Con un proyecto para investigar los problemas de salud mental de la sociedad colombiana en tiempos de posconflicto, Andrés Bermúdez Liévano fue uno de los ganadores de la Beca Rosalynn Carter en su edición 2017-18.
Gracias al apoyo de la Beca, que incluyó un estipendio de 7 000 dólares y la asesoría de expertos en salud mental del Centro Carter de Atlanta, Bermúdez rastreó en Colombia las historias de personas con cicatrices físicas y mentales que les dejaron las minas antipersona, la violencia sexual y demás males que rodean al conflicto armado del país.
El objetivo de Bermúdez fue reportar la forma como estas víctimas se enfrentan a sus problemas mentales y emocionales, ante la escasez de apoyo psicosocial, y cómo, pese a esto, han reconstruido sus propias comunidades. Estas historias fueron publicadas en medios como Pacifista, Semana Rural y Cerosetenta.
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Creada en 1996 por el mencionado Centro, la Beca Rosalynn Carter ha beneficiado y entrenado a numerosos periodistas de Estados Unidos, así como de Rumania, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Colombia, con el fin de mejorar la calidad de la reportería sobre salud mental en esos países.
Para 2019, la administración de la beca en Colombia, a cargo de la Universidad de la Sabana, ha abierto la convocatoria para todos los países de América Latina, con el apoyo de la FNPI. Esto con el fin de revelar el estado de la salud mental en la región y reducir el estigma y la discriminación en contra de personas que padecen de enfermedades mentales.
A continuación, Andrés Bermúdez explica su interés por narrar estas historias, su apreciación acerca del periodismo sobre salud mental que se hace en la región y su experiencia como becario Carter. Lee la entrevista y postúlate a la Beca Rosalynn Carter 2019-20 hasta el 1 de julio de 2019.
¿De dónde surge tu interés por investigar cómo se enfrentan a sus problemas mentales y emocional aquellas personas con cicatrices de minas antipersona, violencia sexual y demás males del conflicto armado?
Siempre he trabajado temas de las secuelas del conflicto armado y, sobre todo, la manera cómo sus víctimas vienen reconstruyendo sus vidas. Pensar en su salud mental y emocional era un paso natural adicional en ese proceso de entender esos procesos de reconstrucción.
¿Cómo ayudó la asesoría de expertos y el apoyo económico que recibiste como parte de la Beca al momento de desarrollar tu trabajo?
La beca, con sus increíbles recursos humanos y su generoso estipendio, me permitieron sacar el tiempo para hacer la reportería y escritura de estos casos que había mapeado en todo el país, por lo general en zonas recónditas. Aún continúo escribiendo varias de ellas porque se volvió parte de mi vida como periodista.
¿Cuál es tu recuerdo favorito de tu paso por el Centro Carter en Atlanta?
Conocer a la señora Carter es sin duda uno de sus inmensos legados, como alguien que ha dedicado su vida a visibilizar y promover una comprensión más compleja e integral del problema.
¿Cómo calificas el cubrimiento sobre salud mental que se hace en el país y la región?
Más que si es bueno o malo, creo que francamente no hemos incorporado las preguntas por la salud mental y emocional de la gente a nuestra reportería, ni siquiera en casos evidentes de violencia y afectación.
¿De qué manera la beca ayudó a cambiar tu propia percepción sobre las enfermedades mentales?
La beca me permitió crear una burbuja especial en la que me dediqué a leer sobre estos temas y repensar mi manera de aproximarme a ellos. Creo que no solamente mi comprensión de estos problemas mejoró, sino que -indudablemente. mi reportería y mi escritura también.
¿Qué impacto percibes que tuvieron los trabajos periodísticos que produjiste como parte de la Beca?
Los trabajos han circulado ampliamente, quizás en parte debido a que resultaban historias poco habituales, de indígenas levantando pesas o de víctimas trabajando con cerámica. Mi comprensión mejorada de estos temas me ayudó a encontrar y contar mejor buenas historias.
¿Por qué recomendarías esta experiencia a otros periodistas?
Para ser buen periodista hay que leer mucho y comprender que el proceso de formación propia no termina. La beca es una extraordinaria oportunidad para hacer justamente eso: dedicarse a aprender, entender, repensar, escribir, compartir. En últimas, a reflexionar sobre cómo hacer mejor el oficio.
Sobre la Beca Rosalynn Carter para periodismo en salud mental 2019
Es entregada por el Carter Center de Atlanta y la Universidad de La Sabana, en asocio con la FNPI - Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano. El acuerdo otorga dos becas para periodistas latinoamericanos que investiguen y produzcan reportajes que revelen el estado de la salud mental en la región. La convocatoria está abierta hasta el 1 de julio de 2019.
Creada en 1996, la Beca Rosalynn Carter ha beneficiado y entrenado a numerosos periodistas en Estados Unidos, Rumania, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Colombia. Su objetivo consiste en mejorar la calidad de la reportería en salud mental en regiones donde más se necesita y, luego, facilitar que los países socios asuman las actividades de la beca. Para 2019, la administración de la Beca en Colombia ha abierto la convocatoria para todos los países de América Latina.