Las migraciones han sido una característica intrínseca de la humanidad, cuyos efectos son capaces de moldear sociedades. En un contexto en el que el fenómeno migratorio se encuentra en constante evolución –sobre todo en la región de Centroamérica con sus caravanas–, surgen nuevos retos y más preguntas a la hora de documentarlo. ¿Cómo crear empatía con las historias que se encuentran en el camino? ¿De qué forma se puede cuidar la salud mental cuando el drama humano es muy pesado? ¿Cómo prepararse para los distintos escenarios de agresividad que pueden presentarse?
Estas y otras interrogantes fueron abordadas por los reporteros gráficos Pedro Pardo, fotógrafo de la agencia AFP, nacido en México; y John Moore, fotoperiodista estadounidense de Getty. Durante el seminario web ‘Fotografiar fronteras: consejos y experiencias para narrar la migración’, organizado por la Fundación Gabo en el marco del ciclo ‘Fotoperiodismo en la primera línea’, narraron las experiencias que más les han marcado en la cobertura de movilizaciones humanas, y también brindaron consejos para contar estas historias de forma visual.
Ambos fotorreporteros cubrieron las fronteras sur y norte de México, en las distintas caravanas migrantes provenientes de Centroamérica en los últimos años, y cuyo objetivo era llegar a los Estados Unidos. En el camino, Pardo y Moore se toparon con historias que, a través de sus cámaras, retratan el drama humano de la migración y las tensiones políticas en las fronteras. Cuentan que aprendieron a que la empatía es una de las cualidades que más les ha servido a la hora de abordar un tema que trastoca la sensibilidad, y que hay que estar listo para cambiar de estrategia en cualquier momento, debido a las circunstancias del terreno y los posibles desafíos que puedan presentarse.
Aquí algunas claves compartidas por los fotoperiodistas:
1. Empatía para entender las motivaciones del migrante
Pedro Pardo documentó las primeras caravanas de migrantes iniciadas en octubre de 2018. Como fotógrafo de una agencia internacional, recibió a miles de centroamericanos que protagonizaron la primera caravana en la frontera sur de México. Cuenta que desde el principio hubo una situación muy tensa entre las autoridades fronterizas y las personas que intentaban cruzar la línea que separa al país con Guatemala.
“Vimos muchas escenas que en lo individual eran muy conmovedoras. Todas son historias humanas. La empatía que uno va creando con las personas ayuda a tratar de entender qué los motiva, y uno finalmente es humano, y se involucra”, comentó Pardo.
Este involucramiento puede hacer brotar la intención de ayudar, pero es esencial tener en cuenta que el papel del fotoperiodista “no es solucionar problemas”, sino hacer el trabajo de la documentación “lo mejor que se pueda”, porque es la única manera en la que “se contribuye a algo”.
A través de la empatía, Pardo ideó trabajos con una mirada fresca. En el seminario mencionó una serie en la que le preguntaba a los migrantes sobre cuáles eran los objetos de mayor valor que cargaban. Con ellos hizo planos detalles de pertenencias que para sus dueños servían como una especie de amuleto que les acompañaba en su ruta.
John Moore aseguró que el lado humano también es una de sus búsquedas al momento de hacer fotografías. “A veces es difícil, en especial en lugares donde no se ve una situación muy humana”, agregó. El fotoperiodista también ha dado coberturas en países en conflictos bélicos y regiones azotadas por la violencia entre pandillas. “Es importante respetar a la gente”, dijo por su parte Pardo.
2. Estar dispuesto a sacrificar tomas
En escenarios tan impredecibles, los fotoperiodistas recomiendan que, en muchas ocasiones, hay que hacer sacrificios. A veces estos consisten en perder aquellas tomas que están en la primera línea para ir por la acción que está sucediendo atrás o en los lados de un conflicto.
El reportero gráfico de AFP mencionó una escena en la que tuvo que sacrificar un ángulo por otro de mayor conveniencia para su narración. Mientras un grupo de migrantes intentaba pasar por la frontera norte de México hacia los Estados Unidos, decidió tomar distancia de los hechos: “Me subo al puente y me voy por ahí y logro fotos de más de lejos, que no son tan impactantes como las que pudieron tomar los fotógrafos que estaban abajo, pero a mí me sirve porque encuentro un flujo de personas”, explicó.
Por su parte, Moore recalcó que es más importante pensar en lo que se ve y en la foto que se quiere sacar: “A veces no vemos lo que está pasando al frente del lente porque estamos pensando en la foto que queremos. Tenemos que pensar menos en lo que estamos buscando y más en lo que vemos. Y así la cobertura será más justa y más verdadera”
3. Prepararse para lo inesperado
Este sacrificio también tiene una relación con lo fortuito, porque muchas veces los nuevos ángulos conducen a nuevas historias. La subida al puente que realizó Pardo hizo que identificara una toma especial: la de dos personas intentando cruzar a un bebé, el mismo que había fotografiado en una escena a contraluz tomada en la frontera sur. Ambas fotografías narran el viaje de una familia migrante.
Lo inesperado también hace que el fotoperiodista se valga de todos los recursos que están a su disposición. No siempre la cercanía es sinónimo de una foto impacta, pues también en la distancia, y con ayuda de tecnologías como los drones, se pueden sacar fotografías “impactantes” y con ángulos novedosos.
4. Ninguna foto vale más que la vida
En circunstancias difíciles de controlar, los fotoperiodistas recomendaron que la seguridad física no se debería descuidar en ningún momento ni ser menos importante que una fotografía. Pardo valoró que no existen manuales que digan qué hacer en cada circunstancia, por lo tanto la intuición es una cualidad que se pone a prueba constantemente.
“Hay maneras de medir hacia dónde vas, y a veces veo fotos que no puedo tomar, porque me doy cuenta de que no vale la pena el riesgo”, dijo Moore. Pero, agregó, incluso si el fotógrafo se queda atrás, pueden tomarse fotos de gran impacto narrativo. “Cada vez estoy midiendo riesgos, y las emociones las siento más cuando estoy editando”, reiteró.
Pardo recomendó valorar la integridad y entender que ninguna fotografía vale la pérdida de la vida o una agresión. “Nunca tienes que perder de vista dónde estás, con quién estás y las situaciones que se te pueden aparecer espontáneamente”, dijo.
5. No descuidar la salud mental
Los participantes del seminario preguntaron al final de la sesión sobre cómo se lidia con el estrés postraumático que provoca la exposición a escenas de dolor y sufrimiento. Pardo recalcó que falta mucha organización en ese aspecto, para demandar mejores condiciones en el apartado de la salud mental de los periodistas que cubren situaciones de conflictos.
Moore, por su parte, recomienda que una de las acciones que le ayudó a lidiar con su estrés postraumático tras la pérdida de un colega fotoperiodista y su cobertura en Libia fue hablar con colegas que han pasado por una situación similar. “Ese tipo de terapia es importante para nosotros”, recalcó.
Sobre los ‘Ciclos de seminarios para un periodismo oportuno y cercano en Centroamérica’
El seminario web ‘Fotografiar fronteras: consejos y experiencias para narrar la migración’, es el primer del tercer ciclo de los ‘Ciclos de seminarios para un periodismo oportuno y cercano en Centroamérica’, un programa de formación e interacción convocado por la Fundación Gabo, con el apoyo de Open Society Foundations, para periodistas y editores, que se realiza de forma virtual desde el 21 de abril y hasta el 10 de junio de 2021.