El pasado 14 de octubre el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) emitió un comunicado de prensa donde pidió a las instituciones y a algunos medios de comunicación de la Ciudad de México (CDMX) evitar la estigmatización de las personas trans.
Sucedió un día después de que varios medios de comunicación reprodujeran, íntegro, un boletín de prensa elaborado por la Procuraduría General de Justicia de la CDMX en el que informaban sobre el asesinato de Alessa, una joven mujer trans.
El problema es que en ningún momento la Procuraduría se refirió a la víctima como una persona trans.
Lo que informaron las autoridades es que se trataba de “un hombre… con apariencia de mujer”, aun cuando amigos de Alessa habían informado por redes sociales, horas antes de la publicación del comunicado, que se trataba de una activista trans.
Al lanzar esos comentarios, la Procuraduría y los medios que reprodujeron el comunicado omitieron los principios de Yokarta, avalados por el sistema de justicia mexicano, que garantizan que cada persona pueda escoger libremente su orientación sexual y su identidad de género sin ser estigmatizado.
Lo que sucedió en esto caso no sólo fue una estigmatización contra Alessa, con el comunicado y su reproducción la joven fue revictimizada.
Por un lado fue víctima de su agresor, que continúa prófugo, y por el otro de las autoridades encargadas de “procurar justicia” en la CDMX y de algunos medios de comunicación que no respetaron su orientación e identidad de género.
Como periodistas no debemos olvidar que las víctimas de delitos jamás pierden sus derechos.
Al contrario, los principios y directrices básicos sobre el derecho de las víctimas establecen que, sin excepción, las víctimas “deben ser tratadas con humanidad y respeto de su dignidad y sus derechos humanos”, garantizando “su seguridad, su bienestar físico y psicológico y su intimidad”.
Ante este hecho, la Conapred pidió a los medios y a las autoridades de justicia en la CDMX no estigmatizar a las personas trans.
En todo caso, ante la duda, lo mejor es consultar lo que dicen los principios de Yokarta y las directrices sobre derecho de las víctimas, lo que podría permitir a los medios y sus periodistas no incurrir en estigmas como ocurrió con este lamentable caso.
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