Dada la posición del gobierno que insiste en el asedio de fuerzas que buscan derrocarle, los medios se guían bajo la prédica de ser herramientas para la defensa del “proyecto socialista”.
Pero, ¿puede llamarse periodismo a esa labor de medios del gobierno, o es sencillamente una labor de propaganda o de relaciones públicas?
Adelfo Solarte
Columnista del diario de los Andes
Mérida, Venezuela
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El periodismo es un servicio social que maneja un bien social; la información; por tanto mantiene una distancia respecto del poder, que es necesaria como sustento de su independencia.
Esta independencia, a su vez, es un factor indispensable para el ejercicio de la búsqueda de la verdad, para la consolidación de su credibilidad y es parte integrante del peso moral necesario para asumir la defensa del bien común.
Mirada desde este punto de vista, la independencia marca la diferencia entre información y propaganda. La propaganda está al servicio de intereses particulares, o de entidades públicas que se manejan como entidades privadas y con técnicas de mercadeo; y la caracteriza su fuerte dependencia de las fuentes de información. Es un negocio, no un servicio.
La información periodística, por su parte, se apoya en fuentes de financiación que, sin embargo, se subordinan a su objetivo principal que es la promoción y defensa del bien común.
Dada la naturaleza del trabajo periodístico, este, como la información, está prioritariamente al servicio de la ciudadanía y es su instrumento para fiscalizar el ejercicio del poder.
Así, un manejo de medios de comunicación por parte del poder se convierte en una usurpación, cuando se dedican al servicio del gobernante y no de la población.
Ante el hecho evidente de la concentración, en manos del gobernante del poder que le da el monopolio de las armas, de las leyes y de la economía al ciudadano le corresponde, como factor de equilibrio, el monopolio de la palabra y de la información. Por eso se desnaturaliza la profesión periodística cuando está al servicio del gobernante con exclusión de la ciudadanía. En tal circunstancia desaparece la actividad democrática de la fiscalización y crítica del poder, y se instala un inequívoco régimen dictatorial.
Documentación
Los medios son el sistema de información sin el cual no es posible la democracia. Los medios tienen limitaciones tanto internas como del contexto para cumplir con la democracia. En particular, los medios solo pueden continuar en la democracia en tanto exista la democracia.
Por eso se llaman medios. No fabrican el mundo, no existen en el vacío. Tienen la función esencial de ser el árbitro y de conducir el espacio público, pero ese diálogo público descansa sobre la base de las instituciones reales existentes. Por eso, para decirlo de una manera simple, cada país, así como tiene los gobernantes que se merece, tiene los medios que se merece, para bien o para mal.
Esta concepción de la relación esencial entre medios y democracia, se puede ver de manera más clara si miramos las normas básicas de lo que debe ser el oficio del periodismo..
Yo diría que la primera obligación de los periodistas, y esto lo he estudiado mucho, es el compromiso con la verdad. Solamente sobre la verdad puede edificarse lo público.
Cuando entramos a construir lo público sobre la base de lo que dice el gobierno, sobre qué pasó o qué no pasó, lo que sí pasó, se distorsiona totalmente porque todos sabemos qué pasó. Es evidente que pasó. La única posibilidad de que todos veamos el hecho es que sea cierto.
Aun con todas estas limitaciones, las propias y las externas, el periodista puede hacer bien su tarea.
Hernando Gómez Buendía en Poder y Medio. Semana, Aguilar Bogotá, 2004. Páginas 156, 157.
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