Mexicoleaks es una plataforma en línea lanzada en marzo de 2015 que permite de manera anónima, si así se desea, enviar información y denuncias relacionadas con corrupción, violación de derechos humanos o tráfico de influencias, entre otros temas.
La plataforma (financiada por Free Press Unlimited) está integrada por 8 medios y organizaciones civiles, radicados en la Ciudad de México, que se encargan de analizar la información, pero sobre todo corroborar que los datos recibidos sean ciertos y de interés público.
Durante estos casi 2 años los periodistas de Mexicoleaks se han enfrentado a diferentes dilemas éticos y periodísticos como el que mucha de la información recibida haga referencia a temas de índole personal o que en otros casos provenga de métodos ilegales, como es la intervención de conversaciones telefónicas.
¿Pero a qué otros dilemas éticos y periodísticos se han enfrentado los integrantes de Mexicoleaks? ¿Cuáles son algunos de los ejemplos? ¿Cómo han sido solucionados esos dilemas? Fueron las preguntas que se les hizo a 4 de los periodistas que integran la plataforma, quienes hablaron de sus experiencias y de los retos que enfrentan cada vez que un ciudadano les envía una denuncia.
A continuación las respuestas:
Eréndira Derbez y Gisela Martínez (Más de 131)
Uno de los dilemas que enfrentamos constantemente tiene que ver con los tiempos para investigar un tema: queremos tener la mayor certeza cuando investigamos, pero sabemos que no existe el filtrador “ideal”, sino que la información que nos envían obedece en muchos casos a ciertos intereses.
Nos ha pasado que la fuente se desespera y al no ver publicada la información (no en el momento que quisiera) la filtra a otros medios que por tener la noticia rápida la publican tal cual como se la entregan y “queman” la investigación que se venía desarrollando. Así que siempre tenemos el tiempo encima.
En la mayoría de las ocasiones investigamos a marchas forzadas; siempre haciéndonos la pregunta de si es un tema de interés público y cuánta relevancia periodística tendría que tener para publicarla. No queremos la noticia fácil ni caer en la “dictadura del click”, pero sabemos que no tenemos todo el tiempo de mundo para investigar con la calma que nos gustaría, tenemos que hacer lo mejor en el menor tiempo posible.
Otro conflicto ético al que nos enfrentamos es cuando la persona denuncia problemas personales, por ejemplo, juicios de alimentos o demandas penales entre particulares y acuden a la plataforma ante su desesperación: hay una infinidad de casos, como que la contraparte con dinero soborna a autoridades para que no actúen de cierta manera.
Si bien sabemos que no es un tema de interés público, nos causa conflicto porque dentro del espíritu del medio está el contar las historias desde las personas.
Nayeli Roldan (Animal Político)
Desde el inicio de esta alianza se establecieron reglas de operación. Sin embargo, en cada caso surgen nuevos escenarios en los que hay que tomar decisiones inmediatas.
Por ejemplo, en la plataforma recibimos información de diferente naturaleza: documentos clasificados, vídeos, fotografías, correos electrónicos. La primera consideración que hacemos es que se trate de información de interés público para tomarlo en consideración.
Por ejemplo, la relación de empresarios con las autoridades o los beneficios económicos que recibe un funcionario público.
Aunque alguna información requiere de reacción rápida, privilegiamos la verificación de cada dato. En algunas ocasiones las fuentes, de las que desconocemos su identidad, deciden entregar la información a otros medios que lo publican inmediatamente y de manera íntegra.
Otra obligación que tenemos es entrevistar siempre a todas las partes involucradas, dando suficiente tiempo para responder. Ninguna información se publica sin estar confirmada en cada una de las aristas.
Otra peculiaridad es que realizamos investigaciones conjuntas. Se asignan tareas y se comparten los datos entre los integrantes de la plataforma. Eso significa que cada periodista debe cumplir con rigurosidad y precisión en los datos y entrevistas.
Mathieu Tourliere (Revista Proceso)
Nos hemos encontrado casos donde tenemos que valorar y analizar el interés público de la información.
Un ejemplo: en el 2015 recibimos el audio de una llamada telefónica del consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, donde éste se burlaba de las comunidades indígenas.
El audio llegó a Mexicoleaks mucho antes de que se publicara en internet, así que lo recibimos. Sabíamos que la conversación era una intercepción ilegal pero determinamos que había un interés público por el personaje en cuestión.
Quisimos darnos tiempo para investigar, saber en qué situación lo había dicho. Ilegal o no, sí era el personaje en cuestión y como hombre público había un interés legítimo para dar a conocer la información.
A final de cuentas el audio se publicó en youtube y una noche antes de difundirse supimos que una persona había acudido a varias redacciones a entregarlo.
Creo que muchos medios se enfrentaron a ese dilema: publicar antes de investigar. Aun así hubo medios que una vez que se viralizó el audio, lo subieron sin cuestionarse sobre el contexto.
Otra cosa que hacemos en todos los casos es preguntarnos cuál es el interés público que se tiene. Cuando surgen dilemas o preguntas sobre la información por lo regular tratamos discutirlo en grupo.
Además, en todo momento se respeta el derecho de los denunciantes de mantenerse anónimos. Evidentemente nosotros tenemos la obligación de investigar y analizar toda la información antes de publicarla.
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