Durante la Beca Gabriel García Márquez de periodismo Cultural, maestros y talleristas han dado vueltas sobre éstos y otros aspectos de la escritura de viajes. Algunos de los más importantes exponentes de este ¿género? han elegido vivirse el mundo para contarlo, como Marco Polo, otros han sido forzados a marchar, como Dante, que fue condenado a un exilio tan penoso, que quizá describió metafóricamente en su famoso viaje al infierno.
No es necesario moverse de casa para emprender un viaje, pero resulta imprescindible para hacer turismo. Hay viajes que implican serias complicaciones logísticas, visados y medios de transporte. Y hay otros que solo necesitan imaginacióny un pasado rico en anécdotas. Durante la Beca Gabriel García Márquez de periodismo Cultural, maestros y talleristas han dado vueltas sobre éstos y otros aspectos de la escritura de viajes. Algunos de los más importantes exponentes de este ¿género? han elegido vivirse el mundo para contarlo, como Marco Polo, otros han sido forzados a marchar, como Dante, que fue condenado a un exilio tan penoso, que quizá describió metafóricamente en su famoso viaje al infierno.
En el 'periodismo turístico' que se ha apropiado de páginas y páginas de publicaciones de distintos formatos, el autor es el maestro que enseña e indica lo que hay que hacer, quien bendice o censura este o aquel hotel o restaurante. En el periodismo de viajes, el viajero y el autor son una misma persona y el éxito radica en hacer que el lector sienta, descubra, sonría, tema que viaje con él. Inclusive, si se trata de un viaje interior o metafórico. Si el ensayo es un centauro, como dijo Alfonso Reyes y la crónica un ornitorrinco, según Juan Villoro, un relato de viajes es un calidoscopio, sentencia Héctor Feliciano. Se trata de un relato que admite la subjetividad del ensayo, el regodeo en la descripción de la crónica, la profundidad de la crítica de arte o literatura, pero que exige, sin discusión, la investigación y el rigor, inherente a un texto periodístico.
El acceso a la información en tiempo real y de forma masiva que ha venido con el internet y lo fácil que es viajar en estos tiempos, supone un reto mayor para el periodista de viajes. No sólo importa a dónde se llega sino cómo. El lector ya sabe dónde queda, que se puede hacer y que se debe comer en cualquier destino. Es probable que lo que le haga falta mientras hace el equipaje o se acomoda en un sillón para viajar leyendo, sean los 'por qué' y los 'por qué no'. Esos que se contestan con la mirada y el oído despierto y enfocados en los seres vivos dentro de sus entornos y no sólo en la descripción de un paisaje pintoresco.