Este artículo es producto del proyecto 'Entre panas y parceros, ¿Cómo comunicar la inmigración en Colombia?', una iniciativa de la Fundación Gabo, con el apoyo del Programa de Alianzas para la Reconciliación (PAR) de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y ACDI/VOCA. Si te interesa profundizar y reflexionar alrededor de este tema, puedes participar en las distintas convocatorias para talleres en distintas regiones de Colombia.
Gabriel García Márquez sabía lo que era ser periodista en el extranjero. Él mismo vivió de este oficio, siendo migrante, en Europa del Este, Venezuela, Estados Unidos y Cuba, por mencionar algunos lugares. También saben lo que esto significa los periodistas venezolanos Andreína Solórzano, Jován Pulgarín y Keila Vilchez, quienes desde distintas ciudades de Colombia cuentan su experiencia como migrantes en el ejercicio periodístico.
Andreína Solórzano, una de las ‘primeras’ en llegar
Andreína Solórzano es una de las presentadoras de televisión más llamativas en Colombia por, entre otras cosas, su origen: es venezolana, aunque a veces se le desdibuje el acento. Desde que entró en el canal CM& en 2009 como presentadora de noticias ha roto con la idea tradicional de que una host debe ser del mismo origen que su teleaudiencia.
Solórzano trabaja en Noticias Caracol, Blu Radio y también es embajadora de la reconciliación para ACDI/VOCA Colombia. Recuerda que le fue difícil encontrar un lugar en los medios colombianos por la preferencia de sus entrevistadores a contratar nacionales y así ahorrarse trámites burocráticos adicionales. “Siempre estaré agradecida con Yamid Amat. El hecho de que fuera extranjera fue lo que le atrajo, así que empecé a trabajar en CM&. Inicié escéptica, sin embargo me di cuenta que estando en el área de cultura de este canal se podían hacer cosas de mucho interés, calidad y de una forma muy seria”.
Tras 12 años de experiencia en los medios de Colombia, su opinión es que estos pueden ayudar en la integración de la población venezolana que llega a Colombia al contar los temas desde distintas perspectivas. Es importante la sensibilidad para “ver y sentir el drama”. Además, destaca la importancia de salir del lugar común de contar al migrante en negativo: “También se deben mostrar las historias positivas”, asegura.
Jován Pulgarín y la reinvención en Colombia
Jován Pulgarín reconoce que el pináculo de su carrera lo vivió en Venezuela como periodista deportivo al dirigir el diario Líder en Deportes, uno de los dos diarios deportivos más importantes de ese país, entre 2012 y 2014. Luego de eso pasarían tres años más antes de migrar a Colombia. Dos motivos considera que fueron fundamentales: su hijo, quien ya vivía en el país, y su nacionalidad colombiana, que nunca había ejercido porque vivió desde muy joven en Venezuela: “Mi primer papel de ciudadanía fue venezolano, no colombiano. Sin embargo, al emigrar aprendí a reinventarme y a tener paciencia. Cuando emigras debes esperar tu oportunidad y aprovecharla. Saber empezar de cero y con humildad”, cuenta Pulgarín, quien vive en Medellín desde 2017.
Pulgarín dejó atrás las redacciones tradicionales para dedicarse al freelance, una de las actividades más comunes dentro del gremio periodístico colaborativo, mucho antes de la llegada de la pandemia. De hecho, muchos de los periodistas que emigran deciden seguir trabajando para medios en sus países hasta que logran establecerse en otro país, lo cual les permite seguir conectados con su línea de investigación y con sus raíces. Es por eso que sus textos han sido publicados en el medio tecnológico norteamericano CNET, entre 2018 y hasta el cierre de su versión digital en español en septiembre de 2020; y siguen siendo publicados en el medio venezolano El Estímulo, en el que labora como “periodista con rasgos de jefe”.
Ahora, la próxima meta de Jovan Pulgarín está en Colombia: “Quiero trabajar en un proyecto propio. Busco establecer un medio de comunicación que responda a las particularidades del público venezolano”. El exdirector de Líder sabe que puede desarrollar este nuevo medio desde Colombia, es lo que ha aprendido en los últimos años gracias a la migración y las ventajas de la virtualidad.
Keila Vilchez: de Maracaibo a Cúcuta
El día que Keila Vilchez se dio cuenta que con lo que ganaba en el diario Panorama de Maracaibo no le alcanzaba para darle un plato de comida a su hija, decidió emigrar. Tenía una propuesta laboral en Cúcuta, donde llegó en 2017 para trabajar para el portal estoyenlafrontera.com, que hace parte del diario La Opinión. Inició como periodista y actualmente es editora: “Coordino todo el trabajo con Norte de Santander, Cauca, el chat, las redes sociales y al equipo de diseño”, cuenta.
Vilchez, quien se encuentra en Colombia bajo la figura del Permiso Especial de Permanencia, entiende su labor de vital importancia para la comunidad migrante: “Siento que con mi trabajo estoy ayudando a los que están saliendo de Venezuela, al igual que yo. En Estoy en La Frontera ubicamos rutas de servicio, derechos y deberes de los migrantes y canales de atención directa a través de Whatsapp para estas personas”.
Durante el tiempo que Vilchez ha trabajado en el diario La Opinión reconoce que el diario ha buscado la manera de informar sin crear xenofobia y buscando que crezca la integración entre venezolanos y colombianos. Es por eso que los periodistas de su redacción han realizado talleres con Somos Panas y ACDI/VOCA sobre empatía, inclusión y solidaridad: “No ha sido fácil pero en general ha sido bien recibido, se está haciendo el trabajo. Nos falta mucho pero todo es un proceso. la redacción de nuestro diario va por el camino correcto”.
Todo este trabajo y la relación creciente entre la periodista venezolana y el trabajo en la frontera le han abiertos los ojos: “He descubierto mi pasión por el trabajo enfocado en Derechos Humanos. Ahora quiero estudiar para especializarme en esta área”, afirma.
Andreína, Jovan y Keila hacen parte de una nutrida lista de comunicadores sociales que han hecho de Colombia su hogar y de los medios sus lugares de trabajo. Esas son las trincheras desde las cuales también ayudan a narrar la migración venezolana de otras maneras: unas más incluyentes y diversas.