Como todos los años, el Digital News Report es una herramienta inigualable para todo aquel interesado en entender las tendencias del público al consumir información. El Instituto Reuters de la Universidad de Oxford construyó la edición 2022 de su informe a partir de 93.000 personas en 46 países, lo que permitió captar no sólo cómo consumen noticias las audiencias sino también por qué muchos han dejado de hacerlo.
El resultado de este trabajo, más específicamente su versión en español, se presentó el pasado 28 de junio, en un evento virtual convocado por el Instituto Reuters y la Fundación Gabo, que desde 2021 ha financiado la traducción del Digital News Report para acercarlo al público iberoamericano. El estudio abarca ocho países de esta región: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, México, Perú y Portugal.
Rasmus Kleis Nielsen, director del Instituto Reuters y coautor del informe, presentó algunos de sus principales hallazgos, siendo la caída pronunciada en el interés por las noticias el que ocupó los titulares cuando el reporte se lanzó originalmente el pasado 15 de junio.
Gran parte de los encuestados, expuso Nielsen, admitió evitar las noticias deliberadamente, porque hay demasiada política, porque no quieren leer más sobre covid-19, porque creen que la información está sesgada o porque afecta negativamente su estado de ánimo.
Esto contrasta con los hallazgos del mismo informe en 2021: "El año pasado muchas personas se dieron cuenta de la importancia del periodismo independiente, en especial ante gobiernos que trivializaban la pandemia u ocultaban datos importantes. Esa confianza adquirida parece haberse disipado”, dijo Nielsen durante el evento virtual. Concretamente, la confianza en las noticias disminuyó en la mitad de los países estudiados –con un cambio pronunciado en países como Brasil, Argentina y España– y solo aumentó en siete.
Otro resultado importante es que solamente el 23% acceden directamente a las aplicaciones y los sitios web, mientras que el 28% prefiere acceder a través de las redes sociales. Según el informe, entre las distintas redes sociales, “TikTok surge como un importante actor en el ecosistema informativo”, aseguró Nielsen.
Estos y otros hallazgos del reporte fueron analizados durante el evento virtual en un panel moderado por Eduardo Suárez, jefe editorial de Instituto Reuters, y conformado por tres periodistas sudamericanas: la colombiana Juanita León, directora de La Silla Vacía; la brasileña Patricia Campos Mello, periodista de Folha de S.Paulo; y la venezolana Luz Mely Reyes, directora de Efecto Cocuyo.
¿Qué explica el bajón en la confianza y el interés en las noticias?
Uno de los datos más significativos que arrojó el reporte es la cantidad de personas que evitan las noticias a propósito. En Brasil, el porcentaje se ha disparado de 27% a 54% entre 2017 y 2022, coincidiendo con la presidencia de Jair Bolsonaro. En ese mismo período, la confianza en las noticias ha bajado en Brasil del 60% a 48%, que si bien es superior a la media mundial en 2022 (42%), marca una tendencia significativa.
“Tenemos un presidente que todos los días dice que en la prensa no se puede confiar, que es de izquierda, que es comunista. Hay una erosión en la confianza de la gente, que piensa ‘no voy a leer nada porque todo es negativo’”, dijo Patricia Campos Mello al intentar dar explicación a este fenómeno, producto, según ella, de “una especie de ecosistema paralelo de noticias” propiciado por el gobierno y sus partidarios. “Son innumerables YouTubers, bloggers y sitios de ‘noticias basura’, y en los grupos de WhatsApp y Telegram solo comparten estos contenidos”.
El resultado de esto es que gran parte de la población vive "concretamente, en una realidad paralela”, porque tienen sólo información de estas fuentes, que se mueve vertiginosamente a través de aplicaciones de mensajería. “Y solo replican lo que dice el presidente: en los medios ‘mainstream’ no se puede confiar”, señaló Mello.
La periodista advierte que los medios deben ser cuidadosos al leer estos resultados. Es necesario hacer autocrítica sobre los errores que cometen los medios de Brasil, pero anotó que “no tenemos que cambiar completamente el contenido para que a la gente le guste lo que vamos a escribir”.
“Una cosa es volvernos más eficientes y aumentar el alcance de nuestras noticias, sea con tecnología o un lenguaje más sencillo”, dijo Mello, haciendo referencia a un resultado del estudio, que muestra que un porcentaje significativo de personas jóvenes evita las noticias porque pueden ser complicadas de seguir o de entender. “Pero esto no significa que tenemos que escribir menos sobre política o sobre covid-19”, aclaró.
“Los escándalos de corrupción son muy importantes, pero muchos no logran entenderlos porque son temas complicados. Para esto, los resúmenes tipo “entienda este caso” son muy eficientes. No es dejar de hacer ciertos contenidos ni escribir para un algoritmo, pero ser más sencillo es importante y quizás no hablar de política de forma tan ‘insider’”, recomendó Mello.
En Colombia, también se refleja una disminución en la confianza en las noticias, que bajó de 40% a 37% en el último año, y un 74% de los encuestados dice evadir en algunas ocasiones las noticias, una de las cifras más altas del reporte.
Al respecto, Juanita León señaló que dos hallazgos particulares que muestra el Digital News Report “que hablan de que en sitios polarizados la gente comienza a evitar las noticias, y por otro lado, el gran consumo de noticias e información en redes, me parece que es una combinación explosiva en Colombia”.
72% de los encuestados en Colombia dice informarse a través de las redes sociales. Esto, aunado con “muchos factores que auguran que habrá gran polarización”, según la directora de La Silla Vacía, “podría ser fatal para la industria”.
Sin embargo, León vaticina que la novedad de un primer gobierno de izquierda en Colombia, tras el triunfo de Gustavo Petro en las elecciones, inicialmente podría atraer un mayor interés en las noticias. “Petro quiere una gran participación popular en los procesos políticos y creo que eso también politiza mucho a la gente y la interesa en las noticias”.
¿Deben o no opinar los periodistas?
Uno de los puntos que aborda el Digital News Report es el dilema (analizado previamente en la Red Ética) sobre si los periodistas deberían limitarse a informar en redes sociales, o si deberían poder publicar sus opiniones. Brasil es uno de los pocos países en el informe en que a los encuestados les parece una práctica saludable que periodistas compartan sus opiniones en Twitter y Facebook. “¿Esto nos favorece como periodistas? ¿O deberíamos relajarnos sobre eso porque al final somos seres humanos y está bien que la gente vea nuestros sesgos a plena luz del día?”, planteó Eduardo Suárez como interrogante durante la conversación virtual.
“Es desafortunado que el 60% de la gente [en Brasil] piense que los periodistas deberían publicar opiniones. Para mí son dos cosas distintas”, afirmó Patricia Campos Mello, quien subrayó: “Un columnista o comentarista es distinto”, pero “si la persona es un reportero o una reportera, no debe dar opinión. ¿Cómo se puede dar una opinión sobre un asunto que vas a cubrir?”
Según Mello, esto no quiere decir que un reportero no pueda utilizar las redes sociales para aumentar el alcance de sus piezas, “pero si eres una persona que está todo el tiempo opinando y diciendo cosas personales en redes, es malo para la credibilidad de lo que estás escribiendo”.
“Eso para algunos de los periodistas más jóvenes puede sonar como un abuso”, dijo, en referencia a uno de los resultados que arrojó el informe: los encuestados entre 18-24 en su mayoría creen que los periodistas deberían expresar libremente sus opiniones personales. “Pero la cuestión es que si quieres ser un reportero y quieres opinar, debes buscar otra cosa que hacer. Un reportero no es igual a un comentarista”, puntualizó.
A su vez, Luz Mely Reyes apuntó que, antes de saltar al plano de la opinión, ni siquiera la noticia está libre de la subjetividad y el sesgo del periodista: “Cuando tú te acercas a un hecho, haces la cobertura y jerarquizas la información, ya tu sesgo te afectó”. Y en este sentido, ofrece un punto de vista contrario al de Mello: “Tenemos que buscar la manera de ser lo más transparente posible sobre los sesgos” y propuso como práctica que un periodista, luego de publicar un reportaje, pueda disponer de un espacio para decir lo que piensa sobre los hechos.
Sin embargo, no deja de ser un dilema y está documentado –Reyes cita un estudio propio, realizado en Venezuela– que la mayoría del público en la actualidad no distingue entre opinión e información, especialmente desde que la mayoría la gente no consume medios impresos, donde la diferenciación es más clara. “Que esto se haya consultado en el Digital News Report nos pone en este dilema de ver cómo manejamos nuestras pasiones, nuestras opiniones informadas y el papel que cumplimos en un momento determinado al reportar un hecho”, indicó Reyes, a lo que Suárez agregó: “En entornos digitales el contexto se rompe. Es importante señalarle al lector lo que es información y lo que es opinión”.
¿Qué hacer con las audiencias más jóvenes?
El informe arroja claves sobre cómo se consume la información en ese grupo de edad y cómo se están desconectando de los medios tradicionales, sobre todo a la hora de acceder a los sitios de noticias.
Las plataformas visuales como Instagram, YouTube y TikTok han incrementado su popularidad entre los menores de 25 años, que cada vez más se alejan de Facebook. YouTube es usado más en Asia-Pacífico y América Latina, especialmente en Brasil, donde es la red social principal para consumir noticias.
La gente joven es menos propensa a interesarse por temas tradicionales como política y sucesos; en cambio, prefieren asuntos más blandos como el entretenimiento (33%), la cultura (37%) y la educación (34%).
Y aunque todos los grupos de edad encuestados consideran que las noticias son importantes para aprender cosas nuevas, a los jóvenes les motiva más a consumir noticias factores como cuán entretenidas o ‘compartibles’ son.
Ante este panorama, medios como La Silla Vacía, centrados en política, tienen todo un reto para interesar a los más jóvenes, sobre todo cuando solo el 32% de los encuestados entre 18-24 años accede a las noticias a través de los sitios web.
Una de sus iniciativas más exitosas, contó la directora de la La Silla, Juanita León, fue un bot para las elecciones del Congreso en Colombia. “En estas elecciones la gente normalmente no tiene ni idea de por quién votar. Hicimos un tarjetón gigante con perfiles de 900 de los casi 1.100 candidatos contando quiénes eran, si eran cuestionados e hicimos un bot conectado a ese tarjetón”, explicó.
Los usuarios podían seguir el bot y a través de este hacer preguntas a la redacción del medio. “No te imaginas el nivel de interacción que tuvo. La gente preguntaba cosas básicas como ‘¿cuál es la diferencia entre el Senado y la Cámara?’”, dijo León, quien destacó la oportunidad que esta iniciativa propició para hacer periodismo político que no se quedara en lo ‘insider’.
Esto se sumó a la creación de formatos en video como ¿Y eso a mí qué?, que responde preguntas tipo “¿El Congreso qué tiene que ver conmigo?”, y La vuelta, que se valía de preguntas que dejaba la audiencia de Instagram a lo largo de la semana, y que el lunes eran respondidas por periodistas desde la redacción. “Esas cosas que hemos hecho en Instagram nos han puesto a otro nivel con gente más joven, y en la página seguimos haciendo historias largas y en profundidad”, contó León.
El Digital News Report revela que, en apenas tres años, el uso de TikTok para las noticias se ha quintuplicado entre los jóvenes de 18 a 24 años: pasó del 3% en 2020 al 15% en 2022. La Silla Vacía fue uno de los primeros medios en hacer uso de esta red social. “Comenzamos muy pronto –yo estaba reacia porque había poca gente al principio–, pero eso nos dio una ventaja enorme. Empezamos a hacer videos super cortos en Tik Tok contestando preguntas. Era una línea pedagógica que fue muy exitosa”, dijo León.
Sin embargo, hay dos datos preocupantes que se desprenden del informe en torno a cómo perciben las noticias los más jóvenes: el primero: el 40% de los menores de 35 años evitan las noticias a menudo o a veces. El segundo: solo el 37% de los menores de 35 dicen que confían en las noticias la mayor parte del tiempo, frente a 47% en los mayores de 55 años. Al cierre del panel virtual, las tres invitadas reflexionaron sobre estos hallazgos.
“Los jóvenes sí se interesan en las noticias, pero a lo mejor no como nosotros las hacemos”, expresó Luz Mely Reyes. “Pero recordemos que los jóvenes de hoy serán los adultos del mañana y hay temas muy claves en los que los jóvenes tienen posiciones muy claras, en términos de derechos humanos, de derechos de comunidades LGBT, de cambio climático, que tal vez están ahí y a lo mejor no entendemos”.
“Puede ser que los jóvenes no nos leen a nosotros, pero están más enterados que cualquiera que nosotros”, reflexionó a su vez Juanita León. “Más que preguntarles a los jóvenes por qué no nos consumen, es preguntarnos a nosotros mismos por qué no nos hemos enterado de que nos están saltando y enterándose por otro lado. Un joven de 20 años está mucho más informado que yo a los 20 y eso que yo leía todos los medios”.
Para finalizar, Patricia Campos Mello puso el acento sobre la necesidad de “pensar que recibir información periodística profesional, que no es opinión o entretenimiento, es un derecho de la gente”. Las audiencias más jóvenes, dijo Mello, “tienen derecho a recibir esa información y a tomar decisiones con esta información de calidad. Espero que luchen por este derecho. Informarse de forma autónoma es bueno, pero al final podrán reconocer la diferencia de informarse con gente dedicada profesionalmente a esto”.