En la era digital el contenido de redes sociales se ha convertido en una fuente constante de historias para los medios de comunicación; ya sea un video conmovedor, una controversia o un “story time” increíble, el potencial de visibilidad y tráfico que generan estos contenidos puede ser tentador para el periodismo. Sin embargo, cuando los protagonistas son personas vulnerables, la línea entre la cobertura informativa y la explotación puede volverse difusa.
Niños, personas en situaciones de crisis o aquellos que no dieron su consentimiento para aparecer en los medios son a menudo los más afectados por la atención mediática, ante este escenario los periodistas enfrentan un reto: cubrir la viralidad de manera ética, respetando la dignidad de quienes, muchas veces, son arrastrados a la luz pública sin quererlo.
Si bien la viralidad no es un fenómeno nuevo, las redes sociales sí han potenciado la velocidad y el alcance con el que un contenido puede difundirse, cambiando radicalmente las reglas de la comunicación digital. La tentación de obtener clics, vistas o lecturas adicionales es comprensible, pero debemos recordar que detrás de cada historia viral hay personas, muchas que incluso no pidieron estar en el centro de atención. Por eso, si te ha pasado que al cubrir un contenido viral en redes sociales, te cuestionas si estás explotando la imagen de alguien vulnerable, te damos 3 consejos para abordar la viralidad de manera ética y respetuosa.
1. Respeta la privacidad y dignidad de las personas involucradas
Uno de los errores más comunes en la cobertura de contenido viral es la falta de consideración hacia la privacidad de quienes aparecen en dichos contenidos. Muchas veces, la viralidad expone a personas en situaciones comprometedoras, vulnerables o íntimas, como niños en momentos privados, individuos en crisis o personas que simplemente no desean ser reconocidas. Antes de publicar cualquier contenido, es esencial preguntarse: ¿Esta persona dio su consentimiento para ser filmada o fotografiada? ¿Es consciente de la difusión masiva de su imagen? Si la respuesta es no, el periodista debe reconsiderar la publicación. Además, en casos que involucran menores de edad o situaciones delicadas, como desastres o tragedias personales, la sensibilidad y el respeto son fundamentales, la dignidad de la persona involucrada debe estar por encima de la primicia, evitando el uso innecesario de imágenes o detalles que puedan causarles daño o exponerlos a riesgos adicionales.
2. Contextualiza y verifica la información detrás del contenido viral
Uno de los mayores problemas del contenido viral es que suele carecer de contexto. Un video de pocos segundos, una imagen o un posteo en X pueden mostrar solo una parte de la historia, y la falta de información puede llevar a malentendidos o juicios apresurados. En este sentido, el periodista tiene la responsabilidad de investigar y ofrecer una visión más completa de los hechos. ¿Qué llevó a esta situación? ¿Quiénes son los involucrados? ¿Qué impactos o consecuencias puede tener la viralidad de este contenido? Además, es crucial verificar la veracidad de los hechos antes de replicarlos. El contenido viral a menudo se basa en información fragmentada, y en muchas ocasiones puede ser manipulado o malinterpretado. Una cobertura ética debe ir más allá del impacto visual inmediato y proporcionar un contexto que permita a la audiencia comprender la situación en su totalidad, evitando la desinformación y el sensacionalismo.
3. Prioriza la ética sobre el sensacionalismo y el interés mediático
La cobertura de contenido viral no debe centrarse exclusivamente en obtener clics o generar tráfico. Aunque el sensacionalismo puede atraer a una mayor audiencia en el corto plazo, este enfoque a menudo sacrifica la responsabilidad ética del periodista. El reto es encontrar un equilibrio entre informar sobre algo que está capturando la atención de las redes sociales y hacerlo de una manera que no explote a las personas involucradas, así que en lugar de centrarse únicamente en lo llamativo, la cobertura debe enfocarse en los aspectos humanos, sociales y éticos de la historia. Por ejemplo, si un video muestra una situación de abuso o discriminación, el enfoque no debe ser solo en el impacto visual o emotivo, sino en las soluciones, las repercusiones legales o el apoyo a las víctimas. Al adoptar una postura ética y reflexiva, los periodistas pueden transformar el contenido viral en una oportunidad para educar, informar y crear un cambio positivo, sin explotar a quienes ya están en una posición vulnerable.
En un entorno donde la atención y el tráfico se valoran más que nunca, es fácil caer en la tentación de sacrificar la ética por el éxito inmediato. Sin embargo, es precisamente en estos momentos donde el compromiso del periodista con la dignidad, la verdad y la justicia debe prevalecer.
Este contenido, en su versión sintetizada, fue publicado originalmente en nuestro boletín n°67. Suscríbete aquí y recibe una vez al mes todas las novedades de la Red Ética en tu correo electrónico.