Este texto es parte de la alianza que desarrollan la Fundación Gabo y Oxfam, dirigida a periodistas, personal directivo de medios de comunicación y organizaciones, activistas y ciudadanía interesada en hacer visible la desigualdad en la región.
Que la desigualdad es una de las peores plagas que afecta a América Latina no es una sorpresa. Lleva décadas, si no siglos, siendo la raíz de tantos problemas, una mala sombra al acecho, un obstáculo al desarrollo de los países y el bienestar de sus habitantes.
Que es un tema relevante para el periodismo es una obviedad.
Tiene ángulos económicos, políticos, sociales e incluso éticos, que ahora, ante la terrible crisis que asoma producto del coronavirus -etiquetada como la peor desde la Gran Depresión de 1929-, se vuelven clave para entender el mundo en que vivimos y viviremos en las próximas décadas.
Pero su relevancia no basta para comunicarlo de manera efectiva.
En la época de la sobreinformación, todos nuestros artículos, videos, programas de televisión y radio, pódcast y cualquier otro formato que se utilice como medio de comunicación tienen una competencia feroz, y después de un tiempo, si no somos cuidadosos, terminamos convirtiendo cualquier temática, incluso las que consideramos más importantes, en ruido informativo. Y el ruido cansa.
La desigualdad no es una excepción, y para que hablar de ella tenga valor para las audiencias -que no son otra cosa que los ciudadanos-, debemos hacérselas atractiva, diferente, interesante.
¿Cómo? Con contexto.
Para el público no especializado, la desigualdad puede resultar una palabra aburrida y relamida, y se puede asumir como un mal endémico, que no tiene solución, una consecuencia inevitable de gobiernos elitistas que privilegian el lucro ilimitado por sobre el bien común.
Desde mi punto de vista, reportar sobre países que tienen mejores niveles de igualdad, sobre ejemplos históricos que han ayudado a disminuir desigualdades, ponerle rostro humano a los números, cómo afecta la salud, la educación, las pensiones, los problemas que desvelan a los latinoamericanos, hacer gráficos, mapas, comparaciones, entrevistas provocativas, en fin, mostrar alternativas puede ser una buena manera de visibilizar el tema, de renovarlo y mantenerlo fresco, de no convertirlo en ruido. Y de, ojalá, volverlo masivo.
Creo que captar la atención de las audiencias que no suelen interesarse en este tipo de temáticas es casi un imperativo del periodismo, no por la satisfacción de las cifras, sino porque son ellas las que finalmente con sus votos -o abstenciones- definen el rumbo de nuestras democracias.
La desigualdad educativa que existe en América Latina hace esencial que los medios, además de informar, denunciar, explicar y fiscalizar, eduquemos, abramos ventanas, empoderemos. Y que lo hagamos con un lenguaje no academicista, sino simple y ameno, que no es lo mismo que simplista y paternalista. En ese sentido, la buena narración es esencial.
Como periodistas, el coronavirus nos ha puesto en una situación privilegiada. Hemos visto un interés en las noticias inédito. Ante una enfermedad que nos pone ante la vida y la muerte, queremos saber. Aprovechar esa sed de conocimiento para realzar la desigualdad como una anomalía es nuestro gran desafío y nuestra responsabilidad.
Sobre el seminario-taller virtual ‘Quién paga la cuenta del coronavirus en América Latina’
Susana Ruiz, responsable de Justicia Fiscal de Oxfam Intermón y autora del informe Quién paga la cuenta, explicó en qué consisten y cuál es el origen de las alternativas fiscales que existen para mitigar la crisis producida por el covid-19, y Carolina Robino, editora de BBC Mundo, compartió cómo desde el periodismo se pueden abordar estas propuestas y qué deben tener en cuenta los periodistas para profundizar y comunicar estos conceptos. ¿Desde qué ángulos se debe abordar las brechas de desigualdad estructural que afectan más en la pandemia?, ¿cuáles son las fuentes y referentes que orientan sobre cómo financiar la crisis la región?, ¿qué implica esto en una región tan desigual?. Estas fueron algunas de las preguntas que se respondieron en este espacio.