La educación mediática e informacional ha adquirido una relevancia sin precedentes en la era digital en la que estamos inmersos. En vista de la abrumadora cantidad de información que recibimos a través de los medios digitales, es imprescindible que desarrollemos habilidades para evaluarla, comprenderla y utilizarla de manera efectiva. Es un tema que requiere una atención cada vez más profunda.
En este contexto, la Fundación Gabo se ha unido a la Fundación Tinker para organizar la charla web titulada "Experiencias significativas de educación mediática e informacional", como parte del evento "Voces de América Latina: Encuentro sobre periodismo, educación y medios".
La cita congregó a tres expertos que han volcado sus esfuerzos en lo que llaman ‘alfabetización digital’. Los panelistas relataron las experiencias desde sus organizaciones y sus principales preocupaciones sobre el tema.
Andrés Sáenz, director ejecutivo de Civix Colombia; Milena Rosenzvit, coordinadora del programa de Educación de Chequeado; y Francisco González, subdirector de movilización de Movilizatorio, conversaron al respecto con David Lara Ramos, coordinador del proyecto Cronicando de la Fundación Gabo y director del programa de comunicación social de la Universidad de Cartagena.
Un escepticismo saludable
Andrés Sáenz destacó que a menudo se asume que los niños, niñas y adolescentes, al ser nativos digitales, tienen la capacidad de ser consumidores razonables de información. Sin embargo, es importante subrayar que el simple hecho de saber navegar en los espacios digitales no implica poseer un pensamiento crítico sobre la información recibida.
Tal distinción adquiere relevancia en nuestra realidad actual con la educación mediática, que desempeña un papel fundamental en el desarrollo de ciudadanos digitales en la sociedad contemporánea.
Desde Civix Colombia, su organización, han propuesto la idea de fomentar el razonamiento cívico en línea, que ellos denominan "escepticismo saludable". Se trata de adoptar una postura de no creer ciegamente en todo lo que se encuentra en los entornos digitales, manteniendo un equilibrio entre no ser completamente desconfiados y no aceptar la información sin un análisis crítico.
Rezago en los planes escolares
Una gran preocupación en la que coincidieron los panelistas es la falta de habilidades para el análisis de la información en línea. Esto se suma a la necesidad de insertar la educación mediática informacional en los planes de estudio escolares de las escuelas de América Latina y el Caribe, lo que contribuiría sustancialmente a combatir la desinformación.
Sin embargo, la situación puede ser compleja, puesto que “hay un rezago general en ciertos países para trabajar estos temas desde el sector público”, aseguró Francisco González.
En ese sentido, Milena Rosenzvit recomendó buscar maneras creativas de trabajar estos temas, mientras se actualizan los curriculum escolares en las escuelas, proceso que de por sí suele ser muy lento. “Hay bastante información que muestra que los docentes están preocupados porque los estudiantes construyan conocimiento a partir de información verdadera”, complementó.
“Nos queda mucho camino por recorrer para que la educación mediática e informacional sea realmente un componente fundamental de los curriculum pedagógicos”, puntualizó Andrés Sáenz.
Hacer más atractiva a la verdad
Ante todo ese panorama, los expertos proponen buscar formas efectivas de hacer entender a los ciudadanos el daño que puede causar la información no confiable. Por ello, Sáenz enfatizó que tenemos que lograr “que la verdad se vuelva algo más atractivo”, para luchar contra las informaciones falsas que se mueven a la velocidad de la luz en el mundo digital.
“Lo más importante para combatir esto es la cooperación desde diferentes sectores: el sector público, la ciudadanía, los medios, las plataformas digitales y las organizaciones de la sociedad civil”, para que la educación mediática e informacional “tenga un impacto más sistemático en toda Latinoamérica”, recalcó Rosenzvit.
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