Las empresas petroleras, las de celulares y las de computadores producen tanta propaganda y con patrocinios intervienen tan eficazmente en la información pública, que se han convertido en agentes de desinformación. Frente a esto, ¿cuál debe ser la tarea del periodista? R.- El hecho es frecuente y tiene a ser más frecuente todavía. Hay una concentración de poderes no solo en manos de los gobernantes, también en las de los empresarios y banqueros; y una reacción natural de estos poderosos es la de poner bajo su control la comunicación.
Los gobiernos multiplican sus comunicaciones y sus medios de comunicación; empresarios y hombres de negocios imponen su voz en los medios a través de publicistas, agencias de relaciones públicas y de prensa, y de periodistas contratados.
Una situación así vuelve indispensables los periodistas y los medios independientes y hace más evidente que el único periodismo respetable y de calidad es el que se hace con independencia.
También es indispensable el periodismo crítico, que tiene por regla no tragar enteros ni comunicados, ni entrevistas, ni hechos. En cada caso el periodista separa el oro de los hechos de la escoria de la propaganda y de la información interesada.
Es indispensable, además, el claro sentido del bien común que no permite olvido alguno del deber fundamental del periodista que, sin ser funcionario, sí es un servidor público y desempeña su trabajo para bien de todos.
Tener en cuenta estos requerimientos, que se han vuelto más urgentes en estos días, es lo que corresponde al periodista apremiado por las presiones y el vocerío de los poderosos.
Documentación
El código de la Comunidad Europea de Periodistas lo expresa así: “Toda la acción del periodista debe estar dirigida al bien espiritual, social, intelectual y moral de la comunidad”.
La Federación latinoamericana de prensa (FELAP) en el preámbulo de su código, proclama: “la información concebida como bien social, concierne a toda la sociedad”.
Por eso, en su primer artículo este código ordena: “ el periodismo debe ser un servicio de intereses colectivos con funciones eminentemente sociales dirigidas al desarrollo integral del individuo y de la sociedad”.
Estas expresiones se repiten en otros códigos como el de los periodistas belgas, quienes anotan como primer principio esencial de su ética profesional: “El periodista es, ante todo, un servidor del interés general. Debe promover y defender todo bien material, espiritual, intelectual y moral cuya salvaguardia sea útil a la comunidad nacional”.
Es lo que el código brasileño llama “un compromiso indeclinable con la comunidad”.
El código de Dakota del Sur (Estados Unidos) denomina “bien de la sociedad, honorable intento para servir a la sociedad y no a propósitos egoístas”.
Los periodistas españoles afirman en su código: “el servicio al bien común debe ser tenido como un objetivo primordial para todos los periodistas”.
Por su parte los periodistas franceses son enfáticos: “ el periodista sitúa los intereses generales por encima del interés particular y sobre la consideración de las personas”.
En el código de los periodistas de Ghana está expresado como un compromiso colectivo: “Buscaremos y serviremos sin miedo ni favoritismos el interés público”.
“Servir al interés público especialmente por encima de todo, es la norma que se lee en el código griego.
Los periodistas de Israel y de Liberia le dan a esa preferencia del bien común el carácter de signo de la alta calidad profesional. Dicen los israelíes: “para alcanzar un nivel de actitud profesional elevado, los periodistas deben considerarse servidores del bien público”. Y agregan los de Liberia: “un alto nivel de conducta profesional requiere devoción por el bien público”.