Siento que los noticieros le están dedicando demasiado tiempo a temas tontos como el debate sobre el color de un vestido, o la persecución de dos llamas que escaparon de una granja. ¿Está bien que se informe sobre temas que se hicieron virales en las redes sociales o se trata de un síntoma de banalización del periodismo?
Ana María Ardila en nuestro Consultorio Ético
Locutora
Emisora comunitaria
Barbosa, Colombia
R.-En la configuración de una agenda noticiosa influyen:
1) El criterio comercial que, a partir de intereses como el económico, buscan dar a los receptores lo que ellos hayan pedido o lo que se presume ser de su gusto.
Y al receptor se le da gusto para mantenerlo fiel a la hora de consumir información y de las mediciones de sintonía. Como se ve el objetivo es comercial.
2) El criterio profesional, ajustado a la naturaleza de la profesión periodística que es la de servicio a los receptores. En este caso la iniciativa no parte del capricho del receptor, sino del criterio de servicio del periodista, quien se pregunta sobre lo que puede ser más útil para los receptores y la sociedad. Cuando predomina el criterio de lo más útil para la sociedad, el entretenimiento no es la máxima prioridad sino algo subordinado; entonces se tiene en cuenta que hay secciones y publicaciones especializadas en esa clase de materiales, que no son las de la agenda periodística.
Esto significa que lo que es viral en las redes sociales no necesariamente responde a los intereses de la sociedad y que, considerar equivalentes estos dos criterios, es una rotunda equivocación.
Documentación
¿Quién escoge la noticia que oímos y tira a la papelera las nueve restantes? Ese personaje oscuro e influyente es el gatekeeper. Ese concepto fue acuñado por un sicólogo: Kurt Lewin hacia 1947-48. Lewin trabajaba en dinámica de grupos y observó que la ola de información circulaba de manera irregular. Había unos puntos que eran como barreras en los que la información podía interrumpirse, o por el contrario fluir de una manera amplia después de superarlas. Junto a esas barreras podía imaginarse a alguien, un guardabarreras o portero que abría la puerta o levantaba la barrera que impedía la difusión de algo que había llegado hasta él. Hoy el concepto de gatekeeper se considera básico, central. Él tiene el derecho a decidir si una noticia va a ser transmitida o retransmitida de la misma manera o de otra.
A lo largo de los decenios 50 y 60 varios estudios analizaron la actividad de este personaje y las influencias que actúan sobre él. Son extremadamente diversas, comprenden factores tan varios como la autoridad del propietario del medio y la posibilidad de sanciones, las normas consuetudinarias y la ética vigente en la profesión, la influencia informal de los colegas con los que él trabaja y, naturalmente, los valores personales, sus antecedentes familiares o geográficos, sus conocimientos, experiencias y gustos, pero, igualmente, las presiones de la comunidad y la estructura social exterior, así como los demás grupos de referencia presentes en el mundo de la información.
La labor del gatekeeper viene condicionada, además, por otros dos factores: el espacio disponible que hay para las noticias y el tiempo en que la noticia llega a sus manos.
Lorenzo Gomis en Teoría del periodismo. Paidos. Barcelona , 1997. P- 81, 82
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