Inundaciones nunca antes vistas, viviendas destrozadas y poblaciones enteras sumidas en la pobreza que ya se había acentuado por culpa del coronavirus, son parte del panorama que han dejado los huracanes Eta e Iota durante esta temporada de huracanes en el Caribe.
De acuerdo a la ONU, esta temporada de huracanes ha marcado un récord y ha significado una tragedia para Centroamérica, pues los fuertes vientos y lluvias incesantes han afectado a Honduras, Nicaragua, Panamá, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, e incluso a países de Suramérica con costa sobre el Caribe como Colombia.
En medio de esta complicada situación, surge la inquietud entre los periodistas que se ven abocados a informar sobre estos acontecimientos respecto a cómo hacerlo mejor. Para algunos, estar tan cerca como sea posible del ojo del huracán es lo ideal para mostrarle a su audiencia la magnitud de la emergencia. Sin embargo, arriesgar la vida para mostrar qué tan fuerte es la tormenta no suele ser lo más adecuado.
Rafael Pérez-Becerra, profesor universitario y reportero de radio colombiano, nos llamó la atención respecto a la manera en que había visto a una reportera de un noticiero de televisión exponiendo su vida para mostrar en cámara los fuertes vientos que azotaban a la isla de San Andrés.
Propongo este informe de televisión para un debate en @etica
¿Hasta qué punto se debe arriesgar un periodista para dar una noticia o reportar un hecho como este? https://t.co/DcUuvRL6O6
— Rafael Pérez-Becerra (@rafaelperezb) November 16, 2020
Pero el caso que nos comparte Pérez-Becerra no es único en su especie. El diario británico The Guardian se preguntaba hace dos años por qué los periodistas buscaban meterse en el ojo del huracán al informar sobre emergencias ambientales. El artículo contiene una interesante recopilación de videos donde es posible ver a reporteros de medios como NBC News, ABC o CBS luchando con la fuerza de los vientos para poder presentar sus informes ante las cámaras.
“Hay una razón para ese tipo de cosas”, sostiene Luke O’Neil, autor del artículo. “La destrucción y el caos son simplemente más interesantes para los espectadores, la mayoría de los cuales están lejos de la tormenta, que una cabeza parlante que simplemente lee una lista de hechos. Está bastante claro que las cadenas no estarían transmitiendo tanto de este material si no hubiera una gran audiencia”, añade.
¿Hasta dónde exponer la vida de un reportero al informar sobre emergencias ambientales? ¿Qué implementos debería usar un reportero al informar sobre el paso de un huracán? ¿Dónde queda la responsabilidad de los editores cuando sus reporteros informan desde el lugar más violento de la tormenta? ¿Se informa o simplemente se satisface el morbo de la audiencia cuando un reportero expone su vida al informar mientras es llevado de un lado al otro por los vientos?
Para responder a estas y otras preguntas, los seguidores de nuestra cuenta @Etica participaron en uno más de nuestros tuitdebates usando la etiqueta #ÉticaEnRed. Los mejores trinos producidos durante la hora del debate fueron recopilados en el siguiente Momento de Twitter.
La Red Ética es posible gracias a la alianza entre la Fundación Gabo, Grupo Bancolombia y Grupo SURA, la cual propone un espacio de reflexión y debate acerca de los cambiantes desafíos éticos del oficio periodístico.