica es miembro editorial del portal Periodismo de Barrio, una revista digital hecha en Cuba, que aborda temas relacionados con cambio climático, desarrollo local y comunidades vulnerables.

Fue finalista de la edición 2016 del Premio Gabo en la categoría Texto con su crónica titulada La Mudanza, que narra la historia de miles de personas que forman una comunidad llamada San Pedrito, Provincia Santiago de Cuba, que no quieren demoler y mudarse para los lugares que les ofrecen.

“El periodismo, como lo asumo, implica demostración rigurosa de los hechos expuestos y publicados… Lo que hace que el periodismo sea periodismo es la suma de su misión de servicio público y sus procedimientos investigativos”, afirma Mónica en la entrevista que compartimos a continuación.

¿Cómo logras hacer periodismo independiente y fresco en Cuba, a pesar de las restricciones del gobierno a la prensa?

En Cuba, más que restricciones del Gobierno a la prensa, lo que ocurre es que no hay libertad de prensa -ni de expresión, ni de asociación-, como tampoco hay transparencia informativa. Hacer periodismo en Cuba de manera independiente, fuera de las instituciones de prensa del Estado y sin subordinar el ejercicio periodístico a los intereses políticos del Partido Comunista de Cuba que gobierna, significa no existir como periodista. Significa que no cuentas con personalidad jurídica, ni con un documento que te acredite como periodista, ni con leyes que te respalden para acceder a las fuentes de información. Significa trabajar apelando a la buena voluntad de las fuentes para que te ofrezcan información o te cuenten una historia. Significan que nunca puedes exigir a nadie que te conceda una entrevista porque como periodista no tienes derechos ni reconocimiento legal.

¿Cómo logramos, a pesar de todo esto, hacer periodismo? No lo tengo aún muy claro. Creo que si logramos contar historias es porque amamos y respetamos lo que hacemos. No somos ni héroes ni heroínas. El periodismo ha sido difícil en todas las épocas y en todos los lugares del mundo, porque los poderes dominantes siempre han sido enemigos de la verdad. Cuando alguien elige hacer periodismo –no propaganda, no publicidad- sabe que tarde o temprano deberá desafiar esos poderes para intentar encontrar la verdad o algo de verdad; para echar luces sobre realidades y hechos ocultados a la sociedad. Y en Cuba no es distinto. A pesar de que siento que todavía en mi país estamos muy lejos del periodismo, cada vez hay más periodistas que comprenden que la independencia es un valor esencial del periodismo, que marca la diferencia entre el periodismo al servicio de la sociedad y el periodismo al servicio de los poderosos (aunque para mí periodismo es solo el que sirve a la sociedad, el otro, por una cuestión de respeto a los periodistas que arriesgan su libertad o su vida por su trabajo, no puedo considerarlo periodismo).

Uno escucha hablar del portal Periodismo de Barrio y piensa inmediatamente en la expresión periodismo ciudadano. ¿Te sientes cómoda con que se te etiquete como una periodista ciudadana? ¿Existe para ti el denominado periodismo ciudadano?

No y no estoy muy segura. Periodismo ciudadano es una categoría que surge asociada, principalmente, a procesos comunicativos de participación estimulados por el desarrollo de Internet, las redes sociales y las tecnologías digitales. Reconozco el valor de esos procesos en el mundo, pero el periodismo, para que sea periodismo, no debe cumplir solo con una misión de servicio público sino también con una serie de procedimientos que determinan la legitimidad de un producto periodístico. El periodismo, como lo asumo, implica demostración rigurosa de los hechos expuestos y publicados. No importa si lo hace un ginecólogo o una bailarina, que son tan ciudadanos como los periodistas; ni si se publica un texto en un medio impreso o digital; ni si se cuenta una historia con texto o imágenes o sonido; ni si es narrativo o literario o nada de eso. No es quiénes lo hacen, no son los formatos, no son los lenguajes, no son los estilos. Lo que hace que el periodismo sea periodismo es la suma de su misión de servicio público y sus procedimientos investigativos. Yo me identifico como periodista, a secas. Periodista me parece una palabra inmensa. Soy también ciudadana de mí país. Y mujer. Y joven. Y caribeña. Y mestiza. Y habanera. Todo eso atraviesa lo que hago, pero me alcanza con una palabra para definirme en términos profesionales y laborales: periodista.

¿Estás de acuerdo con que se lea o interprete tu crónica ‘La Mudanza’ como una metáfora de los cambios que está experimentando toda Cuba en la actualidad?

Cada persona puede leerla e interpretarla como prefiera, pero creo que es más bien una expresión de cómo se han experimentado en Cuba los cambios durante muchísimos años, desde que el Comandante Fidel Castro presidía el país. La realidad que refleja la historia de La mudanza no es una realidad nueva o sin precedentes. El autoritarismo, las imposiciones, la centralización del poder, forman parte de la historia de la Revolución Cubana. En la actualidad, de hecho, las expresiones son mucho menos violentas de lo que fueron, sobre todo, en los setenta, en los ochenta, en los noventa. Pero como sociedad no hemos aprendido todavía a impulsar cambios democráticamente. El Estado, dirigido por el Partido Comunista de Cuba, sigue siendo quien decide la vida de todos los ciudadanos cubanos. Y no admite oposición a sus decisiones, ni siquiera pensamientos distintos, no necesariamente opositores a los ideales socialistas que asegura defender. De cierta manera, la historia de La mudanza es una muestra conflictiva de ello.

Cuéntanos más sobre cómo está cambiando el periodismo cubano. Con portales como El Estornudo y Periodismo de Barrio, sentimos que hay un renacer del periodismo en la Isla.

Podría decirse que sí, que hay un renacer del periodismo. Los medios digitales que han surgido en los últimos años, de manera independiente al Estado y al Partido, están proponiendo maneras distintas de contar historias, están abordando realidades que quedaban fuera de las agendas mediáticas estatales, están diversificando los discursos sobre Cuba y, sobre todo, están demostrando que en Cuba hay periodistas muy capaces, críticos y comprometidos con la sociedad. Sin embargo, el futuro es demasiado incierto como para interpretar ese renacimiento como un cambio en el periodismo cubano. Hasta ahora, los medios independientes son tolerados, pero no aceptados. De hecho, suelen ser atacados con bastante frecuencia desde espacios formales e informales. Su suerte depende en gran medida de lo que ocurra en Cuba en 2018, cuando Raúl Castro sea relevado de la presidencia por X persona (nadie sabe, con certeza, por quién, solo se sabe con certeza que esa persona no será elegida directamente por el pueblo).

No podemos predecir cómo responderá el Gobierno, en un futuro cercano, a la existencia y auge de medios de comunicación independientes, que se resisten a que el Partido intervenga y controle sus procesos productivos. Podría seguir tolerándolos, podría crear condiciones para su legalización, o podría, en el peor de los escenarios, aplicar recursos legales que obstaculicen aún más la labor de esos medios, hasta hacerlos desaparecer. Que el periodismo en Cuba cambie depende de que cambie algo tan complejo como la manera de pensar un país. El Gobierno, hasta hoy, no percibe la libertad de prensa como un beneficio para la sociedad -indispensable para las aspiraciones emancipadoras que motivaron la Revolución Cubana y hasta para su propia gestión- sino como un peligro político. Si será o no distinto, no lo sé. Los periodistas de medios independiente lo que podemos haceres continuar trabajando lo mejor posible en nuestras circunstancias.

Más sobre Mónica Baró 

Miembro del Consejo Editorial. Reportera. Graduada de Periodismo en 2012. Periodista de la revista Bohemia de 2012 a 2014. Egresada del Taller de Técnicas Narrativas del Centro Nacional de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso en 2010. Participante del Taller Formación de Formadores del 2011 y del Taller Latinoamericano de Comunicación Popular del 2013 en el Centro Memorial Dr. Martin Luther King, Jr. (Cuba). Coordinadora y ponente en el Taller Internacional sobre Paradigmas Emancipatorios desde 2011. Coordinadora del Proyecto educomunicativo Escaramujo, en Matanzas/2012. Participante de la Corte de Mujeres de los Consejos Populares de Centro Habana en 2013. Participante en el Seminario de Construcción Colectiva. Descolonización de saberes: subjetividad y luchas emancipatorias en América Latina y el Caribe, del Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI), Costa Rica, en 2014.

¡Participa en el Premio Gabo 2018!

El Premio Gabo es organizado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano –FNPI- con el apoyo de una alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los Grupos Bancolombia y SURA con sus filiales en América Latina. (Encuentra las bases para postular en este enlace).

Hasta el 24 de mayo, los periodistas que hayan publicado trabajos en español o en portugués entre el 1 de abril de 2017 y el 31 de marzo de 2018, en cualquier formato o tipo de medio, pueden postular a una de las cuatro categorías del concurso: Texto, Imagen, Cobertura e Innovación.

 

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