Tengo una propuesta para hacer mi pasantía en un medio periodístico en el que pretenden sustituir a un periodista profesional. ¿Hasta donde mi responsabilidad al aceptar un puesto si ello va en detrimento de la profesión?
22 de Septiembre de 2016

Tengo una propuesta para hacer mi pasantía en un medio periodístico en el que pretenden sustituir a un periodista profesional. ¿Hasta donde mi responsabilidad al aceptar un puesto si ello va en detrimento de la profesión?

Foto: Pixabay.com

Tengo una propuesta para hacer mi pasantía en un medio periodístico en el que pretenden sustituir a un periodista profesional. ¿Hasta donde mi responsabilidad al aceptar un puesto si ello va en detrimento de la profesión? El problema ético se plantea cuando el pasante regala su trabajo y crea un precedente dañino para la sociedad y para los periodistas profesionales.

Los códigos de ética que consideran el tema de los salarios de los periodistas tienen en cuenta las exigencias de la justicia, para preceptuar que al trabajador se le pague un salario decente que compense la dedicación total a su trabajo además, los códigos dejan entender la razón social y política de este requerimiento: que la sociedad tiene derecho a una información de calidad y esta se pone en peligro cuando se paga con malos sueldos y con la contratación de personal con débiles capacidades profesionales.

Estas dos consideraciones, de justicia y de responsabilidad social, son las que señalan el deber ser de la contratación del personal de un medio de comunicación y las razones que explican el carácter antiético de la práctica de reemplazar una redacción de profesionales por una de pasantes, con el argumento de la reducción de costos.

Como empresa responsable ante la sociedad, un periódico, canal o emisora que difunden información, tiene contraído el deber de mantener la calidad indispensable para entregar una información completa y oportuna a la sociedad.

Este es el producto al que se obligan los empresarios, y que la sociedad espera de ellos. Es una exigencia de tal gravedad, que si la empresa no está en capacidad de ofrecerla, la solución no está en disminuir la calidad, sino en dejar la prestación de ese servicio indispensable, a las empresas que sí estén en condiciones de garantizarlo.

Documentación.

Claude Sitton, director editorial de la News Observer Publishing Company en Raleigh, Carolina del Norte sostiene que si a un periódico no le va bien como negocio "se debilita y se hace vulnerable a esas gentes que podrían utilizarlo en beneficio propio".Ottis Chandler, presidente del comité ejecutivo del Times Mirror Company de Los Angeles cree que los "periódicos de éxito no tienen que permitir que los negocios invadan la arena editorial".

Otro que cree que un periódico tiene que triunfar como negocio si quiere ofrecer un periodismo de calidad es Donald Graham, editor del Washington Post. "Las ganancias no son incompatibles con el buen periodismo", concluye.

Debido a que los medios de información son negocios, sufren las influencias de las mismas fuerzas que soportan todas las empresas grandes. No hay nada intrínsecamente ilegal o ilegítimo en el hecho de que los medios dancen al mismo ritmo económico que motiva a las grandes empresas, pero el negocio de las noticias difiere de otros en un sentido muy importante. El público interpreta la libertad constitucionalmente garantizada de los medios en el sentido de que los convierte en un servicio semipúblico, siendo al mismo tiempo empresas privadas que buscan utilidades.

Eugene Goodwin.
Por un Periodismo Independiente. Tercer Mundo, 1994. P. 38 y 39.

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