La desinformación sobre el cambio climático ha evolucionado: ahora es más sofisticada y más eficiente. Esa tensión constante entre la ciencia (con evidencia) y los discursos negacionistas sobre el papel de las actividades humanas en la crisis ambiental genera múltiples retos para los periodistas que cubren dicha fuente.
Así quedó claro durante el cuarto seminario web de los cinco programados dentro del ciclo ‘Cómo verificar la desinformación en temas complejos’, que se realizó el pasado 7 de julio. Allí, las periodistas Jazmín Acuña, directora editorial de El Surtidor, y Nira Dinerstein, de Chequeado, compartieron conceptos y entregaron recomendaciones para no amplificar mentiras y aumentar la polarización cuando de acciones contra la crisis climática se trata.
Acuña comenzó por valorar que desde el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) se asuma que la desinformación y la politización de la ciencia son barreras para la acción contra la crisis climática. En palabras de Michael Mann, climatólogo y geofísico, un diagnóstico claro sobre los alcances de esta problemática: “es información que contribuye a la distracción, demora, desesperanza, división y catastrofismo sobre la crisis climática y sus efectos”.
Narrativas y consensos
Para Acuña es clave entender hacia dónde se mueve la desinformación en temas ambientales y por qué los discursos que desestiman la crisis climática son cada vez más sofisticados:
“El consenso científico sobre la responsabilidad de las actividades humanas en el calentamiento planetario es irrefutable y esto desplaza las posturas negacionistas más radicales —como Trump o Bolsonaro— hacia las márgenes. Ahora vemos negaciosimos más camuflados con discursos que se agrupan bajo lo que se conoce como discursos dilatorios, que componen un abanico de narrativas para desacreditar toda propuesta de mitigación, adaptación o transición para frenar la crisis climática”.
Estas narrativas, dijo Acuña, no niegan los efectos del cambio climático, pero intoxican la conversación para retardar las acciones contra la crisis climática y aplazar las políticas públicas que permitan ese cambio. Se pueden agrupar en cuatro grandes ejes temáticos:
- “El cambio disruptivo no es necesario”: avanzan acciones no transformadoras.
- “Alguien más debe tomar acciones primero”: redirigen la responsabilidad a otros.
- “No es posible mitigar la crisis climática”: proponen capitular, rendirse.
- “El cambio va a ser disruptivo”, enfatiza lo negativo.
Vacunas contra la desinformación climática
Desde el punto de vista de las coberturas, la directora editorial de El Surtidor, Jazmín Acuña, plantea ocho características útiles para tener en cuenta a la hora de abordar temas relacionados con el cambio climático:
- Capacidad crítica: no amplificar el “ecopostureo”. Denunciar.
- Investigar a quienes divulgan desinformación y narra el fenómeno
- No caer en la trampa de las “dos campanas” —o falso equilibrio que llaman—.
- Comunicar el consenso científico sobre el calentamiento global antropogénico
- Ayudar a entender un fenómeno complejo de forma sencilla
- No responsabilizar a la audiencia
- Visibilizar las propuestas de soluciones colectivas y sistémicas
- Construir comunidades de confianza para promover la acción transformadora
La guía y la alerta sobre el falso balance
Durante la conversación, Nira Dinerstein, coordinadora del proyecto Desinformación y cobertura de temas complejos de Chequeado, presentó la guía ¿Cómo cubrir las noticias sobre cambio climático sin promover la desinformación?, enfocada en cómo utilizar la verificación de datos para mejorar las coberturas periodísticas sobre el cambio climático. La guía incluye herramientas para obtener datos oficiales, referentes de cubrimientos en la región y metodologías útiles para diversificar, y cualificar, los cubrimientos.
Además, Dinerstein llamó la atención sobre lo problemático que resulta en los cubrimientos sobre la crisis ambiental la práctica periodística del falso balance: “A veces con la intención de querer mostrar una pluralidad de voces, le damos espacio a dos posiciones opuestas como si ambas fueran válidas cuando en realidad no tienen la misma evidencia que las respalda. Eso es un modo de desinformar y puede ser peligroso porque puede dar la idea de que algo es controversial o que no está definido cuando en realidad no lo es”.
Sobre Jazmín Acuña
Periodista, cofundadora y directora editorial de El Surtidor, medio independiente de Paraguay. Editora adjunta de Latinográficas, programa para impulsar el periodismo visual en Latinoamérica y el Caribe. Premio Gabo en Innovación 2018. Premio Ortega y Gasset 2020 a la mejor historia por el especial regional Transnacionales de la Fe. Cubre temas de género, Internet y desinformación.
Sobre el ciclo ‘Cómo verificar la desinformación en temas complejos’
Este ciclo de seminarios web, organizado por la Fundación Gabo y Chequeado, con el apoyo de UNESCO, es un espacio de aprendizaje sobre verificación de información para periodistas de América Latina, enfocado en mejorar las coberturas de temas complejos y de amplio debate en la sociedad como lo son las elecciones, la migración, la ciencia y la salud, el cambio climático y el género.
El ciclo contempla cinco sesiones virtuales, de 60 minutos cada una, que se realizan los jueves 9, 16, 30 de junio, 7 y 14 de julio de 2022. Las actividades son conducidas por expertos de la red de Fundación Gabo y Chequeado. Para acceder sin costo a la guía presentada por Chequeado para combatir la desinformación solo debes completar este formulario.