Una metodología que puede resultar útil para innovar el periodismo tiene su origen en la cocina. Se trata de Sapiens., un sistema ideada por Ferran Adrià para revolucionar el sector culinario, que expertos como Mario Tascón, director del taller ‘Innovación para periodistas’, han extrapolado al oficio periodístico.
Esta metodología se basa, en términos simples, en comprender y organizar las ideas para poder innovar. Estos dos requisitos no impedirán que surjan problemas durante el proceso creativo, pero sí ayudan a tener clara la meta de un proyecto y así avanzar efectivamente. “Los procesos para innovar no son lineales, los procesos son circulares y vamos avanzando mientras damos vueltas hasta lograr el objetivo”, aseguró Tascón, socio director de Prodigioso Volcán S.L, durante la actividad convocada por la Fundación Gabo y Google News Initiative.
La metodología Sapiens tiene tres partes fundamentales: comprender, crear e innovar, y cada una de ellas permitirá que respondamos a las necesidades de nuestro proyecto. “En la primera parte vemos lo que nadie antes había visto, en la segunda conectamos lo que nadie antes había conectado, y en la tercera hacemos lo que nadie nunca había hecho”, explicó el maestro.
1. Comprender
Este es el paso inicial, en el que tenemos un objeto o tema de estudio que debemos empezar a cuestionar. Comprender implica explorar, conocer e investigar para poder plantear los problemas y retos puntuales a los que queremos responder con nuestra innovación. “Todo esto hace parte de una etapa de pensamiento previo que va a permitir llegar a la etapa de crear”, asegura Tascón.
Hay que entender el país donde trabajamos, su situación, las personas que ahí habitan y sus pensamientos para contextualizarnos y así darle forma a un proyecto.
2. Crear
Aquí es cuando diseñamos nuestro proyecto teniendo en cuenta lo que descubrimos en la etapa anterior. A partir de la investigación previa empezamos a definir nuestras estrategias y el producto y/o servicio que queremos proponer. Durante este proceso es importante hacerse preguntas como: ”¿De qué se trata mi proyecto?”, “¿Con quién voy a competir?”, “¿A través de cuáles plataformas voy a difundir el contenido?”, “¿Cuál será mi modelo de negocio?”. A medida que se responden estas preguntas encontramos el objetivo del proyecto.
3. Innovar
Al final, todo el trabajo previo debe verse reflejado; por eso esta fase final es poner en marcha el proyecto que creamos. “Innovar es la difusión de nuestro trabajo para que esté al servicio de las personas y así responder a los retos que detectamos desde el inicio. Si no comunicamos nuestros proyectos, no vale de nada”, asegura Tascón. Esta etapa es importante porque aquí también ponemos a prueba el proyecto y permite hacer un seguimiento, una auditoría creativa que ayude a establecer nuestros aciertos y errores y de esa forma mejorar nuestro proyecto sobre la marcha.