De manera sorprendente, Jurgen Klopp, el director técnico del Liverpool, acaba de darle al mundo una lección de ética periodística. Sucedió en una rueda de prensa donde se le preguntó qué opinaba acerca del coronavirus.
“Mira, lo que no me gusta en la vida es que para hablar de algo muy serio, la opinión de un entrenador de fútbol sea importante. No lo entiendo, Realmente no lo entiendo”, respondió Klopp al periodista tras la derrota 2-0 ante el Chelsea por la FA Cup, añadiendo que “no es importante lo que digan las personas famosas. Hay que hablar de las cosas de la manera correcta y no las personas sin conocimiento, como yo, que hablan de algo que no saben. Son las personas con conocimiento las que deberían decirle a la gente que haga esto o lo otro y si esto está bien o no. No entrenadores de fútbol. No entiendo de política, ni del coronavirus”.
La respuesta de Klopp resulta ser un potente mensaje en contra del periodismo de declaraciones, o la enfermedad de la “declaracionitis”, como la llamaba Javier Darío Restrepo. Es decir, esa costumbre periodística de convertir en noticia una declaración de un líder político o un famoso, simplemente porque es famoso, no porque tenga valor realmente informativo.
Esta lección de ética periodística resulta especialmente valiosa justo ahora, cuando el coronavirus cuando el COVID-19, mejor conocido como coronavirus, ha infectado a 92.000 personas en 77 países, cobrando la vida de más de 3.000 de ellas.
Como bien lo ha señalado el diario El País, la desinformación alrededor de este nuevo virus ha crecido de manera alarmante y peligrosa. Incluso plataformas tecnológicas como Facebook y Google han tomado cartas en el asunto.
Sin embargo, vale la pena tener en cuenta opiniones con la de la periodista Natalia Guerrero, para quien la pregunta del periodista a Klopp en la rueda de prensa era perfectamente válida, y la respuesta del estretaga fue más bien irrespetuosa.
Mucha bacanería la barba y la gorra pero la pregunta no era científica sino sobre el contexto de la pandemia que tiene semiparalizado al mundo. Los eventos masivos, viajes y grupos son vulnerables y parte del asunto. La bacanería no da licencia para tratar de idiota al periodista https://t.co/lR9PLiBYsO
— Natalia Guerrero (@nnguerrero) March 4, 2020
¿Pero qué puede hacer el periodismo para combatir la desinformación sobre el coronavirus? ¿De qué manera evitar que circulen informaciones que solo promueven la discriminación de personas asiáticas? ¿Cómo motivar a las audiencias para que compartan la información confirmada con el mismo entusiasmo con el que reenvían cadenas que solo desinforman?
Para responder a estas y otras preguntas, los seguidores de nuestra cuenta @Etica participaron en uno más de nuestros tuitdebates usando la etiqueta #ÉticaEnRed. Los mejores trinos producidos durante la hora del debate fueron recopilados en el siguiente Momento de Twitter.
La Red Ética es posible gracias a la alianza entre la Fundación Gabo, Grupo Bancolombia y Grupo SURA, la cual propone un espacio de reflexión y debate acerca de los cambiantes desafíos éticos del oficio periodístico.