Las ciudades son muy diversas. Sus problemas también. Y ante esa realidad urbana caótica, la invitación de Ernesto Cortés, editor jefe del diario colombiano El Tiempo, es clara: “Los caos son desafíos y en eso consiste su atractivo. Lo importante es cómo encontrar dentro del caos las situaciones maravillosas de las ciudades y contarlas”.
Cortés fue el maestro del taller Ciudades sostenibles: las ciudades y los territorios como fuente de historias periodísticas, organizado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano –FNPI- y Findeter en la ciudad de Cali.
En concepto de Cortés, “si los medios de comunicación no entendemos y no sabemos dar contexto al caos de las ciudades, vamos a contribuir a profundizar ese caos”.
Para contextualizar recomienda no obsesionarse en contar los qué, sino más bien aprender a explicar los procesos de la ciudad, los por qué. Un reto mayor en un momento en que los medios están en una “histeria absoluta” tratando de entender, capturar y retener a las audiencias, volcadas principalmente en las redes sociales.
Tal realidad está llegando incluso a un nivel aún más inquietante: “la gente en redes hoy no solo no está creyendo en los hechos sino que está creando sus propios hechos o verdades. Y en muchos casos esas verdades son validadas por sus seguidores”.
El antídoto para revertir esta situación solo está en el rigor periodístico, el uso preciso de los datos, la comprensión y explicación de procesos a las audiencias y una ética a toda prueba, afirma el periodista.
Los poderes paralelos
En la misma lógica de comprensión de la historia y los procesos urbanos, Ernesto Cortés enfatizó en la importancia de identificar aquellos poderes que intervienen en las dinámicas urbanas y que no necesariamente son políticos o públicos.
El periodista puso como ejemplo el sector de la construcción: “Hay que mirar muy bien hacia dónde van los constructores. Ellos nos permiten -y no debería ser así-, identificar hacia dónde va el desarrollo de las ciudades, qué áreas de la ciudad están valorizándose”.
Lamentó eso sí, que la historia evidencie cómo estos actores han jugado un papel más determinante que los propios gobiernos en la planeación urbana. “Los gobiernos centrales no están definiendo la ruta para el desarrollo planificado de nuestras ciudades. Han sido los constructores y el sector inmobiliario quienes han definido cómo estas evolucionan”, argumentó Cortés.
En la otra orilla, expuso que los poderes ilegales están constituidos por actores como los urbanizadores piratas de tierras, las mafias del microtráfico de droga, los contrabandistas, los explotadores sexuales, el crimen organizado, la trata de personas, los denominados carteles de obras públicas, del espacio público, del hurto de celulares. Sobre estos dejó claro que los periodistas deben advertir a la sociedad, a través de la agenda informativa, sobre su presencia e ilegalidad.
Cortés dio un consejo pertinente ahora que la coyuntura colombiana y latinoamericana tiene los reflectores puestos en numerosos escándalos de corrupción: “Si queremos seguir y hallar la corrupción en las ciudades, hay que seguir el rastro de la plata (el dinero), dónde circula, por dónde se mueve.” En resumen, es el hilo que debe halarse para profundizar en una investigación, particularmente en lo relativo a la gestión pública.