El portal Journalism.co.uk extrajo tres pasos que las organizaciones de noticias deberían llevar a cabo para combatir el problema de las noticias falsas.
El curso hace parte de una serie de programas llevados a cabo por el Davidson College, el cual busca explorar coyunturas críticas e involucrar a los participantes en discusiones honestas y valiosas.
¿Qué pasa cuando la opinión pública rechaza la verdad? Se levanta como un imperio la noticia deseada, la noticia que la opinión pública elige creer.
Nuestro trabajo es buscar los datos que permitan construir el mensaje. La verdad, no la noticia deseada.
¿Por qué un medio de comunicación protege la identidad de algunos y no de otros cuando se trata de casos que involucran a menores en delitos?
¿Cuál debería ser la palabra del 2017?… Como respuesta, propongo otro neologismo: verdadistas.
Toda primicia periodística suele dar prestigio a quien la obtiene, pero trabajar historias basadas en filtraciones nos enfrenta a algunos de los dilemas más delicados en nuestra profesión.
Los rumores no chequeados se transmiten como la espuma. Se deslizan con total fluidez por las plataformas digitales y siembran también el odio.
Editores, empresas, políticos, oficinas de comunicación, agencias de PR, entre otros, no entienden lo que hoy es un medio de comunicación multiplataforma. O quizás entienden muy poco.
Los tuits de Trump son una nota inevitable, pero detrás de ellos hay historias que exigen periodistas capaces de contarlas.
“¿Qué sintió cuando vio que se le quemaba la casa?”, es una pregunta que se repite una y otra vez en este tipo de coberturas.
¿Cuál es el interés público de la información en cuestión?
En una entrevista concedida a la directora de operaciones de Facebook, el creador de la red social más grande del mundo reveló cuáles son algunos de sus planes para el 2017.
El problema de esta epidemia ha comenzado a ser atacado desde dos frentes: el de negocio y el de la distribución.