A propósito del atentado contra el ex-ministro Fernando Londoño en el norte de Bogotá, donde dos personas murieron y 39 resultaron heridas, traemos a colación la guía de estilo de la BBC, que en su capítulo 11 hace varias recomendaciones sobre el uso de la palabra “terrorista” por parte de los periodistas.
“Debemos informar sobre actos de terror rápida, precisa, completa y responsablemente. El terrorismo es un tema emotivo y difícil con significados políticos que nos exigen usar un lenguaje libre de prejuicios. Nosotros evitamos usar la palabra terrorista sin atribución. Cuando la usamos, tratamos de hacerlo de manera consistente con las historias que reportamos en todos nuestros servicios y de una manera que no afecte negativamente nuestra reputación por la objetividad y la precisión”, dice el documento.
La guía de estilo de la BBC advierte también que el usar la palabra “terrorista” puede convertirse en una barrera en lugar de ayudar a entender los hechos, y sugiere emplear más bien expresiones que describan a los perpetradores como por ejemplo “atacante”, “secuestrador”, “insurgente”, “rebelde”, “militante”, “hombre armado”, “atacante suicida”.
Estos lineamientos fueron inicialmente mal interpretados cuando fueron publicados, y algunos los entendieron como una prohibición a usar la palabra terrorista.
Incluso Hernando Álvarez, uno de los blogueros de BBC Mundo, se preguntó en una de sus entradas ¿Quién es terrorista?
“Es vital aclarar que reconocemos que el terrorismo existe. No cambiamos nunca la palabra terrorista o terrorismo cuando citamos a alguien, pero en la columna vertebral de nuestra política editorial está el hecho de que no calificamos a nadie de terrorista”, reconoce Álvarez en su blog.
Fue necesario que Mark Thompson, el entonces director general de la BBC, publicara un comunicado aclarando el tema.
“Las pautas no prohíben el uso de la palabra… Hay maneras de trasladar el horror y las consecuencias de los actos de terror sin utilizar la palabra ‘terrorista’ para describir a quienes los cometen. Y hay un gran número de importantes factores editoriales que deben ser considerados antes de su uso para describir a individuos o grupos”, afirmaba el comunicado.
Al respecto, recomendamos visitar también este especial de internet en español, donde el servicio mundial de la BBC deja claras cuáles son las reglas del juego para quienes cubren eventos relacionados con la guerra.
El debate no es nuevo. Ya en 1988 el señor David Spaull, entonces editor del Servicio Mundial de Noticias, consignaba en la “Política de Redacción Sobre Lenguaje Neutral y Terrorismo” que no era recomendable usar la palabra terrorista.
“Aceptando que hay algunas acciones en las que la mayoría de personas reconocerían un acto terrorista – como una granada arrojada a un bus o un hombre armado disparando en un aeropuerto-, debemos evitar la palabra. En primer lugar, nuestra audiencia tiene la misma perspectiva que nosotros, y podemos brindarles un panorama de lo que está sucediendo sin utilizar rótulos. En segundo lugar, hay acciones en las que no está tan claro si se trata de terrorismo y no debemos forzar a la opinión pública a hacer juicios de valor sobre cada evento”, concluía Spaull.
Para debatir:
¿En qué circunstancias estaría bien que la prensa utilizara la palabra “terrorista”?