“Zúñiga y la banda de malparidos que cazaron, con z, a Neymar, debieron ser expulsados”, dijo en el programa Fútbol Permitido el periodista argentino Elio Rossi esta semana, causando gran malestar entre los colombianos que este viernes se enfrentarán a Argentina por cuartos final de la Copa América.
Rossi posteriormente pidió disculpas en su blog, donde dijo que nunca quiso insultar a los jugadores de Colombia, argumentando que la palabra “malparido” tiene un significado diferente para él.
“Pero insultar por insultar, no. Menos trabajando. Menos por televisión, radio o escribiendo. Sería la derrota del pensamiento. Aplicable al fútbol, malparido, para mí es mala-leche; mal intencionado; golpeador; que quiere lastimar al adversario”, escribió Rossi en su blog.
Más adelante, el periodista argentino admitió en entrevista concedida a W Radio que la palabra pudo haber sonado como una ofensa para los colombianos y pidió nuevamente disculpas por el suceso que tuvo un amplio despliegue en medios tanto colombianos como argentinos.
Lo cierto es que la Copa América se calentó y los periodistas debemos ser cuidadosos para no caldear más los ánimos de los aficionados dándole difusión a memes y otro tipo de contenidos que pueden terminar fomentando comportamientos violentos.
Pero más allá del caso de Rossi, creemos que lo sucedido es un buen punto de partida para un debate sobre el uso de las malas palabras en los medios de comunicación, especialmente en la prensa deportiva. Aunque es cierto que tienen un significado diferente en cada país, y que se convierten en insulto dependiendo del contexto en que se usen, los periodistas han de ser especialmente cautelosos si llegan a emplearlas.
¿Es válido que los periodistas usen malas palabras, si lo hacen en “tono amigable”? ¿Los periodistas no deberían usar en lo absoluto palabras vulgares o groseras? ¿Qué consecuencias puede tener que un periodista use este tipo de palabras en un torneo deportivo continental? ¿Es suficiente con pedir disculpas tras decir vulgaridades al aire, o debería haber una sanción? ¿Qué precauciones tener ahora que internet permite que palabras pronunciadas en un país tengan amplia difusión en lugares donde significan otra cosa? ¿Debería pedir disculpas también el medio de comunicación donde un periodista pronunció una vulgaridad?
Para responder a estas y otras preguntas, los seguidores de la cuenta @EticaSegura participaron en uno más de nuestros tuitdebates usando la etiqueta #ÉticaEnRed. Los mejores trinos producidos durante la hora del debate fueron recopilados en el siguiente Storify.
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