En periodismo investigativo se habla de suplantación e infiltración, como estrategias para conseguir datos que sería imposible conseguir de otro modo. ¿No es acaso antiético? Una norma ética que se mantiene entre renglones, en los códigos de ética periodística es que el periodista siempre juega limpio y con todas las cartas sobre la mesa por eso en esos códigos se rechazan todas las prácticas tramposas, propias de una astucia de mala fe. Esa posición se funda en estas razones:El periodista necesita autoridad moral para que sus informaciones sean eficaces. Esa eficacia está estrechamente ligada a la credibilidad que, a su vez, es una expresión de la autoridad moral que da un proceder transparente y honesto a toda hora.La verdad que el periodista obtiene al término de una investigación o de un proceso de cubrimiento informativo, debe ser protegida, esto es, mantenida a salvo de todos los intentos para negarla, tergiversarla o desmoronarla. Las verdades que aparecen en una investigación sobre corrupción son las que están más expuestas a esos ataques, razón por la que deben protegerse con un blindaje seguro. Cuando se han utilizado medios ilegales o deshonestos, es como si se dejara esa verdad sin protección y a merced de los interesados en desvalorizarla.Cuando se utilizan medios deshonestos: suplantaciones, infiltraciones, cámaras escondidas, intercepciones telefónicas, grabaciones subrepticias, etc., el talento investigativo cede a favor del artificio y, por tanto, el trabajo periodístico pierde calidad. Algunos de esos artificios se utilizan excepcionalmente y previo examen del caso en la redacción, cuando el interés público está en riesgo y no hay otro recurso para fundamentar la denuncia.
Documentación.
Las leyes y los usos puestos en práctica por la sociedad tienen el propósito de defender los derechos de las personas, por tanto, cuando se trata de obtener una noticia con una violación de esas normas � las escritas y las consagradas por el uso- se ha hecho a costa de los derechos de alguien.
(...) El material que se obtiene de esa forma es deleznable y se convierte en un débil fundamento para la verdad que se le debe a la sociedad.
Los códigos de ética le dan toda su importancia a este tema. La mayoría de los códigos se limita a calificar de "incorrectos", "deshonestos", "turbios", "desleales" a estos métodos, que condena de modo general. Otros códigos señalan que se deben utilizar métodos "propios", "leales", "justos y honestos".
Los códigos de Australia, Canadá y Filipinas señalan al periodista la obligación de "revelar su identidad" cuando se trata de obtener una noticia.
Los periodistas de Israel y Grecia describen como métodos prohibidos "el engaño, la intimidación y el soborno".
El código polaco prevé para los periodistas que utilizan métodos deshonestos para obtener noticias, penas que van desde la simple amonestación hasta la suspensión de sus derechos.
Como se ve, el fin de obtener una noticia no justifica todos los medios.
Herrán y Restrepo.
ética para Periodistas. Editorial Norma, cuarta edición, 2005. Páginas 175 y 104.