¿Que hacer frente a un gobierno que no da declaraciones a los medios independientes?
21 de Septiembre de 2016

¿Que hacer frente a un gobierno que no da declaraciones a los medios independientes?

El actual gobierno de Nicaragua no ofrece declaraciones a los medios independientes o contrarios a su política. Ante esto muchos periodistas utilizamos declaraciones publicadas en los medios del gobierno, pero me pregunto si esto no constituye un plagio, o si esta información puedo calificarla de veraz, debido a que por ser oficial, sus periodistas podrían manipular la información.

Respuesta: La información oficial no es indispensable para el periodista, por tanto, cuando los gobiernos miran al periodista como un intermediario prescindible y dan la información oficial a través de sus propios medios, la tarea del periodista crece en importancia. En efecto, si utiliza otras fuentes que confirman, o cuestionan, o leen críticamente la información oficial, el periodista protege eficazmente a los ciudadanos de las informaciones no siempre fiables que proceden del sector oficial. En situaciones normales, el periodista debe confrontar la información oficial con otras fuentes testimoniales, documentales escritas, o documentales gráficas. Cuando esta es la práctica normal del periodista, la decisión oficial de no entregar información a la prensa, no la afecta. Para el buen periodista no hay fuentes únicas porque toda fuente puede ser sustituida y debe ser confrontada con otras fuentes. Finalmente, la información oficial es para uso de cualquier ciudadano, incluido el periodista y es una práctica obligatoria, citar la fuente en primer lugar, para que el lector sepa y valore la persona o la entidad que la origina. Además, esa información no debe ser presentada tal y como sale de las oficinas de prensa oficiales, sino reelaborada después de una tarea de reportería consistente en el recurso a otras fuentes y comprobación de todos sus datos.

Documentación

 El pacto con el público incluye revelarle al lector las fuentes y los métodos empleados para conseguir la información. Hay que explicar cómo descubrió el periodista sus datos y en qué se basa para creer que son ciertos. Si una pieza clave de la información procede de una fuente interesada, es bueno hacérselo explícito al lector para que sepa que se encuentra ante una información posiblemente sesgada. Si, por ejemplo, hace un balance de la guerra y va a citar a un funcionario del Ministerio de Defensa diciendo que el ejército le va ganando a la guerrilla, es bueno decir que esta información fue aportada por un funcionario del sector defensa, para que el lector decida si le cree o no. Según ese pacto ha de someter a cada fuente a un test de veracidad. Kovach y Rosenstiel en “Los elementos del Periodismo” hablan de la importancia de una edición escéptica. Su propuesta consiste en valorar una noticia frase por frase, declaración por declaración, preguntándose: ¿cómo hemos sabido esto? ¿Por qué debería el lector creer esto otro? ¿Qué suposiciones oculta esta frase? La fuente que mienta debe ser tratada con más cautela la próxima vez. Algunos periodistas revelan la fuente que mintió pues el pacto de confidencialidad supone la veracidad de la información. Juanita León: La relación entre los periodistas y sus fuentes. Proyecto Antonio Nariño, Bogotá, 2004, p. 20.

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