Fotoperiodismo durante la pandemia: proyectos innovadores para retratar un mundo que toma distancia

Fotoperiodismo durante la pandemia: proyectos innovadores para retratar un mundo que toma distancia

¿Qué desafíos representa la cobertura del COVID-19 para el fotoperiodismo?, ¿qué dilemas éticos representa?, ¿qué oportunidades de buenas historias surgen en medio de una situación tan difícil? Exploramos algunos proyectos que muestran el poder de la imagen para visibilizar una realidad sin precendentes en la historia reciente del mundo. 

Hombre en bicicleta en la Villa 31, uno de los barrios de emergencia más grandes y el más céntrico de la ciudad. Buenos Aires, Argentina. Foto: Sebastian Gil Miranda.
Laboratorios de periodismo innovador

En la cobertura de la pandemia del coronavirus se ha utilizado la metáfora de la guerra para describir los esfuerzos de la humanidad para salvar la mayor cantidad de vidas.

Esa metáfora, sin embargo, tiene un problema.

“En una guerra no te llevas el enemigo a casa, cubriendo una pandemia sí, y puede matar de manera indiscriminada”, escribió recientemente el periodista y fotógrafo Dale Willman, quien ha trabajado para cadenas como NPR, CNN y CBS.

La pandemia ha significado un reto para todos los periodistas. Para los fotoreporteros el desafío es cómo mantener la distancia en un oficio que necesariamente requiere una cercanía con las personas que retratan.

A salir a la calle el fotoreportero pone en riesgo su vida, pero también la de los protagonistas de sus historias. 

Entonces, ¿cómo ejercer el fotoperiodismo sin poner en peligro a los más vulnerables?

Sobre eso conversamos con el fotoperiodista Federico Ríos, quien trabaja para medios como The New York Times o National Geographic. En 2017 Ríos presentó en el Festival Gabo la muestra fotográfica #Transputamierda.

Para él, una clave durante la cobertura de la pandemia es hacerse la pregunta sobre la responsabilidad ética.

"Cómo entiendes la responsabilidad para ti, para tu familia y para las personas que estarán frente a tu cámara”, dice Ríos.

"Hay que entender un balance de riesgos y un balance de efectos, qué es lo que cada fotógrafo está buscando, a qué es lo que cada fotógrafo está aspirando", añade.

Ríos es uno de los integrantes del proyectos COVIDLATAM, una iniciativa en la que 18 fotoperiodistas (9 hombres y 9 mujeres) se unieron desde mediados de marzo para hacer una cobertura de la pandemia en América Latina.

 

Limpieza sanitaria por el avance del COVID-19 en la icónica catedral de sal de Zipaquirá, una mina con catedral adentro. Zipaquirá, Colombia. Foto: Iván Valencia.

 

El proyecto colectivo reúne a fotoperiodistas de Colombia, Brasil, Perú, Bolivia, Ecuador, Argentina, Chile, Uruguay, Venezuela, Guatemala, Costa Rica, Cuba y México.

El objetivo de COVIDLATAM es mostrar “el afuera y el adentro”, como lo describe Ríos. “Mostrar lo que pasa en las calles, los hospitales, los cementerios, las morgues, pero también la intimidad de los hogares”.

COVIDLATAM nació como un colectivo hermano de Covid Photo Diaries, un grupo de 8 fotoperiodistas españoles (4 mujeres y 4 hombres) que hacen un registro diario de la pandemia en su país.

Ambos proyectos funcionan en Instagram y cada semana sus integrantes van publicando sus imágenes en la plataforma.

Estos colectivos no solo han servido como una crónica de la pandemia a cada lado del Atlántico, sino que se se ha convertido en un grupo de apoyo para sus integrantes.

“Hay un mito que pinta al fotoperiodista como un héroe que al retratar situaciones dramáticas se hace más fuerte”, dice Ríos, quien advierte que la realidad es muy diferente.

“Se habla muy poco del daño emocional de los fotoperiodistas”.

“Al retratar situaciones terribles no me estoy haciendo más fuerte, por el contrario, el escudo emocional es cada vez más delgado, cada vez me impacta más, cada vez tengo más presente la importancia del autocuidado”.

Así, estos colectivos no sólo les han servido para contar historias, si no para compartir experiencias, recomendaciones de seguridad y precauciones a la hora de salir a reportear, discutir aspectos editoriales de sus fotos o simplemente “acompañarse”, como dice Ríos.

Por ahora COVIDLATAM no está monetizando su trabajo pero sí están involucrando a la audiencia que los sigue.

Para este 8 de mayo están planeando Juntxos somos más, una exposición colectiva en la que invitan a sus seguidores a que proyecten las fotos de COVIDLATAM en espacios como terrazas, ventanas, paredes o edificios, como una manera de crear una conexión entre ciudades de América Latina. 

 

Hombre sin hogar frente a un negocio de diseño de interiores en pleno aislamiento obligatorio. Buenos Aires, Argentina. Foto: Pablo Piovano.

 

Retrato junto a mi madre. Santiago de Chile, Chile. Foto: Tamara Merino.

Otro proyecto que ha inspirado la pandemia es el de fotógrafo documental Edu León, que aunque vive en Ecuador, cuando se comenzaron a cerrar las fronteras estaba en España en casa de su madre, de 74 años.

Así, desde finales de marzo León comenzó registrar la convivencia de los dos en cuarentena.

“Entiendo a todos los compañeros que están saliendo a fotografiar, es nuestra labor, y les mando todo mi apoyo”, escribió León en su cuenta de Instagram. 

Las fotos de su fotodiario muestran momentos cotidianos que van desde mostrar las manos de su madre mientras se las lava, cómo se ve el barrio desde la ventana o el primer paseo después de 53 días confinamiento.

En Ecuador, el foto periodista Diego Ayala, del portal GK, viene realizando la serie “Retratos de la emergencia”, una serie de imágenes y perfiles cortos sobre los trabajadores que en medio de la crisis deben seguir saliendo a las calles a trabajar. 

En GK, Ayala explica que su galería busca reconocer el trabajo y las necesidades de estas personas. 

En Italia, uno de los países más golpeados por el virus, el fotógrafo Iván Romano de la agencia Getty, también ha publicado una serie de retratos de trabajadores esenciales que trabajan en mercados, tiendas u hospitales.

Otra iniciativa es Fotos contra la COVID, que reúne a 150 fotógrafos documentales que pusieron sus fotos a la venta y cuyas ganancias son destinadas a la ONG Médicos Sin Fronteras, que combate la pandemia. 

Estos son solo algunos ejemplos de cómo, aún con limitaciones, el fotoperiodismo está jugando un rol clave en registrar con dignidad y cuidado una crisis que más que una guerra es una inmensa oportunidad de contar historias con humanismo.

¿Qué otros proyectos de fotoperiodismo sobre la pandemia de coronavirus conoces? Déjanos un comentario o cuéntanos por nuestras redes sociales.

Si te interesa saber más sobre fotoperiodismo durante la crisis de coronavirus:

  • Este artículo de IJNET recoge los testimonios de fotoperiodistas de Italia, México y Estados Unidos sobre cómo están trabajando y cómo se organizan para documentar la evolución de la pandemia
  • El colectivo Everyday Projects publicó esta guía para periodistas visuales que cubren el COVID-19. La guía incluye buenas prácticas de evaluación del riesgo, seguridad y cuidado personal, así como consejos para la protección y la desinfección de cámaras, lentes y otros equipos de trabajo.
  • La Cooperativa Fotográfica Juntos publicó esta carta abierta sobre la necesidad de que los fotoperiodistas puedan trabajar de manera segura y digna en la corbertura del COVID-19. La carta incluye  pautas para editores que asignen trabajos durante la crisis. 
  • La agencia Magnum está publicando la serie “Diario de la pandemia”, que hace una curaduría semanal de los trabajos publicados sobre el coronavirus. La serie también incluye un ciclo de charlas en línea con fotoperiodistas de varias partes del mundo. 
  • 33 fotógrafos realizaron este reportaje gráfico para The New York Times registrando cómo son los fines de semana durante la cuarentena
  • Al inicio de la pandemia The New York Times realizó un reportaje gráfico de las principales capitales del mundo en tiempo de cuarentena
  • National Geographic reúne estas imágenes del confinamiento

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