Admiramos a los grandes periodistas que vemos en televisión, escuchamos en la radio o leemos en la prensa todos los días. Lo hacemos porque han ido forjando una credibilidad que les tomó años establecer y los sentimos tan cercanos como a un pariente. Pero a menudo olvidamos que detrás de todo gran periodista hay un gran productor de noticias.
El productor de noticias es ese personaje habitual en los noticieros de televisión y emisoras de radio que se encarga de conseguir a como dé lugar a los entrevistados que deben aparecer en el programa, contrastar a las fuentes, verificar la información, escribir los libretos y, a menudo, hasta de servirle café a los presentadores. Sin un buen productor de noticias que sea juicioso en el manejo sistemático de los contactos, es totalmente inviable cualquier tipo de informativo.
Por eso me sentí profundamente identificado y agradecido con el enfoque que el director James Vanderbilt le da la historia relatada en Truth (presentada en Latinoamérica como ‘Conspiración y Poder’). La cinta aborda el célebre episodio del rathergate, cuando en 2004 el legendario presentador de la CBS Dan Rather (interpretado aquí impecablemente por Robert Redford) es obligado a renunciar tras comprobarse que se cometieron errores periodísticos en un reportaje emitido por el programa 60 Minutes donde se denunciaba que el entonces presidente y aspirante a la reelección George W. Bush había eludido su servicio militar.
Vanderbilt, quien escribió también el guion, pudo haberse concentrado en la figura de Rather, pero no lo hizo. Arriesgadamente opta por darle el papel protagónico a Cate Blanchett, quien encarna a Mary Mapes, la inteligente y perspicaz productora del programa, quien fue la artífice tras el reportaje donde se revelaron las torturas que militares norteamericanos cometían en prisión de Abu Ghraib.
Otro acierto de la cinta es que no se dedica a divinizar a Mary Mapes, exculpándola por los errores cometidos en el reportaje sobre el servicio militar de Bush. Por el contrario, nos deja claro cómo en su afán por cumplir con el deadline impuesto por el canal de televisión para el que trabajaba, la productora se deja llevar por el afán de publicar la información que tiene, olvidando verificar información clave para la historia, lo cual desencadenará en el escándalo que acaba con su carrera periodística.
De todas formas, Truth deja claras cuáles deben ser las cualidades de un buen productor de noticias como lo fue Mary Mapes: persistencia, pasión por su trabajo, diplomacia en la relación con las fuentes y confianza con el periodista que da la cara al público.
Al mismo tiempo, la película es una aguda crítica a las grandes corporaciones como Viacom (dueños en ese entonces de CBS), que pretenden hacer periodismo independiente a través de programas tan respetados como 60 Minutes, pero que al final terminan cediendo a las presiones de los más poderosos cuando se sienten incomodados por la información publicada. Algunos colegas con los que he hablado creen que esta es la razón por la que Truth no logró nominaciones al Oscar este año, a pesar de contar con un gran elenco y una excelente calidad de producción.
Es imposible no hacer un paralelo entre Spotlight, cinta que también reseñé hace poco en este blog, y Truth. La primera consiguió seis nominaciones al Oscar este año, entre ellas Mejor Película. Spotlight es un elogio al trabajo en equipo como condición necesaria para lograr sacar adelante grandes investigaciones periodísticas. En cambio, aunque en Truth también se muestra el valor de conformar un buen equipo de trabajo en las redacciones, también evidencia los riesgos que se asumen cuando es una sola persona la que toma las decisiones editoriales.
Como periodista disfruté más de Spotlight porque está llena de frases que contienen contundentes lecciones sobre el oficio periodístico. En cambio en Truth solamente resaltaría una. Sucede cuando Dan Rather está esperando ser escuchado por esa especie de tribunal de la inquisición que la CBS montó para investigar qué salió mal en la investigación sobre por qué Bush evadió su responsabilidad de combatir en Vietnam. Allí, otro de los productores del programa, el joven Mike Smith le pregunta:
— ¿Por qué decidiste meterte en esto del periodismo?
— Por curiosidad, responde Rather.
— ¿Solo eso?
— Sí. La curiosidad lo es todo en este oficio.
Las opiniones expresadas en nuestra sección de blogs reflejan el punto de vista personal de los autores invitados, y no representan necesariamente la posición de la FNPI y los patrocinadores de este proyecto respecto a los temas aquí abordados.
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