La fotografía ganadora del Premio World Press Photo 2013 la semana pasada es tan perfecta que parece sacada de una película. Es por eso que la imagen tomada por Paul Hansen y publicada por el diario sueco Dagens Nyheter ha provocado un debate en torno a los límites de la edición digital en la reportería gráfica.
La foto muestra a un grupo de palestinos en una marcha fúnebre por una angosta calle de Gaza. Los hombres lloran y gritan de dolor al cargar con sus propias manos los cuerpos sin vida de Suhaib y Mohamed, dos niños que murieron junto a su padre Fuad Hijazi en un bombardeo Israelí que impactó el apartamento donde vivían.
Hansen ha afirmado en declaraciones publicadas por el diario alemán Spiegel que la “mágica luz en ese callejón de Gaza era el tipo de luz que un fotógrafo solo captura una vez cada pocos años, y no algo creado luego del hecho por un computador”.
La principal acusación en contra de Hansen ha provenido de Neal Krawetz, analista forense de imágenes, quien en su blog ha publicado los argumentos por los que afirma que la fotografía es, en realidad, la unión de tres imágenes distintas.
Krawetz muestra además instantáneas captadas por otros fotógrafos (como Mohamed Salem de la Agencia Reuters) quienes estaban en el mismo lugar, pero no tienen la misma perfección retratada por Hansen.
Fotografía de Mohammed Salem de la agencia Reuters
La explicación de Krawetz fue ampliada posteriormente por el portal Extreme Tech, donde se le pide a los organizadores del Wold Press Photo realizar un nuevo análisis forense de la imagen galardonada utilizando herramientas como Fotoforensics o FourMatch.
A su turno, Hansen declaró al portal español Gonzoo que “la fotografía no es falsa ni un montaje”, añadiendo que “en el procesado de la imagen, revelé el archivo RAW (el original, el ‘virgen’) con diferentes densidades para tener un rango dinámico más amplio… en efecto, para recrear exactamente lo que vi en el callejón”.
La técnica consiste en revelar tres veces una misma fotografía para obtener mayor énfasis en las zonas claras y oscuras del fotograma. Esos tres revelados se superponen y surge una imagen final.
En el Consultorio Ético de la FNPI hemos recibido varias preguntas respecto a si es ético utilizar herramientas como Photoshop en el fotoperiodismo, a lo que el maestro Javier Darío Restrepo ha respondido “las fotografías periodísticas se han de publicar sin recortes ni retoques que alteren la verdad de la imagen. La fotografía es la versión visual de un hecho, por tanto es el contacto del lector con una realidad; cualquiera alteración es un engaño al lector”.
Al tema de la Ética de la Imagen le hemos dedicado una sección entera de noticias en nuestro portal, dado que las herramientas disponibles gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías han planteado varios dilemas éticos a los reporteros gráficos.
++
Desarrollo de la noticia: El lunes 14 de mayo los organizadores del World Press Photo publicaron un comunicado donde afirman que, basándose en el análisis de expertos, la fotografía no fue alterada en su composición.
“Hemos revisado el archivo RAW original, aportado por World Press Photo, y la imagen resultante en formato JPEG. Es evidente que la imagen publicada fue retocada respecto al tono y el color de determinadas zonas y en su conjunto. Más allá de esto, sin embargo, no hallamos ninguna prueba de que se haya realizado una manipulación relevante de la imagen o una composición”, afirman los científicos contratados por la organización Hany Farid, profesor de Informática en Dartmouth (EEUU), y Kevin Connor, ambos directivos de la empresa Fourandsix Technologies.