Agenda Propia visibiliza alcances del periodismo indígena en Colombia con metodología de creación colaborativa e intercultural

Agenda Propia visibiliza alcances del periodismo indígena en Colombia con metodología de creación colaborativa e intercultural

El especial “Ome, Pütchi, Poraû”, finalista del Premio Gabo 2021, muestra la esencia de mujeres de comunidades de zonas fronterizas a través de una narrativa tanto occidental como indígena.

"Ome, Pütchi, Poraû" son términos que significan mujer, palabra y resistencia en lenguas indígenas.
César López Linares

Ünãgükü Taüchina, una joven de la etnia tikuna, denuncia que existe trata de niñas indígenas en la triple frontera amazónica entre Colombia, Perú y Brasil. 

Miguelina, una abuela indígena del pueblo binacional Gunadule, entre Colombia y Panamá, confecciona prendas con técnicas tradicionales mientras el monocultivo de plátano arruina la tierra de sus ancestros. 

Karla, una niña indígena wayuu, cuenta cómo es que de un lado de la frontera colombo-venezolana se apellida Farías Sierra y del otro lado, Uriana González.

Son tres de las 24 historias que conforman el especial “Ome, Pütchi, Poraû (Mujer, Palabra, Resistencia)”, una serie periodística intercultural del medio independiente especializado en pueblos indígenas Agenda Propia que dio voz a mujeres indígenas de territorios que se extienden a través de las fronteras de Colombia con sus países vecinos.

El trabajo, que estuvo entre los finalistas al Premio Gabo 2021 en la categoría Innovación, es resultado de una innovadora metodología de periodismo colaborativo y participativo que hizo posible transmitir la esencia de las mujeres de zonas de frontera desde una narrativa tanto occidental como indígena, al tiempo que hizo visible los alcances del periodismo indígena en Colombia.

Metodología para la co-creación y el entendimiento 

Agenda Propia, fundado en 2011 en Popayán, Colombia, ha destacado por la práctica de un periodismo colaborativo intercultural, que consiste en sumar equipos interdisciplinarios indígenas y no indígenas en la producción de sus reportajes a profundidad. El medio ha desarrollado un sistema de co-creación periodística de ocho fases a la que denominan metodología de periodismo colaborativo intercultural.

“Ome, Pütchi, Poraû” es producto de dicha metodología. El proyecto surgió a raíz de que Agenda Propia había notado que el periodismo tradicional no estaba cubriendo los temas relacionados con las comunidades indígenas que habitan zonas fronterizas en Colombia, y mucho menos la situación de las mujeres, en medio de la crisis migratoria que afecta a la región.

El proyecto comenzó en septiembre de 2019 con una “minga de la palabra”, que es la primera fase de la metodología. Se trata de una especie de comité editorial ampliado en el que se invita a periodistas, expertos y líderes tanto indígenas como no indígenas. Para “Ome, Pütchi, Poraû”, Agenda Propia convocó a 17 personas, entre mujeres, hombres y jóvenes indígenas de pueblos binacionales y trinacionales, así como a docentes y comunicadores. Colectivamente determinaron los ejes temáticos y la agenda editorial de la investigación.

El comité decidió abordar el proyecto desde tres fronteras e igual número de pueblos indígenas: el pueblo Wayuu (en la frontera entre Colombia y Venezuela), el pueblo Gunadule (en la frontera con Panamá) y el pueblo Tikuna (en la triple frontera con Brasil y Perú). Por cada pueblo se invitó a una periodista indígena; ellas realizaron el trabajo en campo acompañadas de miembros del equipo de Agenda Propia.

“Hay un elemento de innovación social de trabajo con periodistas indígenas. Es un trabajo de periodismo intercultural y eso es muy evidente cuando se reconoce la voz de periodistas indígenas y cuando se reconoce que en Colombia y en América Latina hay indígenas haciendo periodismo”, dijo a la Fundación Gabo Edilma Prado, directora y fundadora de Agenda Propia. “Creo que eso ya es un primer paso y es un punto a favor para romper un poco la indiferencia que hay en los medios”.

Después de varias reuniones de lluvia de ideas y mesas de trabajo, comenzó el trabajo en territorio. Pese a que los equipos trabajaron en zonas de frontera muy distantes geográficamente, siempre existió un diálogo sobre la forma en que iban a ser contadas las historias, desde el tipo de narrativas hasta el estilo de la fotografía.

“El proceso se fue haciendo en paralelo con los otros territorios. Sí existió un acompañamiento entre las diferentes historias con las otras compañeras, porque todo era dialogado”, dijo a la Fundación Gabo la comunicadora y periodista indígena Luzbeidy Monterrosa, quien trabajó en las historias referentes al pueblo Wayuu. “Fue como un proceso colectivo, por eso es que se habla mucho de la creación colectiva, porque se respeta y se tienen en cuenta mucho los aportes que se hacen desde las diferentes posiciones”.

Dentro de esa metodología de creación colectiva es fundamental para Agenda Propia contar con una diversidad de profesionales que estén dispuestos a compartir sus saberes con el resto del equipo.

Para “Ome, Pütchi, Poraû”, el equipo se capacitó en aspectos técnicos como fotografía, técnicas narrativas y periodismo de datos. Pero también se puso especial énfasis en que los miembros no indígenas del equipo aprendieran a entender el lenguaje y pensamiento de las comunidades étnicas que abarcan territorios de dos o más países.

“Nos preparamos mucho para podernos entender y tener un lenguaje común entre los dos pensamientos: el pensamiento indígena y el no indígena, y poder cruzar un poco”, contó Prada. “Para nosotros es importante compartir saberes. Es un proceso de innovación social desde el periodismo, no tanto desde lo técnico sino desde el sentir. Se dialoga con las dos formas de pensar para que lo indígena se sienta representado y los que no somos indígenas lo entendamos”.

Contar las fronteras desde una cosmovisión espiritual

Una de las consecuencias del trabajo intercultural de “Ome, Pütchi, Poraû” fue que en la narrativa de sus historias viene impregnada la espiritualidad y la cosmovisión de las comunidades indígenas. Cuando se trata de contar sobre territorios, los periodistas indígenas parten del respeto que sus comunidades tienen hacia la tierra, a la que ven como a una madre.

“Cuando nos acercamos a lo indígena para hacer estas historias, uno entiende que hay un tema muy espiritual que los pueblos indígena respetan en la narrativa”, dijo Prada. “Eso no lo tiene el periodismo [occidental]. Los periodistas [no indígenas] publicamos la foto más impactante, el titular más amarillista… Es la realidad. Pero en las historias de pueblos indígenas hay una espiritualidad, hay un respeto al territorio muy distinto”.

“Ome, Pütchi, Poraû” hace un abordaje innovador sobre el tema de la migración que visibiliza lo que representan las fronteras para mujeres cuyas comunidades indígenas ya ocupaban esos territorios desde antes que esas divisiones políticas fueran delineadas.

“Hay un concepto desde occidente de esas líneas trazadas por parte de los gobiernos y de cómo se percibe y se siente desde las cosmovisiones indígenas cuando tu territorio abarca dos países”, dijo Monterrosa. “A pesar de que yo nací en Venezuela, mi territorio también está del lado colombiano, entonces yo no puedo identificarme como venezolana o colombiana, siendo consciente de que yo soy wayuu, de que este es mi territorio y de que no puedo seguir siendo tratada, por ejemplo, como migrante”.

Uno de los elementos de “Ome, Pütchi, Poraû” que más llamó la atención del jurado del Premio Gabo fue la estética de su presentación, la cual contrasta con la crudeza de algunas de sus historias. El trabajo audiovisual combina retratos, imágenes de dron, visualizaciones de datos y simbología indígena.

El fotógrafo uruguayo Pablo Albarenga, quien estuvo a cargo de la fotografía y el video del especial, replicó en “Ome, Pütchi, Poraû” la construcción visual que le ha valido numerosos premios a nivel mundial: imágenes compuestas que muestran a los indígenas acostados en el suelo desde un punto de vista cenital, fusionados con una imagen de su territorio desde la misma perspectiva.

Albarenga y el periodista español Francesc Badia I Dalmases ganaron el Premio Gabo 2020 en la categoría Imagen por la serie multimedia “Defensores de la Selva”, del diario El País y openDemocracy, este último también medio aliado de Agenda Propia. En ese trabajo, Albarenga usó ese concepto fotográfico como una forma de representar la particular relación que los pobladores de la Amazonia tienen con su territorio.

“Por eso invitamos a Pablo Albarenga para que hiciera parte de esta serie. Conocimos el especial de ‘Defensores de la Selva’ y su técnica de drones [...] desde el sentir sobre por qué retratar a un personaje indígena con su territorio y por qué juntar estas dos fotografías en una sola para contar la historia”, dijo Prada.

Siguiendo el requisito de compartir saberes, Albarenga capacitó al equipo de “Ome, Pütchi, Poraû” sobre sus técnicas para captar el sentir del territorio a través de la fotografía. De esa forma se creó una uniformidad en el componente audiovisual del especial.

La metodología de periodismo colaborativo intercultural de Agenda Propia culmina con un proceso al que denominan difusión participativa, en el que se comparten los productos de la investigación con las comunidades que participaron en ella. Se organizan “mingas de la palabra” en las poblaciones, se distribuyen postales impresas con piezas del contenido y se ofrecen seminarios, como una forma de devolver un poco del saber que se extrajo del territorio.

“Agenda Propia está empezando a hacer más consciente esta última fase luego de ‘Ome, Pütchi, Poraû’. Nuestro proceso es que vamos a sacar esas historias del territorio, pero vamos a hacer el máximo esfuerzo por volver a los territorios y devolver estas historias”, dijo Prada.

El especial, que fue publicado en más de 20 medios de distintos niveles, incluyendo redes de comunicadores indígenas, ha tenido buen recibimiento dentro de las comunidades Wayuu, Gunadule y Tikuna. Según Monterrosa, incluso otras comunidades indígenas que no formaron parte de las historias hallaron elementos de identificación en las historias de “Ome, Pütchi, Poraû”.

“En esos círculos que se generaron para presentar el especial a las mismas comunidades, las mujeres hacían comentarios acerca de que lo que pasaba en esta frontera también pasaba en la frontera de la Amazonia y en la frontera con Panamá; y se sentían identificadas muchas de las mujeres que no participaron en la historia como tal”, contó la periodista.

Hacer oficial la voz de las comunidades

“Ome, Pütchi, Poraû” dejó un importante legado de periodismo de datos sobre las comunidades indígenas en Colombia. El especial incluye un repositorio de datos abiertos realizado en alianza con la plataforma digital de periodismo de investigación y de datos Datasketch.

A lo largo de sus distintas coberturas sobre pueblos originarios, Agenda Propia ha notado que existe un subregistro de datos sobre comunidades indígenas, no solamente en Colombia sino en América Latina. A raíz de ello, el medio ha intentado generar sus propias bases de datos en cada reportaje a profundidad. 

“No se cuenta lo indígena en las cifras oficiales, y si se cuenta sigue siendo muy mínimo y muy rezagado el dato real”, contó Prada. 

Para “Ome, Pütchi, Poraû”, Agenda Propia trabajó con datos oficiales del Censo de Población 2018 de Colombia y los complementó con datos recogidos directamente de las autoridades indígenas de las comunidades que visitaron para la realización de las historias.

“En este modelo de co-creación también estamos tratando de que el periodismo reconozca la información de comunidades como información oficial”, agregó Prada. “Normalmente las historias de pueblos indígenas se narran desde lo oficial, con datos de las alcaldías o de las gobernaciones, y no se reconoce a las autoridades indígenas como fuente oficial. Lo que estamos haciendo es decirles que hay una autoridad indígena, ya sea hombre o mujer, en el territorio que es una voz oficial”.

El repositorio de datos de “Ome, Pütchi, Poraû” se presenta a través de una plataforma tipo scrollytelling que sirve de introducción del especial, en la que se muestran cifras demográficas de indígenas en Colombia, así como visualizaciones de datos combinadas con simbologías de los pueblos indígenas protagonistas.

También incluye otras dos plataformas de datos: “Navega los mapas”, en la que se pueden filtrar las cifras sobre la población indígena según diferentes criterios y con diferentes tipos de visualizaciones; y “Explora los gráficos”, en la que el usuario puede navegar entre datos sobre población, género y edad de los pueblos Wayuu, Gunadule y Tikuna.

“Agenda Propia está reconociendo a las autoridades indígenas como voces oficiales dentro de los territorios”, dijo Prada. “Estamos revisando normatividad internacional que favorece el tema de derechos humanos de pueblos indígenas para contar esas historias y para también validar desde el periodismo lo indígena como voces oficiales”.

El paso a paso del periodismo colaborativo intercultural de Agenda Propia

La metodología de trabajo colaborativo que Agenda Propia ha desarrollado para la elaboración de sus reportajes a profundidad consta de ocho fases.

  1. “Minga” de la palabra. Una vez definido el tema a trabajar, se realiza un comité editorial con el equipo del medio, expertos, líderes y representantes indígenas en el que se esboza una agenda temática y se delinea colaborativamente una guía editorial.

  2. Agenda dialogada. El equipo define los hilos temáticos del especial y se hacen mesas de diálogo al respecto.

  3. Datos abiertos. Se construyen bases de datos que permitan analizar el tema a investigar y mapear los territorios antes del trabajo de campo.

  4. Identificación de actores. Se definen quiénes serán los posibles protagonistas de los relatos de modo que exista una pluralidad de voces.

  5. Trabajo de campo. Se lleva a cabo la reportería tradicional en terreno que incluye recorrer los territorios con actores clave de cada comunidad. 

  6. Edición colaborativa. El editor revisa los textos y material audiovisual con los miembros indígenas del equipo para asegurar que el enfoque sea apropiado según sus cosmovisiones. El equipo también define de manera colectiva las fotografías que se utilizan, el título del especial, el diseño y la iconografía.

  7. Montaje colaborativo. El equipo de desarrollo y diseño define las piezas del reportaje tomando en cuenta las opiniones del resto del equipo.

  8. Difusión participativa. Tras la publicación del trabajo, este se presenta en espacios abiertos, principalmente en las comunidades que participaron. Se distribuye material en formatos de fácil consumo. Se crean alianzas con medios y organizaciones para la difusión de los contenidos.

Sobre este proyecto

La Fundación Gabo en alianza con Google News Initiative buscan descubrir, analizar y presentar las más valiosas iniciativas de innovación periodística que se están produciendo en Iberoamérica.

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La selección de casos que se publican en este espacio está a cargo de Ismael Nafría (España), director de la revista National Geographic España, y Olga Lucía Lozano (Colombia), directora de En Modo P. La coordinación del proyecto desde la Fundación Gabo está a cargo de Karen De la Hoz, directora de comunicaciones.

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