Recientemente fue noticia que la popular revista de actualidad económica Forbes integró a su sala de redacción un robot capaz de escribir noticias a partir de datos estadísticos.
El programa informático llamado Narrative Science (Ciencia Narrativa) también es capaz de convertir cifras en historias de distintas longitudes. Desde artículos de varios párrafos, hasta breves mensajes que publica a través de Twitter.
“Mientras el volumen de datos sigue aumentando exponencialmente, las empresas necesitan una mejor forma de usar, monetiza y entender los datos disponibles. Narrative Science ayuda a las empresas a entender sus datos al crear reportajes narrativos consistentes y fáciles de usar a través de nuestra plataforma de inteligencia artificial”, dice el sitio web de la compañía creadora del algoritmo.
La historia del robot se remonta al año 2010, cuando Kristian Hammond, jefe de tecnología en la Facultad de Ingeniería en la Universidad Northwestern de la ciudad de Chicago, se unió a sus colegas de la Facultad de Periodismo de la misma institución para concebir un programa informático capaz de escribir una noticia a partir de los resultados de un partido de béisbol del equipo de los Wildcats.
Aquí es posible leer una noticia recientemente escrita por Narrative Science para Forbes sobre las ganancias de la compañía de joyas Tiffany & Co durante los primeros cuatro meses del año. El robot toma los datos suministrados por Zacks.com para ofrecerle al lector un panorama respecto al futuro financiero de la empresa durante el resto del año.
Sorprendentemente, ante la irrupción de Narrative Science, la prensa ha reaccionado con comentarios positivos en lugar de visiones apocalípticas sobre el futuro de los periodistas que cada mes deben cobrar su sueldo para comer. El New York Times publicó el año pasado un divertido texto de Steve Lohr, titulado “En caso de que se lo pregunte, un humano de verdad escribió esta columna”.
En su artículo, Lohr expone principalmente las opiniones de los clientes de Narrative Science, que han encontrado en los servicios ofrecidos por la empresa, una solución a problemas que habían pensado serían más costosos de resolver.
“Esta tecnología permitirá inicialmente a publicaciones de bajo costo expander y enriquecer su cubrimiento aunque no tengan presupuestos muy abultados”, dice Lohr sobre la empresa que cobra alrededor de 10 dólares por una artículo de 500 palabras.
Por su parte, la revista Wired.com publicó un artículo donde se pregunta “¿Podrá un algoritmo escribir mejores reportajes que un humano?”
“Este tsunami de noticias robóticas no extinguirá a los reporteros de carne y hueso. Por el contrario, el universo del periodismo se expandirá dramáticamente, a medida que computadores procesen enormes cantidades de datos para producir noticias sobre eventos, tendencias y desarrollos que ningún periodista esté cubriendo”, dice Hammond a Wired anticipando también que en los próximos 15 años el 90 por ciento de las noticias serán escritas por robots.
A su turno, la revista The Atlantic le dedicó un extenso ensayo a las virtudes de la robo-escritura, poniendo como ejemplo el caso de Wikileaks, en el que periodistas de todo el mundo se vieron abrumados por la cantidad de información y datos contenidos en los cables diplomáticos filtrados. “El verdadero significado de estas revelaciones todavía no se ha medido porque nadie tiene el tiempo o recursos para estudiarlas por completo. Narrative Science podría cambiar eso… ayudando a encontrar la aguja en el pajar”, dice el artículo firmado por Joe Fassler.
El periodismo hecho por robots es todavía un campo demasiado nuevo como para juzgarlo como benéfico o maléfico para la profesión. Sin embargo, el caso de Narrative Science abre el debate sobre la conveniencia de permitir que una máquina sin ningún sentido de la ética o la deontología periodística redacte noticias que finalmente terminarán impactando las vidas de los lectores.
Por ahora, Narrative Science ha probado funcionar a la perfección para tomar datos de eventos deportivos o del mercado de valores para convertirlos en textos noticiosos que resumen lo sucedido durante un partido, o hacen proyecciones sobre el comportamiento de las acciones en la bolsa. ¿Pero qué sucederá cuando se le presente a un robot el reto de escribir sobre la guerra, el hambre o las elecciones presidenciales en un país convulsionado?
Para debatir:
¿Encuentra usted problemas éticos al dejar que un robot escriba noticias sobre economía o deportes?
Entrevista con Kristian Hammond, fundador de Narrative Science.