Romper la inercia es el seminario que reúne en Cartagena de Indias a una veintena de periodistas y editores económicos para reflexionar sobre el papel del periodismo económico y de negocios ante las turbulencias que vive Latinoamérica.
Durante el primer día del Seminario, organizado por CAF- banco de desarrollo de América Latina y la FNPI- Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, los participantes hicieron una autocrítica colectiva sobre las falencias y asignaturas pendientes del periodismo económico en aras de un mejor cubrimiento regional.
Luis Miguel González, director editorial del diario El Economista de México, enumeró algunos de esos desafíos y, además, dio algunas luces para redefinir la agenda periodística.
1. Cubrir más la creación y la distribución de la riqueza
El periodismo latinoamericano aún debe encontrar una cobertura del sector privado que refleje todo lo que hace, especialmente después del escándalo de Odebrecht.
Sin embargo, cubrir el sector privado no es solo quedarse mirando la corrupción. También hay por delante historias sobre la creación y la distribución de la riqueza, y sobre la innovación, competencia y competitividad. Además, los periodistas deben aprender a contar a los innovadores más allá de la alta tecnología, porque en otros procesos productivos hay innovación.
2. Informar pensando en el futuro
La gran historia por contar del periodismo económico latinoamericano está en ver las perspectivas de desarrollo de la región y no quedarse solamente mirando el pasado ni contando el presente.
3. Trabajar en red
El escándalo de corrupción de Odebrecht debería dejarle a la prensa latinoamericana una gran lección porque le sigue costando trabajar en red para contar mejor los fenómenos transnacionales. Además, González recalcó que los periodistas suelen hablar de sus países como si fueran islas económicas, dejando de lado que su desarrollo depende de lo que ocurra con sus vecinos y en la región.
4. Hacer un periodismo más explicativo
Falta un periodismo que cuente más en lenguaje sencillo fenómenos complejos, por ejemplo historias pedagógicas sobre el funcionamiento de las criptomonedas.
5. Desarrollar una agenda propia
“No es lo mismo que tú busques la historia a que te busquen para que la cuentes. Todos tenemos restricciones de presupuesto y tenemos pocos recursos y tiempo. Pero también es cierto que no usamos bien los pocos recursos que tenemos y deberíamos aprovecharlos más con historias de agenda propia”, propuso González.
6. Apostarle más al análisis
Falta más reporteo con análisis. No basta con enumerar los datos. En últimas un buen periodismo económico hace parte del antídoto ante el creciente populismo en la región.
7. Contar más lo micro
Uno de los grandes retos de los editores económicos es contar más la microeconomía sin dejar de lado la macroeconomía. Hacerle seguimiento a las cuentas públicas y a las empresas es parte del trabajo, pero eso es solo la mitad. La otra mitad está en lo micro: en las historias de los trabajadores, en los consumidores, en los propietarios de la tierra, etc.
8. Apostarle a una mejor narrativa
Tener conocimientos técnicos y escribir historias con números no implica renunciar a contarlas bien. La narrativa suele ser muy pobre en el periodismo económico y lo es mucho más en comparación con el periodismo anglosajón.
En Latinoamérica no hay una tradición de grandes biografías de empresarios ni de empresas. La prensa estadounidense, por ejemplo, tiene buenos ejercicios periodísticos que cuentan su historia económica reciente a través de tres sagas familiares: los Ford, los Rockefeller y los Kennedy.
9. Narrar mejor los cambios demográficos de la región
Durante los últimos 20 años, la mujer pasó de tener una participación marginal en el mercado laboral a asumir roles clave. Ese ascenso en el mundo de los negocios es un proceso que apenas está ocurriendo y que amerita una mayor atención periodística, particularmente para contar cómo se han redefinido los escenarios laborales y qué tanto se han reconfigurado los espacios de poder.
Por otro lado, el envejecimiento de la población latinoamericana es otro de los cambios demográficos de la región que representa un reto periodístico: contar cómo funcionan los modelos de pensiones y si son o no sostenibles a largo plazo son algunos de los campos por explorar.
10. Contar la propiedad y gestión de la tierra
Una fuente enorme de noticias económicas es la gestión territorial, ya que en Latinoamérica ha habido un incremento reciente de la riqueza por la especulación inmobiliaria.
Aunque en las economías latinoamericanas la tierra se ha convertido en su principal fuente de crecimiento, ese ha sido un proceso oscuro. “No sabemos cómo funcionan los permisos, quiénes son los nuevos dueños de la tierra”, recalcó González.
11. Fiscalizar más al sector privado
Los nuevos medios digitales de la región han demostrado que hay una nueva agenda económica que requiere otros cubrimientos periodísticos, como un mayor seguimiento al sector privado.
El reto periodístico está en hacerle accountability a las empresas, que le respondan a la sociedad por el impacto de su ejercicio productivo. Por ejemplo, si están contaminando o no. Y también que respondan por todo lo que la sociedad quiera saber, no solo por aquello que estén dispuestos a contar.
12. Cubrir las nuevas ramas de economía
La economía de plataforma, la economía colaborativa y la economía naranja son solo algunos de los sectores que requieren mayor investigación periodística.
Los ciudadanos necesitan más historias para entender mejor servicios como Uber o Airbnb, al igual que la tensión entre los medios tradicionales y estas nuevas plataformas (los taxistas vs Uber, la industria hotelera vs Airbnb).
13. Cubrir la economía alrededor de las catástrofes
Los daños, la recuperación y la capacidad financiera de los países para resistir los fenómenos naturales son un área periodística de exploración constante. No porque los fenómenos no hayan hecho antes parte de la historia, sino porque su impacto crecerá cada vez más. Solo basta mirar lo que está ocurriendo en México tras el terremoto del 19 de septiembre de 2017 y en el Caribe, tras el paso de los huracanes María y Harvey.