Arte, poesía, literatura, ensayo: todos estos campos conviven con el trabajo diario del periodista. Así lo destacaron Carlos Manuel Álvarez y Marisel Moreno en la tercera y última charla del ciclo ‘Territorios no explorados de la migración: fronteras, movilidad e integración’, que convocó la Fundación Gabo en el marco de la alianza con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Lo que Álvarez y Moreno subrayan es cómo las representaciones artísticas y culturales de la migración les permiten a los lectores y a la audiencia tener un acercamiento profundo y humano de un tema complejo, dejando a un lado la estigmatización y los vacíos informativos promovidos por buena parte de la prensa.
Testigos de hechos que los marcaron y los llevaron a construir una mirada singular sobre la migración en sus trabajos –él desde el periodismo y la escritura, ella desde el ensayo académico–, han buscado replantear los enfoques en torno a la migración que sucede en el Caribe, particularmente en Cuba o Puerto Rico. ¿Cómo afecta la migración a las regiones “bañadas por un mar común”, como dice Álvarez?, ¿qué dificultades tiene la población migrante en el tránsito por mar? y ¿por qué es importante que el cubrimiento no termine cuando la persona en movimiento pisa la tierra de llegada –muchas veces después de una tortuosa travesía por agua–?
Desde Estados Unidos, Álvarez y Moreno abordaron estos aspectos con Freya León, periodista y editora venezolana que ha trabajado en diversos proyectos sobre migración. Las siguientes son seis observaciones extraídas de aquel encuentro:
1. La experiencia personal como reflexión y punto de partida
Nacida y criada en Puerto Rico, a Marisel Moreno la impactaron desde pequeña los titulares sobre el naufragio o la captura de migrantes dominicanos y haitianos en su tránsito. Ya en sus estudios universitarios, se dio cuenta de que la frontera principal, y “casi la única que se menciona”, es la de México y Estados Unidos. Al observar “la desesperación de personas tratando de llegar a Puerto Rico”, empezó a buscar textos y piezas artísticas que describieran el fenómeno migratorio, con el fin de conocer “cómo se representaban las experiencias de estas personas tratando de sobrevivir, tirándose al mar para llegar al otro lado”, e informarse sobre “una crisis humanitaria que ha subido y bajado de números en el último medio siglo”.
Natal de Cárdenas, Cuba, Carlos Manuel Álvarez coincide en que la migración, si bien se ha mantenido desde los años sesenta en Cuba, ha tenido “picos constantes o momentos de crisis”, pero sucediendo desde los noventa con una “frecuencia alarmante”. La figura del balsero y migrante por mar es ampliamente conocida en su país: una suerte de símbolo de la sensibilidad cubana. Álvarez rememora el caso a finales de los noventas del niño Elián Gonzalez, que tuvo una enorme repercusión mediática cuando migró a Estados Unidos con su madre en un bote y fue posteriormente repatriado. “Yo estaba en la escuela de Elián González, y como niños nos cambió la vida”, dice el autor de La tribu: retratos de Cuba (2017) y de la crónica “Penúltimos recuerdos de un balsero cubano”, finalista del Premio Gabo 2023 en la categoría Texto. La conciencia del Caribe es otra constante en su obra: “Mi identidad como un sujeto desde una cultura específica y como profesional de una labor particular”.
2. El periodismo desde una mirada humanista
Dice Álvarez que la razón para escribir la crónica “Penúltimos recuerdos de un balsero cubano” se la dieron los mismo medios al abordar el caso del protagonista, Julio César Capote, que estuvo 13 días a la deriva y fue recogido en las costas de la Florida en un estado agónico, su imagen contrastante en un escenario de postal turística, yates y aguas paradisíacas. Procedente de Cuba, Capote viajaba además con otras personas que naufragaron en su tránsito marítimo en una balsa rudimentaria. Al llegar a la Florida, su caso fue “presa del afán desmedido de la prensa por hacer noticias e instrumentalizar historias constantemente”. En su crónica decidió profundizar en una historia que había sido abordada con un alto grado de “revictimización” e “instrumentalización descarnada”. La distorsión de la información lo llevó a ejercer el periodismo como considera que debe hacerse siempre, “desde una mirada profundamente humanista”.
3. El Caribe no es como lo pintan
Marisel Moreno, autora de Crossing Waters: Undocumented Migration in Hispanophone Caribbean and Latinx Literature and Art (2022), ha buscado cuestionar en su obra “la idea del Caribe como paraíso”. Gran parte del mundo, dice, ve el Caribe como un espacio para el disfrute turístico y la distracción, una imagen que se contrapone a la de la odisea de los balseros cubanos hacia costas estadounidenses y la de otros migrantes indocumentados que cruzan el Caribe hispano y sus islas.
Moreno se centra en cómo estaba sucediendo esa migración entre las diferentes islas y el momento “intermedio” en el que se transita por el agua. En estos movimientos, Puerto Rico ha servido como una especie de escalón en el tránsito de haitianos y dominicanos a Estados Unidos. Una emergencia particular se vive en La Mona, una isla del archipiélago puertoriqueño a la que personas migrantes llegan en “yola” (embarcación o balsa rudimentaria), donde no es posible encontrar agua fresca y existen pocos árboles. Allí, muchos migrantes son dejados a su suerte. De manera que “las rutas son múltiples”, y las rutas de agua son de las que más “prevalecen”.
Álvarez sostiene que la mirada del Caribe como postal turística y lugar de extracción económica, próspero para los capitales económicos, “esconde un lado B”: el de quienes lo padecen y definen. Muestra de ello es la figura de los balseros agonizando frente a los cruceros, en lugares que suelen ocultar y “usufructuar” el drama de miles de migrantes.
4. Leer poesía y ver las representaciones artísticas del Caribe
La poesía de la puertorriqueña Mayra Santos-Febres y su tratamiento del Caribe fue uno de los detonantes del trabajo académico de Moreno. En sus pesquisas también se topó con otras representaciones del Caribe, y particularmente de la migración, en trabajos como el del artista Tony Capellán, autor de Mar Caribe, una instalación de 1996 compuesta por chancletas de goma azules y verdes que recogió en las playas de Santo Domingo, República Dominicana, y de las que intercambió el sujetador por alambres de púas.
Carlos Manuel Álvarez destacó la importancia de esta mirada multidisciplinar. A la hora de establecer qué cosa es el Caribe, le interesa volver sobre la obra de ensayistas, investigaciones de textos literarios y del arte en general. “Normalmente el periodista piensa que esos asuntos están fuera de su rango de trabajo”. Pero no es así: “La poesía puede decir las cosas mejor”. A propósito de ello compartió unos versos del poema Breve conversación con el mar Caribe del poeta dominicano y cronista Frank Báez:
[...] El año pasado tus costas tenían
tantas algas que parecía que
en nuestras playas un turista
te contagió la sífilis.
Yo me dije esto se ve feo.
Y me pregunté si este no era el fin.
Pero en vez de mandar un tsunami
y desquitarte de nuestras ciudades
y borrar del mapa a Miami,
volviste a pacer tu rebaño de olas
que balaban en paz y en armonía
a lo largo y ancho de la costa.
¿Qué más te digo? Eres el mar
de mi infancia, me he pasado
la vida descifrando tus palabras.
Ambos hemos envejecido, pero
a pesar del paso del tiempo
sigo viniendo a este arrecife
a conversar contigo con la
misma inocencia de cuando
era niño y paseando por
tus playas recogí una caracola
y me la llevé al oído y tú me
hablaste por primera vez.
5. El relato no termina al pisar tierra
Contrario a lo que señala la prensa sensacionalista, la ruta migratoria no es un camino hacia el éxito. Álvarez observa que hay una visión “muy acrítica del exilio”; en el cubrimiento de la migración, al menos en el caso cubano, se representa la llegada al lugar de deseo “como la obtención de un triunfo per se”, cuando casi siempre es un viaje en el que se arriesga la vida. Paralelamente, el cubrimiento de la migración suele darse por terminado cuando el migrante pisa tierra y su caso es envuelto en eslóganes y consignas que distorsionan. Álvarez sostiene que ello sucedió con el mencionado Julio Cesar Capote, en cuya experiencia el cronista aprendió a ver una marca imborrable, la de “una desgracia de la que no iba a volver jamás”.
“Eso no era tratado por la prensa sino que era acentuado por el tipo de violencia” que vivió al pisar tierra. En este proceso Capote no accedió a tratamiento psicológico ni a otra ayuda que tuviera en cuenta su situación, dice Álvarez. “En suma, estás lidiando con una persona y no con la nota del momento [...] Sería sumamente irresponsable decir que había triunfado”.
Hay que “darle continuidad a la historia, que no termina con la llegada”, agregó sobre este punto Freya León. La periodista y editora también recalcó la importancia de las “historias detrás de los familiares de quienes murieron y naufragaron en el mar”, y recomendó ser consciente del trasfondo psicológico que implica tanto “decidir partir” como llegar a una sociedad donde se empieza a “servir”. “Allí hay una perspectiva que se abre para el periodismo”.
6. Los datos no son lo único: hay que tratar de entender
Cubrir desde todos los frentes posibles y más allá de los datos. Para Álvarez, la idea de que la cobertura periodística de un asunto social se hace sólo desde un punto de vista técnico o una base de datos “es equivocada y trae malentendidos”. Recomienda “acercarse desde una mirada que no sea sólo circunstancial o contingente, sino que logre generar un sustrato y entender ese episodio como parte de un fenómeno histórico, y entender las lógicas estructurales que hay detrás de los episodios particulares que cubramos”.
Moreno concuerda en que “limitarse a las estadísticas no es la forma, aunque es importante”. Destaca la importancia de acoger una perspectiva personal, pero también hablar con los migrantes y hacer las preguntas necesarias para ayudar a entender lo que sucede y cuál es la experiencia de los sobrevivientes.
Sobre los panelistas
Carlos Manuel Álvarez
Nació en Matanzas, Cuba en 1989. Estudió Periodismo en la Universidad de La Habana. En 2016 fundó la revista cubana independiente El Estornudo, y sus textos y columnas de opinión son publicadas regularmente en El País, The New York Times, The Washington Post e Internazionale. En 2017 fue seleccionado por el Hay Festival para la lista de Bogotá 39, que reúne a los 39 mejores escritores latinoamericanos menores de 40 años, y publicó su primera colección de crónicas periodísticas, La tribu. Retratos de Cuba (Sexto Piso). En 2021 recibió el Premio Don Quijote de Periodismo (parte de los premios Rey de España) y fue seleccionado por la revista Granta entre Los Mejores Narradores Jóvenes en Español. Ha publicado las novelas Los caídos (Sexto Piso, 2018) y Falsa guerra (Sexto Piso, 2021). En 2022 obtuvo el Premio de Crónica Anagrama/UANL Sergio González Rodríguez por el volumen Los intrusos, una larga crónica sobre el acuartelamiento de San Isidro, protesta cívica ocurrida en La Habana en noviembre de 2020 que cambió el mapa político sentimental de la isla. En 2023 obtuvo el Prix Carbet de la Caraïbe et du Tout-Monde 2023 por la traducción al francés de su novela Los caídos. Sus libros han sido traducidos a varias lenguas, entre ellos inglés, francés e italiano.
Marisel Moreno
Es profesora en el Departamento de Lenguas Romances y Literatura de la Universidad de Notre Dame (Indiana), donde enseña literatura de latines y afrolatines y literatura caribeña. Es la autora de los libros Family Matters: Puerto Rican Women Authors on the Island and the Mainland (U of Virginia Press, 2012) y Crossing Waters: Undocumented Migration in Hispanophone Caribbean and Latinx Literature and Art (University of Texas Press, 2022). Éste último ganó el premio Gordon K. and Sybil Lewis Book Award de la Asociación de Estudios Caribeños (2023) y recibió mención honorífica del Isis Duarte Book Prize de la sección de estudios de Haití-República Dominicana de la Latin American Studies Association (2023). Junto a Thomas F. Anderson, es co-creadora del proyecto digital Listening to Puerto Rico sobre el impacto de los huracanes Irma y María en Puerto Rico en 2017. También es co-curadora, con Anderson, de la exhibición Arte al servicio del pueblo: Carteles y libros de la División de Educación de la Comunidad de Puerto Rico (DIVEDCO), la cual se ha presentado en varios museos, incluyendo el National Museum of Puerto Rican Arts & Culture en Chicago. También se exhibió virtualmente en la Galería de Arte de la Universidad del Sagrado Corazón en Puerto Rico (website).
Freya León (Venezuela)
Comunicadora Social, egresada de la Universidad Central de Venezuela. Maestría en Estudios del Discurso (Universidad Pompeu Fabra, España). Diplomatura en Narrativas de no ficción (Universidad Alberto Hurtado, Chile). Ha trabajado como editora de calidad en medios de comunicación y como editora de opinión en Efecto Cocuyo. Desde el año 2019 ha estado vinculada, como editora y capacitadora, a proyectos sobre migración: Escuela Cocuyo, Venezuela Migrante y Puentes de Comunicación (proyecto realizado con la DW Akademie y con el apoyo del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores de Alemania). Desde el 2021 trabaja como especialista en comunicaciones para el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).