Como cuando el niño del cuento dijo “el rey está desnudo”. Así seguramente se sintieron los editores del diario londinense Evening Standard cuando se filtró la lista que tenían pegada en una pared de su redacción para recordarles a sus reporteros cuáles eran los temas que más diarios vendían.
La polémica lista fue revelada por el diario The Guardian en un artículo en el que explicaba que el Evening Standart, fundado en 1827, era otro de los medios británicos obligados a la penosa tarea de hacer un drástico recorte de personal.
Los temas que más vendían, de acuerdo al papel pegado con cinta adhesiva en el lugar más visible de la redacción invitaba a los periodistas del Evening Standard a escribir más sobre:
• Transporte: atascos, emergencias de aviación, controversias relacionadas con el uso de bicicletas, etiqueta en el transporte y accidentes automovilísticos.
• Crimen: incidentes que enfurezcan o atemoricen a la audiencia, sin importar si son locales o en cualquier otra parte del mundo.
• Noticias locales: que le interesen a una audiencia amplia. Por ejemplo, una ley que multe a los niños por escalar árboles, le interesará a lectores de cualquier lugar, así sea una iniciativa de un pueblo remoto.
• Finca raíz: casas extrañas o maravillosas a la venta. Precios de vivienda por las nubes o cayendo drásticamente.
• Realeza: Meghan y Harry. Kate Middleton, pero si hace algo inusual como que sus tacones se queden atascados en el barro. Los tíos de los príncipes siendo tiernos con sus sobrinos.
• Trump: las cosas que él hace para ser noticia. También las críticas o halagos que se le estén haciendo.
• Clima: nevadas, olas de calor, sequías, heladas, granizo, todo lo extremo.
• Desastres naturales: terremotos, alertas de tsunami, huracanes, volcanes.
• El Brexit: pero las historias grandes, como que va a haber un segundo referendo. No los detalles de las negociaciones.
• Temas que son tendencia en motores de búsqueda de internet (SEO): bitcoin, Pokemon Go, los challenges de redes sociales.
El papelito de recomendaciones concluye con una advertencia para los reporteros: si su reportaje no encaja en ninguno de estos temas, probablemente no será publicado. Consulte con su editor.
El dilema de lo que más vende
¿Pero qué hay de malo con esta lista?, se preguntará el lector. Al fin y al cabo, casi todo medio de noticias tiene un temario similar, así no esté pegado en una pared de la sala de redacción, sino implícita en los temas que se piden en el consejo editorial de la mañana.
Lo peligroso es que este tipo de periodismo da réditos a corto plazo. Pero a la larga, terminará convirtiendo al medio de noticias que abuse del método en un simple alimentador del morbo de la audiencia. Esto contradice por completo la misión de servicio público que debería fundamentar la labor periodística.
Bien lo aconsejó Ignacio Escolar, fundador de Eldiario.es y ganador del Reconocimiento a la Excelencia en el Premio Gabo 2018: es equivocado darle acceso a todos en la redacción a las cifras de Google Analytics. Esto termina convirtiéndose en una especie de droga para los periodistas, que motivados por el tráfico y la viralidad que logren sus notas, terminan escribiendo motivados, no por el servicio a la audiencia, sino por estar en la cima de la lista de las 10 más vistas del día. “Hemos crecido con información dura, con muy pocos contenidos virales, haciendo información relevante, porque nuestro objetivo es generar audiencia, generar socios”, dijo Escolar a los asistentes al XVI Encuentro de Directores de Medios Colombianos.
¿Quiere decir esto que los medios no deberían tener una agenda? Por supuesto que no. Está bien la redacción esté enterada de cuáles temas son prioridad. Pero la peligrosidad de esta trampa de los temas que más venden ha sido advertida desde el Consultorio Ético de la FNPI. De acuerdo a Javier Darío Restrepo, la agenda periodística debe estar orientada por un sentido de bien común. Para la selección de los temas y para su tratamiento, ese sentido indica cuáles son las prioridades y la intencionalidad. “No se trata de cortejar la curiosidad morbosa de la audiencia, o de priorizar las noticias que más venden, sino lo que corresponde al interés público”, añade Restrepo en una de sus respuestas.
En efecto, los temas que más venden sí atraen audiencia, generan clics y hacen que la gente compre periódicos en el corto plazo. Pero no construyen una comunidad, no generan credibilidad, no fidelizan al lector a largo plazo. Es periodismo barato. Al final, el medio que cae en esa trampa, se verá tarde o temprano ante la misma situación por la que el Evening Standard fue noticia: drásticos recortes de personal.