Ir a Fundación Gabo
Una fuerte polémica se ha generado en México por la aparición de un video donde la reportera Andrea Vilash se quita su ropa interior durante una entrevista con el grupo musical La Original Banda El Limón para el programa de TV online Paranoia.
Durante la entrevista, la mujer se deja subir su falda por parte de los miembros de la agrupación, le enseña su tanga a la cámara y finalmente se la quita para regalársela a uno de los músicos.
La periodista fue despedida de su trabajo por esta situación y ha sido agudamente criticada por colegas que también trabajan en periodismo de farándula.
Recientemente se han presentado casos similares en otros medios de comunicación del mundo, como el de una periodista canadiense que mostró sus senos durante una entrevista al alcalde de la ciudad de Kelowna a quien cuestionaba sobre la prohibición a que las mujeres estuvieran en topless al visitar lugares públicos.
El otro caso, también acontecido este año, sucedió cuando el primer ministro serbio Ivica Dacic, fue entrevistado por una mujer que no estaba usando ropa interior con el objetivo de captar ante las cámaras cómo sería su reacción al darse cuenta de la situación.
En el Consultorio Ético de la FNPI, se han respondido preguntas sobre hechos similares. Respecto a la publicación de fotografías de un grupo de periodistas de radio que posaron desnudas para una revista, el maestro Javier Darío Restrepo advierte sobre el perjuicio que este tipo de acciones pueden tener sobre la credibilidad del comunicador.
“El periodista – sea hombre o mujer- es mirado por la sociedad como alguien en quien se puede confiar porque ejerce una profesión –la búsqueda de la verdad- que lo convierte en depositario de la fe pública”, advierte Restrepo añadiendo que “esa acumulación de funciones, todas relacionadas con lo público, generan una imagen de respetabilidad y confiabilidad que no coincide, más aún, que riñe con la de ligereza y frivolidad de la mujer que se desnuda en una revista para sentirse libre”.