A propósito de la alerta sanitaria lanzada tras la nueva aparición del virus del Ébola en Congo, compartimos estos lineamientos útiles para periodistas de salud.
Asciende ya a más de 30 la cifra de muertos por el reciente brote del virus del Ébola en la República Democrática del Congo, pleno corazón del África.
En esta ocasión las autoridades cuentan con más armas para luchar contra la enfermedad, gracias a la experiencia adquirida durante el brote de 2014 y la vacuna desarrollada en ese entonces. Sin embargo, las alarmas se mantienen encendidas ante el temor de que se comiencen a presentar infectados en áreas urbanas como la ciudad de Kinshasa, con más de 9 millones de habitantes.
Ante una situación así, es vital que los periodistas de salud estén adecuadamente preparados, pues su labor es vital para mantener información útil llegando a la población, y evitar cualquier opacidad en la comunicación que pueda terminar costando vidas humanas. La epidemia de ébola de 2014-2016 se saldó con 11.500 muertes.
La periodista de ciencia y salud Ángela Posada-Swafford se apresuró a escribir un artículo dividido en dos entregas que contiene valiosos consejos para periodistas de salud que asumen la responsabilidad de cubrir brotes infecciosos.
“Nuestra responsabilidad como periodistas de salud y ciencia es ayudar a calmar al público y poner las cosas en perspectiva”, advierte Ángela.
Revisando la literatura disponible, nos encontramos con dos recursos que queremos recomendar. El primero es el informe titulado La comunicación pública sobre la enfermedad del Ébola, publicado por la Fundación Vila Casas y la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
En las conclusiones del informe se señala que los medios de comunicación tienen el deber de informar sin poner en peligro la salud pública o la buena marcha de las actuaciones que se estén llevando a cabo para la gestión y control de la epidemia.
Otro documento valioso es el elaborado por la Organización Panamericana de la Salud titulado Comunicación sobre la enfermedad por el virus del Ébola: Guía para líderes. De este texto queremos destacar los cinco pilares de la comunicación en crisis sanitaria, que todo periodista de salud debería conocer:
1. Confianza
El principio fundamental de la comunicación en situaciones de brote epidémico es comunicarse con la población de tal forma que se genere, mantenga o recobre la confianza entre la ciudadanía y los gestores.Sin esta confianza, la gente no creerá en la información sanitaria que las autoridades nacionales transmitan, o bien, no obrará en consecuencia.
2. Anuncio temprano
La comunicación previsora de un riesgo real o potencial para la salud es de suma importancia para alertar a las personas afectadas y reduce al mínimo la amenaza que supone una enfermedad infecciosa. Los anuncios tempranos, aun cuando contengan información incompleta, evitan los rumores y la información errónea. Cuanto más tiempo tarden los funcionarios en dar la información, tanto más alarmante le parecerá al público cuando finalmente se divulgue, sobre todo si la da a conocer una fuente externa. Los anuncios tardíos socavan la confianza de la gente en que las autoridades sanitarias controlen el brote epidémico.
3. Transparencia
Para mantener la confianza del público durante un brote epidémico se requiere transparencia, que comprende proporcionar información oportuna y completa sobre el riesgo real o potencial que el brote representa y su control. Los cambios que ocurran durante un brote epidémico deberán comunicarse al público diligentemente y a medida que se presenten. La transparencia deberá caracterizar la relación entre los gestores del brote, la ciudadanía y los socios, habida cuenta de que fomenta el mejoramiento de los procesos de recopilación de información, evaluación de riesgos y toma de decisiones asociados con el control del brote epidémico.
4. Escuchar al público
Para establecer una comunicación eficaz, que a su vez respalde la función más general de gestión de situaciones de emergencia, es fundamental comprender la percepción de los riesgos, así como las opiniones e inquietudes del público. Si no se conoce la manera en que el público entiende y percibe un riesgo determinado, ni sus creencias y prácticas, cabe la posibilidad de que no se tomen las decisiones pertinentes ni se hagan los cambios de comportamiento necesarios para proteger la salud, además de que los trastornos sociales pueden ser más graves.
5. Planificación
La comunicación con la gente en el curso de un brote epidémico plantea un desafío enorme para toda autoridad de salud pública y, por consiguiente, exige una planificación rigurosa, por adelantado, que respete los principios descritos anteriormente. La planificación es un principio importante, pero más importante aún es que se traduzca en la adopción de medidas concretas.
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