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La NPR, sistema de radio pública de los Estados Unidos, acaba de anunciar que eliminará los módulos de comentarios al final de las noticias publicadas en su página web. La soprendente noticia ha sido comentada por numerosos analistas de medios. Algunos ven en la decisión un retroceso, mientras que otros la justifican y califican como acertada.
“Creemos firmemente en el valor de las conversaciones con nuestra audiencia respecto a las noticias que publicamos y el trabajo que hacemos. Pero creemos también que debemos adaptarnos a las tecnologías a medida que estas avanzan. Por eso le hemos dado énfasis a las redes sociales para lograr esta interacción, abriendo más de 30 páginas de Facebook y 50 cuentas de Twitter para cada uno de nuestros programas”, afirma Scott Mongtomery, editor de noticias digitales en la National Public Radio.
Recuerdo que a finales de los 90′ todo el mundo comenzó a hablar de la Web 2.0, gracias a la irrupción de los blogs, cuyo formato permitía una interacción de doble vía entre el autor del contenido y el lector a través de los módulos de comentarios. Lo extraño es que ahora, en plena época de la Web 3.0, la cual permite todavía más formas de conversar y construir contenido de manera colaborativa gracias a las redes sociales, varios medios de comunicación decidan cerrarle la puerta a la participación de la audiencia.
Elizabeth Jensen, la Ombudsman de NPR manifestó su desconcierto ante la determinación. “Dada la situación actual del foro de comentarios en NPR.org, apoyo la decisión de acabar con ellos. Pero al mismo tiempo me siento desconcertada”, afirmó en su columna semanal. “La vasta mayoría de los programas producidos por NPR ya no le dan espacio a leer las cartas de los oyentes; y este último movimiento parece un paso hacia atrás, así tenga distintas justificaciones. Espero que NPR cumpla su promesa de encontrar nuevas formas de interactuar con su audiencia”, añadió.
Hay que decir que la decisión de la NPR es sensata, pues reconocen que no cuentan con los recursos necesarios para dedicar a un equipo de personas a estar moderando las conversaciones, y garantizar así que entre los comentarios no haya falsas acusaciones, engaños o insultos.
Porque aceptémoslo, los comentarios de la audiencia son un dolor de cabeza. Recordemos el caso acontecido en Colombia, donde el autor de un comentario injurioso en la página web del diario El País de Cali fue condenado a año y medio de prisión. O en Europa, donde el El Tribunal Europeo de Derechos Humanos concluyó que los medios de comunicación sí tienen responsabilidad sobre los comentarios ofensivos publicados por sus lectores en sus páginas web.
La mayoría de medios de comunicación han optado por la automatización para resolver el problema de los comentarios. Esto es, instalar en sus portales sistemas automáticos de moderación que, en primer lugar, obligan al usuario a registrarse para poder comentar; y en segundo lugar, impiden la publicación de comentarios que contengan imágenes, enlaces, o palabras soeces. Esto está bien, pero la intervención humana siempre será necesaria, pues los usuarios rápidamente descubren cómo engañar al sistema y registrarse con identidades falsas, o publicar sandeces reemplazando, por ejemplo, ciertas vocales por números.
Lo llamativo del caso de NPR es que no basan su decisión en la cantidad de basura que hubiera en sus módulos de comentarios, sino en el desuso, pues solamente el 0,03% de los visitantes publicaban comentarios con una frecuencia al menos mensual. “No es posible saber quiénes son estos comentaristas, pues muchos de ellos lo hacen anónimamente. Pero hay algunas pistas que nos indican que quienes comentan no representan a la totalidad de la audiencia de la NPR. La mayoría lo hacen desde sus computadores, y el 83% son hombres, cuando sabemos que el 48% de nuestra audiencia son mujeres”, explicó Montgomery.
Un tema de debate
Los comentarios de la audiencia en las páginas web de noticia han sido motivo de dos de nuestros tuitdebates semanales. El más reciente fue apenas hace 5 meses, y el primero lo realizamos hace ya 3 años, a propósito de la publicación de un estudio científico en donde se descubrió que aquellos voluntarios expuestos a los comentarios rudos y negativos terminaron formándose opiniones mucho más polarizadas que aquellos que habían leído el otro tipo de argumentos. El estudio motivó a los editores de la revista Popular Science a desactivar los comentarios de su portal.
Al poco tiempo, la revista The New Yorker publicó un interesante artículo titulado “La psicología de los comentarios online“, donde la psicóloga de la Universidad de Columbia María Konnikova analiza qué pasa en la mente de los usuarios cuando comentan y leen los comentarios de los demás visitantes de un sitio web de noticias.
“Prohibir los comentarios en un artículo puede simplemente llevarlos a un lugar diferente, como Twitter o Facebook. Pero tales entornos de grandes grupos, a su vez, producen efectos menos deseables”, afirma la autora, contradiciendo así la interpretación que los editores de Popular Science le dieron a la investigación de la Universidad de Wiconsin-Madison. Ella afirma que la solución no es eliminar los espacios de comentarios, sino más bien, implementar mecanismos donde los mismos usuarios de las páginas web puedan premiar a los comentaristas más pertinentes y respetuosos, o castigar a los groseros.
El tema de la responsabilidad de los medios de comunicación y las agencias de prensa en los comentarios de la gente en sus páginas web ha sido abordado varias veces en nuestro Consultorio Ético.
“Los contenidos que tienen que ver con las personas o las instituciones, y que afectan su buen nombre, generan una responsabilidad conjunta del autor y del medio al ser publicados”, advierte el maestro Javier Darío Restrepo en una de sus respuestas.
En otra pregunta referente al papel de los medios como moderadores del diálogo social sobre asuntos públicos, Restrepo añade que “es una tarea de docencia que los medios cumplen inicialmente a través de la presentación de los hechos. Tras este aporte, el comentario de los hechos, vistos desde distintos ángulos, consolida la visión de lo público”.
Mientras que en otra respuesta específicamente sobre el periodismo de internet, Restrepo explica que el periodista debe tener aún más rigor para confrontar las fuentes, acentuando su sentido de responsabilidad “puesto que internet multiplica las audiencias en proporción que excede los cálculos. Y a esa audiencia millonaria se le debe responder por la exactitud y pertinencia de las informaciones y comentarios”.
¿Acertó la NPR con su decisión de eliminar los comentarios de su audiencia?… Solo el tiempo lo dirá. Si en el medio de comunicación donde usted trabaja están pensando en seguir el mismo camino, o no saben qué hacer para moderarlos, les recomiendo leer el documento titulado “Moderación de comentarios online: mejores prácticas emergentes”, una guía para promover la conversación robusta y civilizada en internet, publicado por el Foro Mundial de Editores y Open Society.
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