Desde la Red Ética Segura nos hemos dedicado a advertir sobre las imágenes retocadas digitalmente que son erróneamente tomadas por la prensa como noticia, y terminan siendo creídas por la audiencia que ha depositado su confianza en los medios de comunicación que consulta habitualmente.
En la sección de Ética de la Imagen de nuestro portal de internet hemos contado recientemente las historias de cómo se hicieron virales imágenes como la del niño sirio durmiendo en medio de las tumbas de sus padres, o la de las pirámides de Egipto cubiertas de nieve.
Pero no nos hemos detenido a pensar en cuál es la verdadera motivación de los creadores de este tipo de imágenes. ¿Buscan fama, reconocimiento, o simplemente diversión? Y más allá de eso, ¿por qué hay otras personas que replican estas fotografías falsas diciendo que estuvieron en el lugar donde fueron tomadas?
El blog Paleofuture ha publicado una entrevista que nos puede dar pistas para resolver estas preguntas. En el artículo escrito por Matt Novak, el administrador de la cuenta de Twitter @Archistophanes explica cómo ha conseguido que sus creaciones sean vistas como ciertas por parte de miles de internautas durante los últimos meses.
Tal vez la imagen más famosa de este artista digital es un paisaje del Monasterio Ngyen Khag Taktsang en China, donde se puede ver a Buda esculpido en una roca prácticamente inaccesible para cualquier ser humano.
“Me sorprende la frecuencia con que la gente no se da cuenta de que se trata de imágenes alteradas”, dice ‘Archistophanes’ en la entrevista. “He llegado a la conclusión de que estas fotografías manipuladas inspiran a la gente que busca un poco de motivación en su vida diaria”, añade.
De hecho, si se revisan los comentarios de los usuarios al buscar las fantasías diseñadas por Archistophanes, como “El Templo Perdido de Lisístrata”, será posible encontrar frases como “wow, los seres humanos podemos alcanzar grandes metas cuando nos lo proponemos”.
El problema radica entonces en aquellos casos donde un periodista desprevenido toma una de estas imágenes para ilustrar los artículos que ha escrito, sin verificar su autenticidad, dándole un uso equivocado a las obras de estos genios del Photoshop.
Para evitar caer en este tipo de trampas cada vez más comunes, el maestro Javier Darío Restrepo ha recomendado en el Consultorio Ético de la FNPI repetidamente “en caso de duda abstenerse, si no está seguro de si un dato es cierto, es mejor no publicarlo hasta verificarlo”.
Estas situaciones ponen en relieve la importante labor que cumple el periodista en la sociedad, en cuanto a su papel de verificador de la información que circula entre los ciudadanos. Le invitamos a revisar nuestra sección de Ética de la Imagen para conocer recursos y otras historias similares, que pueden ayudarle a afinar sus sentidos periodísticos.