Alberto Salcedo Ramos suscribe y replica una máxima de Woody Allen: “Todos los estilos son buenos menos los aburridos”. Para el cronista colombiano, ganador de los premios de periodismo Rey de España y Ortega y Gasset, una de las grandes preguntas que debe hacerse el periodista es “¿Cómo diablos contar una historia y no aburrir?”. Salcedo Ramos conducirá el Taller de crónica periodística en Buenos Aires del 1 al 5 de agosto. Inscríbete aquí.
Estas son algunas de las claves que ha dejado en sus talleres para contar “la novela de la realidad” sin aburrir al lector:
1. Evitarle al lector lo irrelevante. Cada palabra de la crónica debe aportarle algo a la historia. Aunque suena evidente, no es nada sencillo saber escoger qué contar luego de un reporteo exhaustivo.
Por eso, uno de los 20 verbos de Salcedo Ramos para hacer crónica es precisamente elegir: “Quien satura de la crónica de elementos irrelevantes, generalmente lo hace a costa de sacrificar los esenciales. En consecuencia, le quita fuerza a la narración. No sólo hay que incluir, sino también descartar. Narrar es suprimir. Hitchcock decía: ‘El cine es la vida sin los momentos aburridos’. Quien no tiene criterio para seleccionar lo que cuenta, se torna tedioso”.
2. Escribir sobre gente en acción: Para Salcedo Ramos, es clave ver al personaje desempeñarse en sus diferentes roles y espacios para poder contarlo, pues es la única manera como se revela su personalidad. “Si vas a escribir sobre Fito Páez y no has ha visto un concierto de Fito Páez, no puedes contarlo”.
Su estrategia consiste en identificar las rutinas del personaje, ya sea por observación o preguntándole directamente cómo es su día a día. “Cuando tengo eso claro, entonces me digo: yo quisiera estar en el momento que compra la carne, o en el momento que juega dominó con sus amigos a las cinco de la tarde en el parque”.
3. Crear escenas. Para el maestro, una clave importante a la hora de narrar y no aburrir es relatar acciones dentro de la historia, en otras palabras, crear escenas. Relatar las escenas sobre el personaje en acción es el resultado de la mezcla entre búsqueda e intuición: “Si uno aguza el oído, si uno se queda ahí mucho tiempo, van apareciendo las escenas. Yo al principio no buscaba escenas, buscaba datos, buscaba información, buscaba que el personaje me respondiera unas preguntas, pero no puedes contar una guerra si no hay escenas, si no hay acción”.
4. Evitar las “florituras literarias”. Una manera infalible de aburrir -cree Salcedo Ramos- es usar el tono demasiado almibarado o retórico; y lo explica con un ejemplo: “Una vez leí a un periodista en Colombia que escribió sobre una miss de Colombia que fue capturada con cocaína en el aeropuerto de Madrid, y el tipo comenzaba su texto diciendo: ‘Me había prometido a mí mismo no volver a escribir sobre mujeres bellas’. No pasé de ese párrafo. Me dije: ¿no hay un editor que le corte la cabeza?”.
5. Darle vida a los datos. Los datos son importantes para darle fuerza a la historia, pero muchas veces pueden terminar tragándose el texto, interrumpiendo la narración y aburriendo al lector. Por eso es importante darles vida dentro de la historia.
Un ejemplo es su crónica ‘País de mutilados’ sobre los heridos por las minas antipersona en Colombia. Esta fue su estrategia para las incluir las cifras: “Llamé a Cine Colombia para preguntar cuántas personas caben en sus salas, para imaginarme cuántas salas de cine se podrían llenar con los heridos por minas”.
El Taller de crónica periodística con Alberto Salcedo Ramos es organizado por la FNPI- Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano- y la Fundación PROA. Del 1 al 5 de agosto, 16 periodistas realizarán ejercicios de escritura y reportería en el barrio La Boca, de Buenos Aires.
*El contenido de esta nota se basa en las relatorías de los talleres Hacer visible lo invisible, en 2016, y Reportería e investigación en el periodismo cultural, en 2012.